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• Especialista del Centro de Integración Juvenil Naucalpan explicó las señales, mitos, realidades y consecuencias sobre este problema de salud entre los jóvenes

“La mejor prevención de la adicción del consumo de alcohol es informarte, conocer, comunicarte con familiares, amigos, seres queridos, tener hábitos saludables, pero, sobre todo, mucha fuerza y amor propio para no caer en las garras de este mal”, dijo a los jóvenes universitarios la licenciada Erika del Rocío López Fuertes, trabajadora social del Centro de Integración Juvenil Naucalpan, durante la conferencia Prevención en el consumo de alcohol. 

En el marco de las Jornadas Amores Libres de Violencia, realizadas en la Sala de Usos Múltiples del Edificio A-8, la charla tuvo la finalidad de darle a las y los universitarios un contexto general sobre la ingesta de las bebidas etílicas, los mitos, realidades, y por qué es considerada una enfermedad y una adicción. “El consumir una bebida alcohólica es equiparable a una droga porque cumple con requerimientos para tomarla en cuenta como: alterar una o varias funciones físicas y psíquicas, inducen a las personas que las toman a repetir su auto-administración por el placer que generan”, destacó.

López Fuertes informó que entre los mitos que se tienen en las bebidas alcohólicas existe que no hace daño porque se obtienen de la fermentación natural o por la destilación de diversos granos, frutos, plantas, fermentación de cereales y con abundantes azucares, “dicen que lo que viene de la naturaleza no hace daño, pero hay que recordar que todas se hacen o fabrican mediante un proceso artificial que aumenta su concentración con alcohol puro, lo que ya deja de ser natural y al final ocasiona el mismo daño”.

La especialista dejó en claro que los efectos que hace el alcohol en hombres y mujeres se determina por las diferencias que existen para metabolizar la bebida que se consume, dadas las características biológicas, anatómicas o fisiológicas. “Al final los efectos son los mismos y van desde ser un estimulante, dar señales inhibidoras, disminuir algunas zonas cerebrales críticas, relajación, euforia y confusión hasta la pérdida de la conciencia”.

Precisó que los patrones de consumo en el alcohol son: abstinencia experimental, la cual se da por curiosidad y puede suspenderse o se pasa a la ocasional, que es la frecuencia de consumo en ciertos periodos, “aquí el riesgo se evalúa por las cantidades y no por la frecuencia. Cuando se llega ya al frecuente, que es la ingesta semanal o varias veces al día, ya se cae en el uso perjudicial, que va desde problemas de la salud, con la familia, la escuela, el trabajo, la sociedad, e incluso con la ley, y se asocia con trastornos como intoxicación aguda, sobredosis y tolerancia”.

Finalmente, la ponente alertó a los jóvenes sobre las afectaciones en el abuso de alcohol, ya que “son tan amplios los efectos perjudiciales, pues van desde los personales, como el deterioro personal, físico y emocional, hasta el impacto que tiene en el entorno familiar, escolar y social. Por eso es importante que tengan los conocimientos y se acerquen a conocer sobre estos temas, recuerden que siempre hay quienes les brindaran apoyo y asesoría para orientarlos”, comentó.

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