
POR JOSÉ ALFREDO FLORES ROCHA
Filmada en un gran plano secuencia que parece no tener fin, con 1917 Sam Mendes logra un retrato intimista que sigue la misión de un par de soldados del ejército inglés, a quienes se les ordena abandonar las trincheras y salir a campo abierto para avisar a otro batallón que los soldados alemanes han fingido una retirada, ello podría ser una trampa y ocasionaría mil 600 muertos.

A partir de esta misión: entregar una carta que evite miles de bajas en la Primera Guerra Mundial, Sam Mendes narra el heroico calvario de dos jóvenes con escasas posibilidades de supervivencia. Con profundas tomas en las que se captan infinidad de detalles del frente de batalla, logra sumergir a los espectadores en los miedos, la incertidumbre y el deseo de sobrevivir. En los 119 minutos que dura este largometraje no se perciben los cortes de edición.
La proeza técnica alcanzada por el realizador británico, acompañado por la asesoría del experimentado director de fotografía Roger Deakins y de la empresa Arriflex, vieja aliada de la industria cinematográfica, especialmente de las grandes productoras de Hollywood, representa un hito en la historia contemporánea del Séptimo Arte.
El largometraje conjuga el talento de estos dos grandes de la cinematografía con el desarrollo de una cámara que les permite conseguir escenas que rayan en la perfección técnica y que van más allá de un objetivo meramente estético.
Gracias a la ayuda de esta cámara, Sam Mendes consigue retratar, de manera muy cercana, a los persona-jes en el campo de batalla, tal y como lo tenía previsto desde la planeación del rodaje. La cámara, especialmente creada para la filmación de 1917, está equipada con un sensor óptico capaz de registrar hasta el más mínimo detalle, logrando efectos de profundidad inéditos.
El gran plano secuencia permite al espectador seguir la travesía de los protagonistas desde las trincheras fangosas, los valles, los sótanos infestados de ratas, bosques y ríos hasta las batallas que se libran en el aire por los ejércitos combatientes, sin descartar aquellos escenarios un tanto inverosímiles, que el realizador comparte en gran complicidad con su público. Necesario es remarcar que el peso de la película recae en las interpretaciones de Georges MacKay y Dean-Charles Chapman.
Sam Mendes ha logrado una película redonda, no sólo por el dominio del lenguaje cinematográfico, basado en ese gran plano secuencia del que ya se habló, sino también por el manejo de la luz, el sonido, color y ritmo que imprime a cada una de las escenas que va mostrando de manera calculada y sistemática. Ante la lente aparecen expresiones de alegría, desesperación, dolor y esperanza que transmiten los personajes.
Nada escapa al ojo de este director que, con gran agudeza, retrata una historia intimista, alejada de todo cliché, sobre todo cuando se tiene como telón de fondo un hecho histórico. No es una película más de cine bélico, estamos ante una cinta poderosa, entrañable, emotiva, relacionada con valores como la solidaridad, amistad y el deber cumplido.
La supervivencia se vuelve una premisa a lo largo del filme. El ser humano y su circunstancia son los ejes. La voluntad inquebrantable por seguir existiendo, a pesar de estar en un mundo cruel, caótico y violento, donde la esperanza no termina, a pesar de las trincheras, las ciudades derruidas y cientos de cadáveres semienterrados.
A cada instante los protagonistas se hacen las mismas preguntas: ¿Vale la pena seguir adelante con una guerra absurda que terminará con los sueños de hombres y mujeres? ¿Es mejor dar media vuelta y regresar a casa con los suyos?
Como en toda conflagración, el ser humano es visto como carne de cañón, mientras los “dueños” del mundo mueven sus piezas a su antojo sobre el tablero, a manera de un juego perverso de ajedrez, decidiendo en qué momento viven o mueren sus peones.

Hasta ahora, 1917 es la mejor película que ha filmado Sam Mendes, por encima de su gran éxito Belleza Americana (American Beauty, 1999).
Para los amantes del cine de autor, 1917 representa un poema visual de principio a fin.
Esta colaboración se publicó de manera impresa en febrero de 2020, edición 187 del boletín informativo CineAdictos, de la Coordinación de Difusión Cultural de la FES Acatlán.

POR CARMEN CANO GORDÓN *
Judy (Reino Unido, 2019), el más reciente filme del director Rupert Goold, se centra en la vida de Judy Garland durante el invierno de 1968, época en que, por necesidades económicas, la estrella de cine y televisión tuvo que trasladarse a Londres para dar una serie de exitosos conciertos, pero fue ésta la etapa más dura de su vida: arruinada, sin poder ver a sus hijos y con un severo problema de adicciones.
Tan sólo seis meses después de esa serie de conciertos con entradas agotadas, el 22 de junio de 1969, Judy muere accidentalmente por una sobredosis; tenía solamente 47 años de edad, aquella exitosa mujer que nunca dejó de ser Dorothy en El mago de Oz (The Wizard of Oz, Victor Fleming, 1939).
Ahora, quizá un poco tarde, Hollywood decide rendirle un merecido tributo con este filme, con una Judy interpretada por la magnífica Reneé Zellwegeer, quien, después de ausencias, operaciones y demás vicisitudes, decide regresar al cine para dar vida a Judy Garland y cosechar nuevos triunfos como los de El diario de Bridget Jones (Bridget Jones’s Diary, Sharon Maguire, 2001) y Chicago (Rob Marshall, 2002).
Al cierre de esta edición Reneé Zellwegeer ha sido nominada en los principales festivales de cine, incluyendo el Oscar. Ha ganado ya en la categoría de Mejor Actriz en: British Independent Film Awards, Sindicato de Actores, Critics Choice Awards y Globos de Oro, por lo que debemos reconocer que, al menos para nosotros, es la mejor actriz de la temporada.
Habría que anotar algunos defectos de la película, pero todos quedan minimizados por la soberbia recreación del personaje que logra Reneé Zellwegeer: en numerosos momentos nos encontramos frente a frente con una atormentada mujer famosa que desde pequeña enfrentó presiones profesionales.
Para quienes tengan pocas referencias sobre quién fue Judy Garland, baste señalar que se trata de una icónica actriz cinematográfica del Hollywood de los 40, 50 y 60 del siglo pasado. Su vida fue azarosa y triste, manipulada por todos, empezando por su madre, Ethel Milne una mujer manipuladora; ambicionaba fama y riqueza a costa de lo que fuera, principalmente de su hija, Judy, quien a pesar de no contar con un físico agraciado poseía una sublime e inigualable voz.

