El Doctor Manuel Martínez Justo, Director de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, entregó medallas y reconocimientos a 181 profesores del campus por antigüedad académica por 10, 15, 20, 25, 30, 35, 40, 45, 50 y 55 años de labor, en dos ceremonias celebradas en el Teatro Javier Barros Sierra, donde académicos, acompañados por sus parejas, hijos, niños y nietos, sobre todo de sus pares, con quienes llevan lustros y décadas de convivir y compartir triunfos, fracasos y confidencias.
Acompañado de la maestra Nora Goris Mayans, secretaria General Académica; el maestro José Luis Castañón Zurita, secretario Administrativo; la doctora Claudia Márquez Díaz, secretaria de Extensión Universitaria y Vinculación Institucional; y la doctora Laura Páez Díaz de León, secretaria de Posgrado e Investigación; Martínez Justo señaló que “ser profesor de la Universidad sea tal vez el mayor privilegio del que gozamos, una de las profesiones más bonitas del mundo, porque lo que vamos haciendo a lo largo del tiempo transformando a los jóvenes, a quienes damos lo más valioso y precioso que tenemos. Los profesores tenemos dos cosas y se lo dejamos todos los días de manera gratuita a nuestros alumnos: el conocimiento, no hay nada más valioso que el conocimiento que nosotros tenemos y que logramos transmitir, y les enseñamos a identificar problemas, una situación determinada, a resolverlo, y los vamos formando para la vida, con el objetivo siempre de convertirlos en exitosos profesionistas; los transformamos en excelentes seres humanos”, destacó.
Asimismo, el director confió en el cambio generacional entre los maestros: “veo maestras y maestros muy jóvenes que están cumpliendo de manera extraordinaria sus funciones, cada día los veo comprometidos, eso me llena de orgullo, también de una gran esperanza de que debemos estar tranquilos porque estas generaciones están bien preparadas”. Martínez Justo agregó que los profesores galardonados representan una familia, “estoy convencido de que cada uno de ustedes terminará siendo una gran familia en donde todos ayuden a todos, me dará mucho gusto volverlos a encontrar, saludarlos, darles un abrazo, y seguro que es una ilusión compartida. Esta Facultad es grande gracias al trabajo que hace cada uno de ustedes”.
Por su parte, la doctora Ericka Judith Arias Guzmán, coordinadora de Estudios de Posgrado, al hablar en representación de sus colegas que cumplieron 10, 15 y 20 años de servicio, recordó que “el primer día de clases nunca lo olvidaré, porque fueron muchos sentimientos encontrados. Desde entonces, he sabido que cada grupo nos deja muchas vivencias y enseñanzas. Los alumnos no son conscientes de las lecciones que nos dan sin pensarlo o quererlo. A nuestros exalumnos o alumnos les pido que no nos juzguen severamente porque también cometemos errores. Nuestra profesión implica estar siempre fuertes, rigurosos y exigentes, pero también con la mejor actitud, aunque no siempre lo logremos, para formar a los profesionistas del fututo”.
Arias Guzmán aseguró formar parte de “una generación de profesores cambiante, nos ha tocado ser muchísimas veces conciliadores y jueces, y otras tantas, pacificadores y árbitros. Hemos tenido alumnos que al paso de los años hemos visto crecer, madurar, equivocarse, y que en la actualidad son mujeres y hombres exitosos en cada una de sus áreas, lo cual nos hace sentir orgullosos porque sentimos que contribuimos, aunque sea con un granito de arena en su formación académica”.
A su vez, el profesor Víctor José Palencia Gómez, quien habló en nombre de sus compañeros que cumplieron 25, 30, 35, 40, 45, 50 y 55 años, se refirió a los trabajadores y administrativos que mantienen instalaciones y laboratorios con un sinfín de servicios indispensables para el funcionamiento del plantel: “los estudiantes pasan, las autoridades y funcionarios son transitorios, los trabajadores con frecuencia cambian de una entidad a otras, sin embargo, quienes fuimos convocados, somos los profesores y técnicos académicos; en otros lugares los investigadores quienes permanecemos por años, con constancia, discretamente realizando a diario docencia, investigación y difusión de la cultura, las funciones sustantivas de la Universidad”.
Quien también recibió medalla y reconocimiento por 50 años de labores puntualizó que “agradecer es un signo de nobleza, de buena crianza, de educación, por ello, la Universidad se ennoblece con este acto y con el reconocimiento que nos otorga. Sirva simultáneamente este acto para que agradezcamos a la Universidad todos, y a nuestra Facultad en particular, el habernos dado la oportunidad de hacer algo de bien en nuestras vidas y contribuir al México del mañana”.
Cabe destacar que el profesor y exdirector de Acatlán, Ingeniero José Pedro Agustín Valera Negrete, recibió un emotivo y extensivo aplauso por sus colegas al cumplir 55 años de trayectoria académica. ¡Enhorabuena!
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