“Uno tiene que amar el silencio para amar la lectura”, expresó la doctora Angelina Muñiz-Huberman en un conversatorio virtual donde compartió sus reflexiones acompañada del Doctor Manuel Martínez Justo, Director de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, y el doctor Rubén Darío Medina Jaime, profesor de la División de Humanidades.
Durante su mensaje de bienvenida, Martínez Justo hizo un llamado para conocer la obra de Muñiz-Huberman, en la que se repiten temas como el exilio. La autora nació en Francia y sus padres huyeron de la Guerra Civil española. Más tarde se convirtió al judaísmo, al descubrir su ascendencia sefardí. La escritora será reconocida este jueves con el doctorado honoris causa por la Universidad Nacional Autónoma de México, su alma mater.
Para darle la bienvenida, el director de Acatlán leyó un poema de la autora: “Doblemente exiliada/ Doblemente judía/ Doblemente española/ Una sola vez mexicana/Mexicana en 1942:/ transposición de 1492”. Martínez Justo agradeció a la académica su presencia y señaló que “fue en esta Universidad Nacional donde Angelina Muñiz-Huberman encontró una nueva vida, y yo digo que también nos dio más vida a nosotros, porque nos transmitió conocimiento y una forma muy suya, muy propia de ver la vida”.
La escritora leyó para el público Los libros ¿por qué?, un texto que ella definió como un “pseudoensayo”, pues expresó que cuando escribe busca transgredir los géneros. “¿Por qué ese afán de leer? ¿Cuál es el atractivo de fuego negro sobre fuego blanco? Porque el libro incendia sin quemar. Abrasa sin herir. Abraza sin estrechar. Expone y oculta. Nos hace reír. O llorar. Es un amigo silencioso pleno de palabras. Todas las palabras del mundo”, expresó la escritora.
Después de compartir esta obra, Muñiz-Huberman ahondó sobre su relación con los libros, los recuerdos de librerías y cafés a lo largo de su vida, su paso como docente en la Facultad de Filosofía y Letras y la quema y censura de libros. Para la autora no importa si la lectura se realiza en una tablilla de barro en una tableta electrónica, pues lo importante es leer. Sin embargo, destacó que tener un libro de papel en la mano “es hasta una sensación erótica. Está uno tocando y viendo las páginas y pasándolas, acariciándolas. Es otra situación, pero yo creo que hay que acomodarse a todas las épocas”.
Después de recordar las lecturas de su niñez, la poetisa destacó que no se debe imponer a los niños el gusto por la lectura, sino que debe ser algo espontáneo, además, se debe identificar lo que les gusta leer más para seguir incentivándolos. La autora recordó que sus padres le inculcaron el amor por los libros, cuando los tres se reunían en silencio a leer.
De igual forma, Muñiz-Huberman mencionó su obra La lengua florida: antología de literatura sefardí, la cual explora, desde un punto de vista literario e histórico, al pueblo sefardí y su lengua, el ladino, una antigua forma de español que hablaban los judíos después de su expulsión de la Península Ibérica.
La escritora también detalló que hubo una migración de criptojudíos (orillados a convertirse al cristianismo, pero que en la privacidad seguían profesando la fe judía) a los estados del norte de México, alejándose de la Ciudad de México, donde se concentraba la inquisición.
La autora de más 50 libros detalló que entre sus planes a futuro se encuentran explorar a través de la poesía los cambios en “nuestra manera de ver, de ser, de hablar y entender, lo que nos ha producido esta epidemia”, pues considera que pese a los avances científicos estos fenómenos van a seguir pasando a lo largo de la historia.
Asimismo, la autora de Los confidentes, explicó que busca tomar un personaje secundario de una de sus novelas y hacerlo protagonista de su propia historia y también recopilará algunas de las colaboraciones que aparecieron en Cuadernos del viento, Excélsior y otras publicaciones.
Puedes ver el conversatorio completo aquí.
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