Ethel, en contubernio con Louis B. Mayer, el productor ambicioso e insaciable, se dedicó a hacer de Judy alguien sin voluntad, llena de complejos, dispuesta a obedecer en todo: no comía para no alterar la delgadez que querían para ella; le daban a tomar barbitúricos y anfetaminas, la hacían trabajar hasta ocho horas sin parar.
La madre de Judy Garland “estaba encima” de la joven las 24 horas del día, vigilando lo que comía, su peso, dándole más pastillas de las indicadas por un médico, – a quien le compraba las recetas-, preguntándole repetidamente sobre sus parlamentos, la letra de las canciones, los pasos de baile. Con todo esto la estrella juvenil no podía dormir cuando tenía que hacerlo ni despertar cuando era necesario. Prácticamente era un zombie.
En 1939 se filma El Mago de Oz, gran éxito de público y de crítica que hizo a Garland ganadora del Oscar especial a la Mejor Actriz Juvenil, dando con ello un cambio radical en su vida. La llevó a los cuernos de la luna, pero siempre bajo la supervisión de Ethel y de Mayer.
A partir de entonces se formó una triada indisoluble: Judy Garland la actriz de El Mago de Oz que canta Over the Rainbow. El éxito de este filme la llevó a actuar un total de 18 películas para 1944, todas ellas acompañadas de miles de pastillas procuradas con recetas falsas, controles apócrifos y médicos comprados.
Es necesario mencionar que, para bien, en su carrera cinematográfica fue muy importante el inefable y extraño Mickey Rooney, pareja en muchas de sus películas y amigo entrañable en su vida.
Por todos los abusos a que fue obligada, Judy Garland se volvió anoréxica, insegura, incumplida… Como dice la escritora Guadalupe Loaeza en su columna del periódico Reforma del 16 de enero de 2020: “Para colmo empezó a llegar muy muy tarde a los rodajes, ensayos y clase de canto y baile. Todo el mundo se quejaba…”
Se casó cinco veces, la primera con Vincent Minnelli, padre de la también estrella de Hollywood Liza Minnelli, quien heredó el talento de su madre. Vincent fue un absoluto fiasco, por su comportamiento la orilló a entregarse aún más a las drogas y al alcohol, obligándola a entrar y salir a clínicas de desintoxicación. Sufrió un aborto y tuvo tres hijos que eran su vida entera.
A pesar de todos sus problemas, el público la seguía y veneraba. Ganaba fortunas, pero de la misma forma las despilfarraba y sus maridos la explotaban. Es muy recomendable ver con detenimiento la ambientación de este filme y darse el gusto con este banquete de un icónico personaje del Hollywood, que será siempre el emblema del género musical de la Meca del Cine. Conocer más detalles de la vida de esta icónica y emblemática actriz que no dejó de ser Dorothy, a quien dio vida de forma magistral en El mago de Oz.
* Carmen Cano Gordón, maestra cofundadora de CineAdictos.
Esta colaboración se publicó de manera impresa en febrero de 2020, edición 187 del boletín informativo CineAdictos, de la Coordinación de Difusión Cultural de la FES Acatlán.

POR LUCÍA ELENA ACOSTA UGALDE *
En Parásitos (Gisaengchung / Parasite. Corea del Sur, 2019, 132 minutos) el director Bong Joon-ho desarrolla una trama donde convergen las historias de dos familias, aparentemente opuestas pero, en el fondo, muy parecidas, con una mezcla de drama, comedia de humor negro, thriller y terror.
Por un lado están los Kim, pobres, unidos por las circunstancias que los obligan a vivir en el semisótano de un barrio marginal en condiciones deplorables. Por otro los Park, familia adinerada dueños de una residencia donde privan lujo y ostentación, pero también el vacío.
Los Kim, uno tras otro, se van infiltrando en la casa y en la vida de los Park, como tuto-res de sus hijos o empleados del hogar, con la intención de beneficiarse de la evidente riqueza económica. A partir de este pretexto Bong Joon-ho crea una obra maestra.
Parásitos ha sido alabada por la crítica internacional; en 2019 ganó, entre otros premios de festivales internacionales: Mejor Película Internacional en British Independent Film Awards; Mejor Película de Habla no Inglesa en los Globos de Oro y la prestigiada Palma de Oro al Mejor Largometraje en el Festival de Cannes.
En 2020 podría continuar la buena racha debido a las seis nominaciones a los premios Oscar en las catego-rías de Mejor Dirección, Mejor Diseño de Producción, Mejor Guion, Mejor Edición, Mejor Película Extranjera y Mejor Película.
Aunado a que Parásitos ha arrasado con las opiniones de la crítica internacional, también ha merecido el apoyo de un grande de la industria, Guillermo del Toro, quien anotó en su cuenta de twitter: “He amado y admirado a Bong Joon-ho desde Memories of murder (2003) y me sorprende, me deleita y me conmueve en cada ocasión. Entonces, decir que esta es su mejor película significa mucho para mí. Y lo es. Un filme lleno de tristeza, ingenio y profundidad. Irreverente pero compasivo. Asombroso”.
Parásitos ofrece multiplicidad de lecturas. Los personajes son redondos, están tejidos de manera excepcional y fueron construidos desde las vicisitudes de todos los seres humanos: la familia pobre nos traslada al universo de la desesperación ante la carencia, mientras la familia rica detona la indignación ante el derroche y la opulencia en el que el dinero se gasta solamente en trivialidades.
Existen elementos alternos al relato: mientras que la torrencial lluvia es una tragedia para la familia pobre e inunda su precaria vivienda, para la familia rica es un mínimo contratiempo, la causante de la interrupción de un viaje familiar, que encuentra una fácil solución haciendo que el maleducado hijo menor instale su tienda de campaña en el jardín de la casa.
Bong Joon-ho ha reconocido que en todas las sociedades existen contrastes sociales y
él mismo las vivió/padeció en una etapa de su vida, al dar clases a una familia adinerada en su juventud; en ese momento se sintió excluido. Las familias coexisten entre sí y marcan elementos que nos llevan a la reflexión.
Aunque se trata de un tema universal, en Parásitos el relato está perfectamente estructurado. En las poco más de dos horas que dura la proyección, en ningún momento se pierde el interés por lo que sucede en la pantalla y se disfruta del maravilloso valor estético de la cinta, los objetos cotidianos se convierten en personajes: la lluvia, el sótano, los pasadizos, la despensa.

