Durante todo el mes de junio, las banderas arcoíris se ven colgadas en las fachadas de distintos edificios como símbolo del orgullo por pertenecer a la comunidad LGBTTTIQ+ que por años ha luchado por el reconocimiento de sus derechos. Pero esta situación no siempre fue así: el 28 de junio de 1969, en el barrio de Greenwich, Nueva York, comenzó una protesta afuera del Stonewall, conocido bar refugio para la diversidad sexogénerica, desalojado de forma violeta por la policía.
Cansadas del maltrato constante, 400 personas comenzaron a amotinarse afuera del lugar, a pesar de los esfuerzos de la policía por dispersar la multitud. Los disturbios continuaron los siguientes cinco días convirtiéndose en parteaguas del movimiento civil de lucha por los derechos de la comunidad LGBTTTIQ+.
Para recordar y darle visibilidad a ese día, la Facultad de Estudios Superiores Acatlán ha realizado una serie de actividades para conmemorar junio como el Mes del Orgullo y el 28 de junio como el Día Internacional del Orgullo LGBT.
Además, en el campus existe la Comisión Interna para la Igualdad de Género (CInIG), instancia responsable de promover una cultura de igualdad, no violencia y no discriminación, así como el respeto a la diversidad entre la comunidad universitaria a través de actividades informativas, académicas, culturales, lúdicas y deportivas con perspectiva de género.
De igual forma, la CInIG imparte talleres de inclusión en todas las licenciaturas con la finalidad de hacer un trabajo de sensibilización entre docentes, funcionarios y estudiantes, tarea que comienza a dar frutos al colocar las bases para que nuestra Universidad se convierta en un espacio seguro para la comunidad LGBTTTIQ+.
No solo en junio
En nuestra comunidad se vive y se celebra la diversidad, por ello, integrantes universitarios de la comunidad LGBTTTIQ+ expresaron sus opiniones sobre las actividades realizadas para celebrar junio.
Para José Antonio Reyes Pérez, conocido como Apolo, estudiante de la licenciatura en Diseño Gráfico, las celebraciones en todo el mundo por la diversidad sexual son importantes, pues representan una oportunidad para recordarle a la sociedad que las minorías poseen derechos como todos los ciudadanos.
“Tenemos la imperiosa necesidad de reconocernos como homosexuales, lesbianas, gays, bisexuales o transgénero, nos falta más visibilidad. En el Valle de México gozamos de bastantes derechos, por desgracia en el interior de la República aún se nos niegan cosas básicas”, sentenció. De igual forma, Reyes Pérez consideró indispensable alzar la voz y exigir a los gobiernos en turno que se respete el derecho a ser diferente.
En el caso de David Ricardo Morales Juárez, Troia, estudiante de la licenciatura en Comunicación, la marcha del Orgullo LGBTTTIQ+ debió recobrar su esencia y los principios que le dieron origen. “Ser un escaparate para mostrar a la sociedad nuestra lucha cotidiana y reclamar nuestros derechos. Es importante celebrar, pero también resulta indispensable el acudir con un ánimo más reflexivo y recordar, en todo momento, el por qué se está manifestando. Reconozco que algunas de las marcas participantes han ayudado a darle más visibilidad al movimiento”.
Ambos coincidieron en señalar que este año la celebración tuvo que contar con mayor seguridad para garantizar la integridad de los asistentes y ser más inclusiva, especialmente con las personas de la comunidad que sufren alguna discapacidad o tienen problemas para desplazarse por su avanzada edad.
Como integrantes de nuestra comunidad estudiantil dicen sentirse seguros dentro de nuestra Facultad, gracias a la empatía de los compañeros y docentes, quienes se han solidarizado con la causa que abanderan. “En la actualidad el ambiente dentro de la Universidad es más tranquilo, cada día más jóvenes expresan de manera abierta su orientación sexual sin temor a ser señalados o excluidos. Existe más compañerismo y si alguien realiza un comentario fuera de lugar, no te dejan solo e incluso llegan a intervenir a tu favor. Hasta hace algunos años la situación era diferente, profesores y estudiantes vertían opiniones desafortunadas sobre la comunidad homosexual, sin sustento alguno, basadas en el prejuicio y la ignorancia.”
Troia reconoció que la FES Acatlán trabaja de forma decisiva para lograr mejores condiciones para las denominadas minorías, sugirió que, además de los cursos y talleres, se pudiese sumar a las licenciaturas una materia relacionada con el tema de la diversidad sexual y la inclusión. “Pertenecemos a una comunidad que históricamente ha sido marginada en sus derechos laborales, familiares y de seguridad social. También sería bueno contar, a lo largo del año, con más charlas, conferencias, obras de teatro, conciertos y todo tipo de actividades que visibilizaran a la comunidad. Tenemos que dejar en claro que no solo existimos durante el mes de junio.”
Para finalizar, Apolo refirió que la instalación de los baños mixtos en el campus le pareció un acierto, pese a la resistencia mostrada por un sector de la comunidad universitaria, habrá de garantizar como espacio 100 por ciento seguro. “Como universitarios debemos ser más unidos y si observamos que están agrediendo a un compañero por sus preferencias sexuales, debemos solidarizarnos y actuar. En su momento, me hubiera gustado que alguien me ayudara para hacerle frente a este tipo de personas. La gente no tiene derecho a insultar a una persona de manera gratuita.”
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