El Doctor Manuel Martínez Justo, Director de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, inauguró la Semana de Sociología e indicó que congrega las visiones de invitados, egresados y estudiantes para analizar los nuevos campos de estudio necesarios en nuestra época caracterizada por fenómenos como las migraciones; las respuestas ante la globalización, el envejecimiento de la población y la gobernanza.

La doctora Claudia Márquez Díaz, jefa de la División de Ciencias Socioeconómicas, aseguró que los participantes reflexionarán ante los retos de esta disciplina en el siglo XXI; aunque se ha dicho que la sociología está en crisis, en realidad se encuentra ante la oportunidad de renovarse.

Las actividades iniciaron con la mesa redonda Actores y nuevos movimientos sociales, que congregó tres visiones de egresados. El doctor Rodrigo Eduardo Ocampo Merlo resaltó la importancia de la sociología explicando que a la luz de los primeros 100 días del nuevo gobierno se vislumbraba una reforma laboral que planteaba la desaparición de las Juntas de Conciliación y Arbitraje, la eliminación de líderes vitalicios y la fiscalización a sindicatos que actúen como protectores de los patrones. El doctor criticó el enfoque del mandatario, pues considera que debe analizarse cómo afecta la corrupción a las relaciones laborales.

A su vez, la maestra Fabiola de Lachica Huerta compartió que en su tesis de doctorado estudió el ataque por un comando armado a 50 jóvenes en una fiesta en Ciudad Juárez, Chihuahua (2010) donde murieron 15 personas. El entonces presidente dijo que fue un ajuste de cuentas entre pandillas, aunque las víctimas fueron menores de edad y estudiantes que jugaban futbol americano. Esto provocó una serie de manifestaciones, lo cual llevó a la socióloga a estudiar el cruce entre los movimientos sociales y los derechos humanos.

Por su parte, la doctora Maribel Núñez Cruz, profesora del campus, habló del movimiento de los chalecos amarillos como reacción a la propuesta del presidente francés Emmanuel Macron de aumentar los impuestos a la gasolina. Cuestionó que, a pesar de recurrir a la violencia, se trata de un movimiento apoyado en parte por la sociedad francesa; además resaltó que sus exigencias se han diversificado, por lo que muchas de ellas resultarán imposibles de cumplir.