Respecto a los escenarios destaca la elegante residencia de la familia Park, una casa construida ex profeso a petición del director. Para ello Bong Joon-ho y su diseñador de producción Lee Ha Jun crearon el proyecto desde los cimientos, con objeto de que cada personaje de la familia pobre contara con espacios arquitectónicos ideales para infiltrarse en la vida de la familia rica, especialmente para que los intrusos se escondieran y observaran sin ser vistos.
La casa fue diseñada en dos niveles, cada habitación responde a las necesidades personales de cada integran-te de la familia rica e incluye espacios que sirven para contextualizar la vida de los de arriba y los de abajo, tal y como sucede con las clases altas y bajas de forma cotidiana, en los deseos por ascender en la escala social.
Aquí no hay elementos que sobren: desde los inmensos ventanales que dan paso a un magnífico jardín, la cocina, las recámaras, los pasillos, la iluminación, el vestuario, la ambientación se concatenan para dar soporte al relato. Destacan el sótano y el búnker, en lo más profundo y secreto de la residencia, como escenarios clave para infiltrarse en la vida de la familia rica.
Los giros de tuerca en todo momento se apoyan en la iluminación y el contraste de atmósferas. Sin pretender vender la historia, el final es fenomenal e inesperado.
El gran valor de una cinta es cuando puede apreciarse desde diversos puntos de vista y admitir diversas interpretaciones y lecturas: lo sociológico, cultural, estético, literario. Al final del camino, la película se disfruta de principio a fin y detona la reflexión obligada “En esta historia, ¿quiénes son los parásitos?”.
* Lucía Elena Acosta Ugalde es Doctora en Historia del Arte. Técnico Académico Asociado C, Tiempo Completo. Definitivo.
Esta colaboración se publicó de manera impresa en febrero de 2020, edición 187 del boletín informativo CineAdictos, de la Coordinación de Difusión Cultural de la FES Acatlán.

POR JOSÉ ALFREDO FLORES ROCHA
Más que documental, 1994 es un complejo testimonio visual que da cuenta de la serie de acontecimientos en el ámbito político, social y económico que estremecieron a la opinión pública de nuestro país en aquel año.
Se integra con cinco capítulos, dirigidos por el destacado escritor y cineasta Diego Enrique Osorno, para quien representó todo un reto reunir los testimonios de personajes que se vieron, de manera directa o circunstancial, envueltos en acontecimientos como los asesinatos de Luis Donaldo Colosio (candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional) y José Francisco Ruiz Massieu (secretario general del mismo partido político).
Otros momentos significativos fueron el levantamiento Zapatista de enero de ese año, la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y la crisis económica que golpeó los bolsillos de millones de mexicanos y fue conocida como “el error de diciembre”.
Testimonios del expresidente Carlos Salinas de Gortari y de su hermano Raúl nos ayudan a entender las decisiones o la red de complicidades que se lograron tejer desde las más altas esferas de gobierno.
Se suman las entrevistas a: Alfonso Durazo, en 1994 secretario particular de Colosio y ahora Secretario de Seguridad y Protección Ciu-dadana; Marcelo Ebrard Casaubón, cercano colaborador de Manuel Camacho Solís, exjefe de Gobierno de la Ciudad de México y ahora Secretario de Relaciones Exteriores; Othón Cortez, acusado de ser el segundo tirador en el atentado que terminó con la vida de Colosio; el subcomandante Marcos y Luis Donaldo Colosio Riojas, hijo del excandidato presidencial, entre otros.
1994 destaca por su investigación documental y trabajo de recopilación videográfica. La producción le llevó a Vice Media poco más de dos años y eso se nota a primera vista. Se trata de una serie que rescata el espíritu periodístico, un tanto olvidado en los tradicionales espacios informativos.
A 25 años de distancia resulta importante recobrar estas historias que dan cuenta de lo que somos como sociedad en los albores del siglo XXI. Diego Enrique Osorno pone el dedo en la llaga, al retratar con gran nitidez a una clase política en franca descomposición. La pugna de grupos que ya no tiene cabida al interior del sistema y se resisten a perder sus privilegios son la constante.
Se pensaría que estás historias ya no estarían vigentes. Sin embargo, sucede todo lo contrario: basta con mirar, escuchar o leer algún medio de comunicación para darse cuenta de lo contrario.
Las notas sobre el clima de inseguridad, estancamiento económico, crecimiento exponencial del crimen organizado e inoperancia en algunos rubros de los gobiernos en turno parecen ser cosas de todos los días. Realidad que, por desgracia, impera no sólo en México, sino en la mayoría de los países de Latinoamérica.
1994 forma parte de la ola de producciones que ahora se distribuyen a través de las plataformas digitales y que difícilmente verían la luz si prevalecieran antiguas en materia de exhibición.

Hasta hace apenas unos años resultaría impensable que un documental con estas características fuera visto por un público tan heterogéneo y vasto como el que concurre en la plataforma Netflix. Regularmente estos trabajos estaban confinados a un círculo muy cerrado de espectadores, cuando se lograban estrenar.
Resulta gratificante apreciar esta clase de proyectos a través de medios que ofrecen ahora un catálogo nutrido de opciones para quienes buscan contenidos de corte alternativo. Sobre todo ahora que el documental es más valorado y cobra fuerza en nuestro país. No es gratuito que actualmente existan festivales y muestras que le dan cabida y cada vez más difusión.
Bienvenidas esta clase de propuestas audiovisuales que generan debate y controversia. Después de todo es en la pluralidad de opiniones que se construyen los cimientos de una sociedad que busca ser más democrática y equitativa.
Esta colaboración se publicó de manera impresa en septiembre de 2019, edición 184 del boletín informativo CINEADICTOS, de la Coordinación de Difusión Cultural de la FES Acatlán.
La “magia” detrás del superhéroe
POR KAREN EDITH PONCE RAMÍREZ *

Spider-Man: lejos de casa (Jon Watts, 2019) recaudó más de 979 millones de dólares en su estreno mundial durante el verano. El éxito de las nuevas aventuras del famoso arácnido encuentra sustento, en gran medida, en los desarrollos tecnológicos que permiten espectaculares escenas de acción y distraen al público de una evidente pobreza narrativa.
Centrémonos en su realización técnica, aspecto donde el universo cinematográfico Marvel nunca repara en gastos para trabajar con lo más actual en efectos especiales, teniendo como principal meta impresionar a los fanáticos de los superhéroes.
En su producción intervinieron compañías como, Image Engine, quien contribuyó con la escena del campo de tulipanes que, gracias a su excelente presentación, hace que los espectadores crean en esa realidad. Estas coloridas flores fueron agregadas con efectos visuales VFX, con el único propósito de enmarcar el rescate de Spider-Man.
Los efectos visuales VFX son imágenes creadas y manipuladas una vez que se han grabado, es decir, se editan en postproducción, tal y como sucede en los cientos de drones de ataque, el taller de construcción de trajes y el satélite de Industrias Stark.
La empresa Method Studios fue la responsable de la secuencia de la lancha rápida en la que pasea Nick Fury (Samuel L. Jackson) a través de los canales de Venecia. También se le encargó resaltar los contornos musculares del traje del superhéroe, así como mejorar la iluminación y el fondo por medio de la técnica Matte Painting, la cual permite crear la ilusión de un entorno que no está presente en el rodaje.

