En otra de las actividades en torno a la lucha libre organizada en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, en el Teatro Javier Barros Sierra tuvo lugar la mesa de análisis Del pancracio a la pantalla grande. Auge y declive del cine de luchadores, con la participación de Michael Ramos-Araizaga, director de cine, José Antonio Iñiguez Martínez y Tarsicio Chárraga Pineda, profesores del campus.
Con el propósito de compartir experiencias en torno al pancracio, los invitados ofrecieron variados aspectos de sus actividades relacionadas con los cuadriláteros, luchadoras rudas, luchadores técnicos; hechos históricos en la televisión, pero, sobre todo, el cine. Así, Ramos-Araizaga, director de cine experimental y documentales como Cassandro, el exótico, habló de algunos filmes de luchadores considerados clásicos, como La leyenda de una máscara, dirigida por José Buil.
Acerca de Cassandro, el exótico, obra que le reservó un sitio en la lucha libre, el autor contó cómo conoció al luchador en Los Ángeles, California, debido a que financió con recursos independientes su obra, la cual le llevó tres años desde la concepción de la idea hasta su conclusión, cuyo fin eligió cuando el gladiador perdió la cabellera sobre el ring. El documentalista, con maestría en Estudios de Archivos de Imágenes en Movimiento de la Universidad de California, anunció que en breve se proyectará un largometraje en torno a la vida de Cassandro.
Por su parte, Iñiguez Martínez consideró a la lucha libre un fenómeno social presente en más de seis décadas en México. Admitió que la cercanía con los luchadores sucedió, en su caso, a través del cine, de las decenas, cientos de filmes vistos desde su infancia. El profesor de Acatlán recordó programas triples de películas de lucha libre, en los llamados cines “piojito”, del pasado siglo y contó anécdotas de filmes sobre Huracán Ramírez, interpretada por David Silva, sus numerosas secuelas con la Tonina Jackson, Pepito y Titina Romay, en el reparto.
Hablando de fechas y anécdotas, Chárraga Pineda abordó las de películas de culto, como las estelarizadas por El Santo; divertidas, El luchador fenómeno, refiriéndose a superhéroes nacionales inmortalizados en cintas de plata de aquella época. Como diseñador gráfico, citó asuntos de estética y técnicas creados para vender, películas de luchadores con damas-divas como atractivo sexual de las que solían filmarse dos versiones, uno para el mercado nacional, otra, con gran demanda, distribuidas en el extranjero. En 1950, contó el catedrático, el canal 4 inició transmisiones con el informe presidencial, dos meses después, en noviembre, iniciaron las transmisiones en vivo de la lucha libre, con un inesperado éxito extendido por varios años.
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