POR ADRIÁN ALEJANDRO VELÁZQUEZ BAUTISTA
En el cine esencialmente existen dos modos para integrar la música: en forma extradiegética, con sonidos que ocurren mientras suceden acciones en escena, pero los personajes “no la escuchan”, debido a que no pertenece a la narración; ésta se enfoca en la percepción de los espectadores.
La otra es la intradiegética, la cual “sí se escucha” en el entorno donde transcurren las escenas o los hechos: los personajes la perciben, es parte de la realidad representada en la secuencia.
De manera simultánea, la música extradiegética puede introducir elementos estilísticos de época o región cultural, jugando así una función adicional de contextualización, con ello contribuye a la definición o construcción de la diégesis: lo que conforma un mundo, su historia, leyes, reglas, problemas, criaturas, entre otros elementos; se le atribuye una carga emocional, no pretende introducir asociaciones extramusicales.
En cada filme la música incide en su sentido estético, en el enfoque comercial o cultural en que se contextualice, abarcando desde aspectos tecnológicos hasta políticos, por mencionar algunos. Los componentes sonoros se integran con voces, ruidos y sonidos musicales*.
La función principal de la música suele ser la de proveer apoyo y sustento emocional a las historias; también puede establecer o clarificar el tono, el carácter dramático, apoyar y sostener el ritmo, agregar o modificar sentidos y significados. Además puede ser parte de la narrativa, contener en sí misma un personaje o parte del fondo, de las atmósferas.
La trilogía de El señor de los anillos (El señor de los anillos: la comunidad del anillo, 2001; El señor de los anillos: las dos torres, 2002 y El señor de los anillos: el retorno del rey, 2003) representa un claro ejemplo de música extradiegética; en estos filmes el multipremiado compositor Howard Shore desarrolla la que, quizá, sea la más completa exploración de leitmotiv (tema musical dominante y recurrente en una composición o motivo central como asunto que se repite) en la historia del cine, dando como resultado partituras tan vivas y emotivas como el ficticio mundo que imaginó en sus historias J.R.R. Tolkien.
La también llamada técnica de Leitmotifs proviene del estilo operístico popularizado por Richard Wagner, que fusiona melodías, personas, eventos o lugares, para ayudar al desarrollo dramático de la historia. Entre sus funciones destaca la unión de encuadres entre sí o de manera opuesta, para señalar su separación.
En el caso de El señor de los anillos: la comunidad del anillo se observa la transición de la imagen en negro con la narración del origen de los anillos de la Tierra Media, el tema simboliza a los elfos de Lothlorien, específicamente al personaje de Galadriel, quien narra la historia a modo de prólogo.
Posteriormente, la música enmarca la aparición de los personajes de Galadriel y Bilbo, cambiando el tono conforme uno sale de escena y el otro entra. Se escucha el tema La Comarca, mientras Bilbo sitúa al público en el mapa de la Tierra Media y nuevamente la melodía de La Comunidad concluye la introducción al filme.
El tema de La Comunidad presenta mayor número de variaciones, dando como resultado un tono heroico. En escena aparecen Frodo y Sam, quienes dejan la Comarca de camino a Rivendel. Shore introduce un fragmento de La Comarca como anticipo de la variación, para luego convertirla en un simple motivo de la melodía de La Comunidad.
La sencillez de este tema contrasta con otra variación más oscura, mientras Gandalf se adentra en Isengard para pedir el consejo de Saruman. El compositor añadió platillos y la melodía acompaña el galope de Galdalf. Estas dos variaciones se enfrentan entre sí y anticipan la ruptura final de La Comunidad.
La siguiente vez que se escucha el tema Frodo y los hobbits han aceptado a Trancos, o Aragorn, como su líder temporal. La Comunidad está creciendo, así como la sección de metales. Primero se utilizó un corno francés, con la intención de acrecentar la tensión ahora se escuchan tres. A la majestuosa melodía se la añaden los timbales para un efecto de “urgencia”.
El leitmotiv de La Comunidad reaparece cuando Frodo ha sido capturado por los espectros del anillo. Mientras Arwen los lleva a Rivendel, esta pieza se mezcla con otras de forma vehemente, a fin de imponerse.
Otro pasaje apasionante, gracias a la música, ocurre en las minas de Moria, el único momento en que los nueve miembros de la Comunidad forman parte de una acción conjunta. Se percibe un compás de 3/4 de La Comunidad que inmediatamente es absorbido por el compás de 5/4 de los Orcos. Desde ese momento, tras perder a Gandalf, el leitmotiv sólo aparecerá de forma fragmentada.
En la salida de Lothlorien, el tema sólo reúne violines y corno inglés, para aportar una débil variación de la que el compositor ya ha abusado.
Howard Shore utiliza la instrumentación, el tempo y la armonía. El leitmotiv está en la trilogía, entrelazándo y obteniendo una compleja red entramada con la historia.
Sirva este ejemplo para mostrar una capa, muchas veces invisible, del cine.
* Casetti, F. and Di Chio, F. (2007). Cómo analizar un film. Ediciones Paidós Ibérica. Barcelona.