La secuencia donde Peter Parker (Tom Holland) es arrojado a una serie de ilusiones creadas por el supervillano Mysterio (Jake Gyllenhaal) fue desarrollada con el software de animación 3D Houdini, que permitió lograr un equilibrio visual, donde Spider-Man y el púbico deben estar atentos para no perderse entre “ficción” y “realidad”.
El estudio Ligth and Magic se encargó de la secuencia de los saltos y balanceos de Spider-Man por Nueva York. Resaltan las escenas donde mezclan fotografías y efectos digitales; la filmación se diseñó de tal modo que parecen tomas reales, aunque no es más que la “magia” del montaje y la edición final.
Rising Sun Pictures le correspondió la entrega de más de 100 tomas, las cuales queda-ron incluidas en la secuencia holográfica que revela una de las mayores incógnitas de la película: el momento en que el público conoce el origen de The Elementals, las cuatro criaturas monstruosas que derrota Mysterio.
Estas escenas se editaron por el departamento de 2D, agregando efectos y elementos de acción en vivo, generados en computadora.
La memorable pelea final entre Spider-Man y Mysterio en el Puente de Londres fue rodada durante dos semanas y consistió en la grabación de escenas desde todos los lugares aledaños como el autobús, helicóptero, a pie de calle y tejados. Esta producción corrió a cargo de Sony Pictures Imageworks, que trabajó 320 planos con un equipo de 250 personas.

Actualmente, la tecnología en efectos especiales y visuales permite recrear la mayor parte de los filmes digitalmente. En las producciones de Marvel el 80 por ciento de los planos es digital y el 100 por ciento se retoca para hacerla más espectacular.
No cabe duda que el engaño a la vista, o lo que en otros tiempos se conoció como la “magia del cine”, ahora parece algo más sencillo de lograr, sólo queda esperar que los argumentos contados en la pantalla grande sean más interesantes y que se exija más al momento de hilar las historias.
* Karen Edith Ponce Ramírez realizó su Servicio Social en Promotoría Cultural.
Esta colaboración se publicó de manera impresa en septiembre de 2019, edición 184 del boletín informativo CINEADICTOS, de la Coordinación de Difusión Cultural de la FES Acatlán.
67 Muestra Internacional de Cine
POR NOVEL ALEJANDRO GONZÁLEZ OROZCO *
La Muestra Internacional de Cine llega a su edición número 67 y la integran, como ya es tradicional, las películas con mayor número de premios y reconocimientos por parte de la crítica especializada en los festivales de cine más importantes del mundo.
Para fortuna del público cinéfilo, en la selección figuran varios de los grandes maestros del Séptimo Arte de Italia, Bélgica, Francia, Suiza, Dinamarca, Argelia, Reino Unido y México.

Con un filme de nuestro país inicia el ciclo: Esto no es Berlín, de Hari Sama y su particular manera de representar el México de los años 80, por medio de la historia de un estudiante de clase media “sateluco” que vive el underground aquella época. Destaca por los hechos autobiográficos y para el público de la FES Acatlán resultará especialmente atractivo ver como escenarios calles de Lomas Verdes y colegios aledaños, los cuales forman parte del entorno cotidiano, pero ambientados en el marco del Mundial de Futbol de 1986.
La versión restaurada de La dolce vita, del emblemático Federico Fellini, donde se da cuenta del choque de un escritor convertido en periodista, con la aburguesada, cosmopolita y hedonista Roma de la segunda mitad del siglo XX, resulta especialmente atractiva por la posibilidad de ver en pantalla grande una de las más grandes películas de la historia del cine. En 2020 se cumplirán los 100 años del nacimiento de Fellini, los homenajes están en puerta y este es el primer pretexto para sumarse al festejo.
El fundamentalismo religioso es abordado por los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne en El joven Ahmed, con gran rigor técnico y economía narrativa, exponen la historia de un joven de 13 años de edad que defiende sus principios religiosos. Representa la continuidad de esta dupla de directores por seguir tratando los problemas sociales que predominan en Europa: migración, injusticias contra la clase trabajadora, conflictos religiosos, desigualdad y discriminación.
Los escándalos no cesan para la Iglesia católica por los abusos cometidos a menores de edad y su silencio hacia la pedofilia, por ello François Ozon se interesó en el caso real del sacerdote Bernard Preynat, acusado de abuso infantil entre 1986 y 1991. No obstante que existen otros filmes que también han retratado el encubrimiento eclesiástico, Por la gracia de Dios se centra en los sobrevivientes, sus vidas y exigencia de justicia.
Conexiones criminales en el “primer mundo”, un sentido moral de lealtad y de pertenencia, contundencia narrativa y pasión por la intensidad permiten al cine italiano fascinar nuevamente con una historia violenta, en este caso bajo la dirección de Matteo Garrone en El despertar de la fiera: Dogman, filme que permite conocer la vida de un apacible peluquero de perros que lleva a cabo una cruel venganza en contra de un boxeador.
Del mexicano Arturo Ripstein siempre se ha dicho que su cine forma parte de un universo muy personal, especialmente sórdido y decadente, para reiterarlo tenemos la oportunidad de ver El diablo entre las piernas, con la historia tóxica de una pareja de la tercera edad que a pesar del deterioro físico no pierde la pasión salvaje ni la obsesión por el celo, deseo y sexo.
Agnés Varda, cineasta recientemente fallecida, desmenuzó los procesos creativos de su trayectoria en una involuntaria despedida en el documental Varda por Agnès. Toma como punto de partida la constitución conceptual de su cinescritura y crea un relato compartido sobre la imaginación y la creación artística. Imperdible para los cinéfilos ver este viaje anecdótico con la maestra absoluta del cine francés.
El relato de una excéntrica unión entre la vida de cazadores de animales extintos, en particular a partir del descubrimiento del esqueleto de un mamut, y la futura revolución tecnológica en el campo de la genética, se muestra en el largometraje Génesis 2.0, de Christian Frei.
La cineasta danesa May el-Toukhy explora las dinámicas de poder en una familia mediante las tensiones que se generan por una relación sexual prohibida en Reina de corazones. En este filme se puede observar una relación incestuosa entre una mujer madura y su hijastro, con objeto de poner en duda conceptos como fidelidad, amor y moralidad relacionada con el deseo.
El velo islámico (hiyad) puede ser tan libre como represivo, todo depende de cómo se utilice, ello queda demostrado en Papicha: Niña hermosa, de Mounia Meddour, quien retrata la valentía de unas jóvenes que intentan encontrar su lugar en un mundo donde su vida peligra por el simple hecho de ser mujeres, en el contexto del angustioso clima de Argelia en la década de los años 90.
Si acaso es posible imaginar un escenario donde lo bello, lo caótico y lo bestial sean presentados al mismo tiempo para ser contemplados, el ejemplo perfecto es Ray & Liz, película autobiográfica que cuenta la historia de Ray, alcohólico solitario, y Liz, fumadora compulsiva, en un sucio departamento en Black Country. Sus dos hijos, Richard y Jason, crecieron a expensas de la negligencia paternal, del caos, de las horas perdidas en el televisor y del humo sofocante de miles de cigarrillos. Uno de ellos creció para ser cineasta y hacer esta película: Richard Billingham.
Tal vez el filme más complejo es Bacurau: tierra de nadie, de Kleber Mendonça Filho y Juliano Dornelles. A partir de una historia futurista en un pequeño poblado de Brasil, estos directores recurren a la experimentación fílmica para ilustrar su espíritu de resistencia insurreccional; hacen patente su fe en un patrimonio cultural común y un arte sutil, con una buena dosis de ironía.
* Con información de la conferencia de prensa de la 67 Muestra Internacional de Cine.
Esta colaboración se publicó de manera impresa en noviembre de 2019, edición 186 del boletín informativo CineAdictos, de la Coordinación de Difusión Cultural de la FES Acatlán.












23º Tour de Cine Francés
La espera terminó
POR NOVEL ALEJANDRO GONZÁLEZ OROZCO
Ha llegado el momento de reencontrarnos con el cine de Francia, gracias a la siempre atinada selección de Cinemas Nueva Era, empresa que desde hace 23 años nos lleva a conocer lo más representativo y actual de la industria cinematográfica francesa.
En esta edición conoceremos el trabajo del director, productor y guionista Hugo Gélin (Francia, 1980- ), quien desde pequeño estuvo en contacto con el cine, pues es nieto de los actores Danièle Delorme y Daniel Gélin. Debutó con el cortometraje La Vie sans secret (2001) y en 2012 estrenó su primer largometraje Comme des frères, a la que le siguió Demain tout commence (2016).
En Un amor a segunda vista (2019) Gélin entrega una ingeniosa comedia romántica, mezcla de ciencia ficción, en la que no pasa por alto el manejo arbitrario del tiempo, así como la previsible estructura de encuentro, desencuentro y desenlace. Equilibra bien el humor y el romance con pinceladas de historieta futurista. Aquí, uno de los dos protagonistas lo pierde todo y al espectador le queda la pregunta ¿qué habría sido sin esas personas tan importantes en su vida?
La directora Jeanne Herry (Francia, 1941- ) también nació en una familia artística: es hija de la actriz Miou-Miou y el cantautor Julien Clerc. Estudió en el Conservatorio de París y en 2009 presentó su primer trabajo, el cortometraje Marcher, al que siguió el largometraje Elle l’adore (2014) y la dirección de uno de los capítulos de la afamada serie Dix pour cent (2016) en Netflix.
En buenas manos es el segundo largometraje de Jeanne Herry. Fue muy bien recibido por la crítica especializada y en febrero de este año estuvo nominada a siete premios César, incluyendo las categorías por Mejor Película, Mejor Dirección, Mejor Actor, Mejor Actriz y Mejor Guion Original. El filme engloba el proceso de adopción, con suficientes descripciones de todos los que intervienen, como eslabones de una cadena humana que vigila el bien del bebé.
Anne Fontaine (Luxemburgo, 1959- ) se formó como bailarina y comenzó a interesarse en el cine en los años 80, cuando debutó como actriz. Incursionó por primera vez en la dirección con Les histories d’amour finissent mal…en général (1993). Después filmó Nettoyage à sec (1997), a la que siguieron: Nathalie X (2003), La fille de Monaco (2008) Coco avant Chanel (2009), Adore (2013), Gemma Bovery (2004) y Les innocentes (2016), las cuales han apuntalado su carrera.
En esta ocasión veremos su versión de Blancanieves, con el título Blanca como la nieve. En manos de Fontaine, vemos una deconstrucción novedosa y arriesgada, con el retrato de una mujer contemporánea, la que ahora se conoce como una millennial. Esta adaptación modifica la presencia de siete enanos por siete “príncipes” con todo y bosque, animalitos, manzana y otros referentes obligados.
Alexis Michalik (Francia, 1982- ) es actor, guionista y director. Comenzó su carrera en teatro en 2001, con el papel de Romeo del clásico de Shakespeare, Romeo y Julieta. Luego de realizar varios trabajos en televisión debutó como director con el cortometraje Au Sol (2014), con el que obtuvo varios reconocimientos en festivales de cine internacional.
Cyrano mon amour es la ópera prima en largometraje de Michalik, en la que fusiona su amor por el teatro y el cine. En este filme destaca la vertiginosa sucesión, ritmo y diálogos acelerados que acompañan al público con un magistral movimiento de cámaras y montaje. Imperdible observar este retrato de las vicisitudes de lo efímero del teatro y la permanencia de una película; no debe pasarse por alto que al momento en que surgió Cyrano, también nacía el cine.
Rémi Bezançon (Francia, 1941- ) estudió en la Ecole Supérieure de Réalisation Audiovisuelle. Debutó como director de largometrajes con Ma vie en l’air (2005), pero no tuvo éxito. Volvió a la industria con Le premier jour du reste de ta vie (2008), una comedia bien aceptada sobre todo por el público joven. Más tarde entregó Un heureux événement (2011), Zarafa (2012) y Nos futures (2015).
El misterio del Sr. Pick representa la oportunidad de Rémi Bezançon para criticar a la élite intelectual encasillada en el “rigor” al que deben estar sometidos quienes logran un éxito literario, en contraparte con el permanente desprecio a escritores menores. Duda e intriga se apoderan del espectador, que busca conocer la verdad en esta historia, encontrar al “verdadero” autor de un libro exitoso. Lo mejor que podrá pasar después de verla es que al asistente le den ganas de leer.
Mikhaël Hers (Francia, 1975- ) estudió producción. Comenzó su carrera como cineasta dirigiendo el mediometrjae Charell, d’aprè (2006), a los que siguieron Primrose Hill (2007) y Montparnasse (2009). Después filmó los largometrajes Memory Lane (2010) y Ce sentiment de l’été (2015).
Amanda permitió a Mikhaël Hers destacar en el Festival Internacional de Cine de Venecia 2018. Con este filme muestra cómo la vida sigue a pesar de un trauma por actos terroristas y las nuevas circunstancias a las que se deben enfrentar las víctimas; cómo debe aflorar la esperanza en momentos de adversidad. Es una estremecedora historia que nos pondrá a pensar sobre cómo hubiéramos actuado estando en el lugar del protagonista.
Conoceremos el trabajo de Lisa Azuelos (Francia, 1965- ), directora, guionista y actriz, con más de dos décadas de experiencia como realizadora. Su ópera prima fue Cavalcade (2005) y suma un total de nueve filmes, entre los destacan Une rencontre (2014) y Dalida (2017).
En Mi niña, Lisa Azuelos presenta un retrato fantasioso de una relación casi perfecta entre una mamá y su hija, pero desde la perspectiva de una mujer moderna. A algunos les parecerá una historia llena de clichés, con escenas inconsistentes, pero finalmente no se debe perder de vista que explora la perspectiva de las madres de muchos jóvenes de esta época.
Luego de estos breves comentarios, solamente queda recodarles que, como público, ustedes son quienes deciden si una película les ha gustado o no, si es “buena” o “mala”. Toda crítica, por más profesional que pueda ser, siempre servirá de referencia, más no de elemento fundamental para una valoración propia de la obra cinematográfica.
















POR CARMEN CANO GORDON
Resulta una agradable sorpresa en la cartelera la más reciente película de Juan José Campanella, El cuento de las comadrejas (2019), coproducción entre Argentina y España. Está clasificada como cine de arte, sí lo es, pero en cuanto a su género resulta difícil de clasificar o, más bien, parece inclasificable.
¿Es una comedia de humor negro?, ¿un thriller?, ¿un drama?, ¿una comedia romántica?, ¿de suspenso?, ¿una tragicomedia? Difícil encasillarla porque al final es todo eso y mucho más.
Con objeto de ayudarnos a entender lo que sucede en este filme resulta indispensable recurrir a la definición de Comadreja en el Diccionario de la Lengua Española, que refiere a: un mamífero carnicero nocturno de color pardo, muy perjudicial para las aves.
Seguramente así entenderemos mejor lo que sucede en la vieja y codiciada casona donde se desarrolla la historia de esta película, en la que continuamente uno de los personajes, Norberto, no deja de tirar a matar a las comadrejas, que intentan habitar el lugar donde se desarrolla la historia. Existe una analogía entre los cuatro habitantes y las comadrejas (animales y sus similares humanas). De no ser por Norberto las comadrejas seguramente tomarían el control.
El cuento de las comadrejas es un retrato social visto desde la perspectiva de una veterana actriz proveniente de la época dorada del cine argentino, un histrión en el ocaso de su vida, un guionista cinematográfico frustrado y un viejo director; todos ellos solían trabajar juntos y conviven bajo el mismo techo. Los interpretan Graciela Borges, Luis Brandoni, Marcos Mundstock y Óscar Martínez.
Atestiguamos un duelo actoral entre cuatro grandes histriones y una pareja de jóvenes actores: Clara Lago y Nicolás Fancella en los personajes de Bárbara y Francisco completan el elenco. Todos ellos muy bien dirigidos por el argentino Juan José Campanella, a quien recordamos especialmente por la aclamada El hijo de la novia (2001).
Campanella concibe El cuento de las comadrejas como un homenaje a su maestro José Martínez Suárez, autor de la cinta de culto Los muchachos de antes no usaban arsénico (1976), comedia negra que funcionó como sátira en los tiempos de la violenta dictadura argentina. Un tributo que Campanella hace a Suárez y lo pone de manifiesto en diversas entrevistas.
Los personajes mayores son cínicos, tramposos, perversos, adorables y están dispuestos a hacer lo imposible por conservar el mundo que han creado en su vieja mansión. La aparición de los dos jóvenes, que pretenden arrebatarles todo por lo que han luchado, hace que las cosas den un giro.

Los cuatro adultos, todos mayores de 70 años, son: Pedro (Luis Brandoni), actor mediano, ya retirado, confinado a una silla de ruedas debido a un accidente; Mara Ordaz (Graciela Borges), su esposa, la diva, quien fue una actriz conocida mundialmente, pero alejada de los reflectores, lo que la acongoja y entristece, aunque con ropa, peinados y adornos de su época de mayor brillo, procura parecerse a la persona que fue en tiempos de mayor gloria.
Norberto (interpretado de manera genial por Óscar Martínez), director de cine, también retirado, es el encargado de matar y ahuyentar toda clase de comadrejas, que se presentan con demasiada frecuencia por los alrededores; es el más sensato de los cuatro y, por último, Martín (Marcos Mundstock), quien fue guionista de Norberto y Mara, y se encarga de amenizarles la vida, poniendo la música de sus recuerdos, de sus tiempos de éxito.
Todos ellos se desenvuelven y conviven con gran facilidad, como peces en el agua, capoteando el temporal que se les presenta, a veces lento, otras como una vorágine que los rebasa, pero sin lograr que pierdan el equilibrio.
Inevitable es señalar que el argumento no es del todo original e imposible evitar el recuerdo de aquella laureada película que hoy es ya un clásico: Sunset Boulevard (El ocaso de una vida, 1976), ganadora del Oscar ese mismo año, donde Gloria Swanson interpretó a una gran diva, tan sobreactuada y grandilocuente como el papel lo exigía, actuación que le valió el Oscar por Mejor Actriz; William Holden fue el protagonista masculino, logrando también una encomiable actuación. La cinta la dirigió Billy Wilder, nominado al Oscar.
La casona donde viven los cuatro protagonistas es propiedad de Mara y su marido, aunque a él se le ha ocultado mañosamente que es copropietario para que pueda ser ella quien haga y deshaga, ordene y ejecute. Tanto Norberto como Martín llegaron a vivir con ellos por azahares del destino.
Como toda vivienda de época, que remite a las décadas de los años 50, 60 y 70, guarda en su interior muebles antiguos, tapices, gobelinos, espejos, lámparas, objetos de arte, cuadros de autores famosos, esculturas de gran valor estimativo para la diva, pero también real.
Los cuatro viven “contentos”, tranquilos, gozando de los beneficios que ofrece el lugar. Sostienen todo tipo de diálogos: algunos irónicos, otros mordaces, la mayoría festivos y una gran cantidad críticos. Como dice la publicidad del filme, son cuatro personajes cínicos, tramposos, perversos, adorables.
Todo camina en paz y sin demasiados tropiezos hasta que un día llegan en un automóvil, al filo del atardecer, Bárbara y Francisco, pareja de jóvenes aduladores y mal intencionados que dicen haberse extraviado y piden les permitan usar el teléfono.

Amablemente los dejan entrar, aunque les advierten que hay mala señal, pero insisten y así, como la humedad, van entronizándose en la casona y en la vida de los cuatro protagonistas.
A los jóvenes les gusta el lugar, se sienten bien acogidos y, cada vez con mayor frecuencia, tratan de convencer a Mara de que venda la propiedad, alegando que así podría obtener un buen dinero y su esposo recobraría la movilidad, incluso podrían viajar. También les “sugieren” que les den a Norberto y a Martín una indemnización para que abandonen la casa.
Todo esto lo van tramando los dos jóvenes, cada uno por su lado, adulando a la diva, trabajando su voluntad para que acepte vender la casa, siendo ellos quienes realicen la operación.
No se vale seguir contando la historia, menos hablar del desenlace, baste decir que se trata de una buena película que regala una muy agradable función. Salimos con buen sabor de boca, pues acaba siendo un filme con un sabroso toque romántico.
Esta colaboración se publicó de manera impresa en septiembre de 2019, edición 184 del boletín informativo CineAdictos, de la Coordinación de Difusión Cultural de la FES Acatlán.
Muestra Fílmica 2019
Adiós CUEC, bienvenida ENAC
POR NOVEL ALEJANDRO GONZÁLEZ OROZCO
El Centro Universitario de Estudios Cinematográ-ficos (CUEC) no existe más, su legado lo hereda la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas (ENAC), creada formalmente a partir del 27 de marzo de 2019. Esta transformación seguramente conlleva más que el cambio de nombre y debería perseguir nuevos objetivos en la formación u optimización del cuerpo docente, encaminados a impulsar o fortalecer, desde otra óptica, la producción fílmica de los estudiantes.
El CUEC logró reconocimiento internacional por haber sido la escuela de cine más antigua de América Latina y formar, desde 1963, a importantes directores, entre los que destacan: Alfonso Cuarón, Emmanuel Lubezki, Jorge Fons, Jaime Humberto Hermosillo, Mitl Valdez Salazar, María Novaro, Marcela Fernández Violante, Graciela Iturbide, Paulina Lavista, Carlos Markovich, Luis Estrada, Alejandro Gamboa, Fernando Eimbcke, Julián Hernández, Alfredo Joskowicz, Ernesto Contreras y Carlos Bolado, entre muchos otros.
Todos ellos, luego de pasar por las aulas del CUEC, lograron consolidar sus trayectorias profesionales, dejando su propia huella en la historia del cine. A muchos se les conoció por primera vez en la muestra fílmica que, desde 1986, organizó el CUEC cada año y de manera ininterrumpida, para someter al escrutinio público los trabajos realizados por sus estudiantes, como parte de un proceso académico.
La selección de corto y largometrajes que ahora se presenta como la Muestra Fílmica 2019 en realidad es un evento de divulgación de los últimos trabajos realizados por estudiantes matriculados por el CUEC; será hasta la siguiente edición que podremos ser testigos de los filmes realizados bajo el sello o estilo de la ENAC.
Para 2020 podríamos esperar algo distinto, pues más allá del cambio formal de nombre, el objetivo con este tipo de modificaciones, en el seno del Consejo Universitario de la UNAM, es lograr modificaciones sustanciales en el plano académico, es decir, la formación de nuevos cuadros docentes, quienes incluso pueden ampliar sus perfiles como investigadores.
También se espera haya mayores o mejores ofertas para los aspirantes a estudiar cine; sería ideal los llegasen a especializar en el dominio del conocimiento humanístico, más allá de la innegable necesidad de motivarlos a innovar en una industria altamente tecnologizada.
Por ahora, les invitamos a prestar total atención a los siete programas que integran esta Muestra Fílmica 2019. Seguramente contaremos con la presencia de algunos de sus realizadores, quienes al final de las presentaciones participan en sesiones de preguntas y respuestas.
Los temas de los 39 cortometrajes y dos largometrajes se centran en los problemas actuales del país y las historias cotidianas de esta época. Permitirán a nuestra comunidad, así como público aledaño, ser testigos de las inquietudes de quienes se especializan en la realización de cine de ficción y documental.
Por supuesto, en ellos está inmerso el diseño de sonido, producción, guion, montaje, dirección de fotografía y de arte, pero en esta ocasión los organizadores han centrado su interés en mostrar resultados en los dos géneros que más ocupan a los cineastas en formación.
Destaca El sembrador, tesis fílmica de Licenciatura, galardonada en la decimosexta edición del Festival Internacional de Cine de Morelia con los premios: del Público a Largometraje Documental Mexicano, Documental Realizado por una Mujer y Guerrero de la Prensa a Largometraje Documental Mexicano.
El sembrador también obtuvo mención honorífica en el Premio José Rovirosa 2018 (organizado por la Dirección General de Actividades Cinematográficas de la UNAM) en la categoría de Mejor Documental Estudiantil.
Bienvenidos nuevos estudiantes de la FES Acatlán a quienes recibimos con esta primera actividad cinematográfica del semestre. Al público en general le reiteramos que, la ahora ENAC, suma más 55 años de labor ininterrumpida encaminando el talento y creatividad de cineastas, por ello la importancia de observar con detenimiento, en la Muestra Fílmica 2019, los trabajos iniciales de quienes darán mucho de qué habar en el cine nacional e internacional.









Almudena Carracedo visitó la FES Acatlán
POR KAREN EDITH PONCE RAMÍREZ Y ROGELIO RAMÍREZ ARAMBURU *
Ambulante Gira de Documentales 2019 estuvo presente en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán y durante la proyección de El silencio de otros el equipo de CineAdictos tuvo la oportunidad de entrevistar a Almudena Carracedo, codirectora de este documental que ha obtenido el reconocimiento unánime de la crítica a nivel internacional.
Almudena Carracedo estudió Comunicación Audiovisual en la Universidad Complutense de Madrid, donde realizó una tesis doctoral sobre el cine fronterizo. Continuó su formación en la Escuela de Teatro, Cine y Televisión en la Universidad de California, en Los Ángeles. Durante su estadía desarrolló múltiples proyectos como Welcome, a Docu-Journey of Impressions (2002) y Made in L.A. (2007), que narra la lucha de tres mujeres latinoamericanas inmigrantes que trabajan en talleres textiles de Los Ángeles, California.

Durante años, el género documental ha sido el estilo narrativo de Almudena Carracedo y esto se debe a que desde un principio se dedicó a grabar luchas sociales para una organización de mujeres inmigrantes en Los Ángeles y porque además intenta generar un cambio social con sus fimes.
“Algo que me parece muy apasionante de este género es que los protagonistas son reales y eso tiene un poder muy fuerte en la audiencia […] El poder seguir la transformación de los personajes durante varios años, es lo que más me apasiona”, comentó la cineasta.
Su proyecto más reciente es El silencio de otros (2018), el cual acompaña a las víctimas del franquismo que continúan buscando justicia hasta nuestros días. Este filme fue codirigido con el productor estadounidense Robert Bahar.
Cabe anotar que el franquismo representa una ideología política impuesta por Francisco Franco (1892-1975), quien a partir de la guerra civil en 1936 y hasta su muerte estableció valores conservadores o nacionalistas en contra del comunismo en España.

Este periodo se caracterizó por miedo generalizado, represión política y social, control ideológico y moral, pobreza, carencia de libertades y derechos humanos, el cual afectó a hombres, mujeres y niños por igual.
En 2010, cuando se empezó a conocer sobre los bebés robados durante el régimen, Almudena Carracedo y Robert Bahar decidieron contar el legado del franquismo y estando en España se encontraron con la querella argentina, un movimiento social que investiga los casos de las víctimas y fue ahí donde encontraron la idea y motivo central de su documental: la búsqueda de justicia.
“El documental es mi evolución como persona en relación a este tema […] Hubo algo dentro de mí que me dolía, que me llamaba. Como que tenía una cuenta pendiente con el pasado de mi propio país”, reveló Almudena Carracedo.
El proyecto fue filmado a lo largo de siete años, con un total de 450 horas grabadas; sin embargo, el verdadero reto inició cuando se seleccionó el material definitivo, pues en año y medio se eligió el montaje presentado en los 95 minutos que dura la película.
La realizadora define al proceso del rodaje de tres formas diferentes: una experiencia agradable, porque trabajó en equipo con Robert Bahar; también duro, debido a la búsqueda de recursos para financiar el proyecto y la creación de la película; pero también satisfactorio al terminarla y ver que sí funcionaba.
Como parte de la filmación, ambos productores colaboraron en la querella argentina; esto ayudó a que se acercaran a las víctimas y ellas se involucraran más con los cineastas, facilitando así su participación en pantalla.
“Comenzamos a colaborar con el movimiento de memoria histórica que estaba iniciando con la querella argentina, por tanto, ellos nos eligieron a nosotros igual que nosotros a ellos. Se estaban organizando y nosotros comenzamos a grabar a una serie de personas que estaba trabajando en ese proceso”, recordó.
El silencio de otros, con un estilo directo e intimista, se ha convertido en la voz más poderosa de los protagonistas, pues al ponerse delante de la cámara y contar estas historias, transmiten responsabilidad y generosidad, valores que los ha llevado a seguir luchando toda su vida.

Una de las historias que se presentan es la de María Martín, quien tenía seis años cuando la separaron de su madre, Faustina López. En 1936, junto con 27 hombres y tres mujeres, a Faustina se la llevaron por no tener el dinero que le habían pedido. Sus restos fueron enterrados en una fosa común bajo una carretera tras ser asesinada y María Martín falleció en 2014 sin poder recuperarlos.
Para Almudena Carracedo y Robert Bahar este documental significó todo un desafío y una gran responsabilidad, ya que no podían defraudar a toda la gente que colaboró con ellos.
“Cada uno de ellos tenía que representar algo grande. Desde el principio nosotros sabíamos que la película era más grande que nosotros, lo protagonistas también lo sabían. Esto simbolizaba algo más grande […] Están ahí representando a miles de personas y en homenaje a estas personas, no podíamos desfallecer”, declaró la también productora.
El silencio de otros se estrenó en la sección Panorama del Festival Internacional de Cine de Berlín 2018, donde recibió el Premio del Público y el Premio de Cine por la Paz de la Fundación Heinrich Böll.
Ha recibido más de 30 premios a nivel nacional e internacional, incluyendo en 2019 el Premio Goya, el Premio Platino y el Premio Cinematográfico José María Forqué en la categoría a Mejor Película Documental.

“No esperábamos tan buen recibimiento; de hecho, cuando se inició con la película, todo el mundo decía ¿por qué hacen esto, si esto no le interesa a nadie?, pero lo bonito es que realmente sí le interesaba a mucha gente y no sólo a la gente en España sino a nivel internacional”, puntualizó Almudena Carracedo.
De igual forma, la Academia de Hollywood lo ha preseleccionó como uno de los 15 documentales en la shortlist para la nominación a Mejor Documental en la edición 91 de los Oscar.
Este filme se ha estrenado en 45 países, entre ellos Estados Unidos, Francia, Portugal, Brasil y Reino Unido, además de que ha participado en más de 100 festivales, incluyendo el festival mexicano Ambulante Gira de Documentales en la edición de 2019.
“Los reconocimientos son muy bonitos, […] ganar el Goya y el Platino, pero lo mejor es el reconocimiento de la gente, o sea, que a la audiencia le funcione, que le ayude a sentir, a pensar y entender. Generar una sensación dentro y decir tenemos que hacer algo. Ese es el verdadero premio”, expresó la cineasta.
A partir de su estreno ha sido bien recibida tanto por el público como por la crítica cinematográfica, ya que la gente conecta con la historia y con los protagonistas. Es por eso que utiliza al género documental, porque con esta herramienta puede conectarse con el corazón de la gente para observar este tipo de problemas, generando empatía y un cambio social.
Para Almudena Carracedo El silencio de otros ha significado el “gran monstruo” que ha comido su vida, ya que fue el proyecto que más tiempo le tomó realizar y terminar, además de que lo combinó con otra actividad: ella también es profesora de producción documental en la Universidad de Nueva York y en la Universidad de Alcalá enseña producción y dirección de documentales.
“Es difícil compaginar porque muchas veces hay que ir a grabar, pero tienes que dar clases o tienes que dar feedback a los cortes de las películas, pero es muy inspirador. Los estudiantes son muy inspiradores, tienen ideas nuevas y frescas. Es bonito cuando la gente tiene pasión por lo que hace, eso se contagia en las dos direcciones”.
Actualmente está dedicada completamente a la difusión del documental; sin embargo, adelantó que en el verano decidirá qué nuevo proyecto emprenderá.
Al finalizar la entrevista Almudena Carracedo dirigió un mensaje para toda la comunidad universitaria de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán:
“Mi consejo a las personas que trabajan en audiovisual o creando mensajes sociales a través del cine o del video, es la perseverancia, no aceptes un no por respuesta. Todo el mundo va a decir que no se puede, pero tú tienes que seguir luchando porque sí se puede, con mucho esfuerzo y sacrificio […] Estoy convencida de que los documentales pueden ayudar a transformar conciencias y pueden ser ese granito de arena que todos los días nos ayuda a ser mejores, sociedades más justas”.
* Karen Edith Ponce Ramírez y Rogelio Ramírez Aramburu realizan su Servicio Social en Promotoría Cultural.
Esta colaboración se publicó de manera impresa en junio de 2019, edición 182 del boletín informativo CINEADICTOS, de la Coordinación de Difusión Cultural de la FES Acatlán.