“Ustedes son la primera generación que se ha forjado durante la gestión que he tenido el privilegio de estar presente en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán. Tiempo, en general, que no ha sido nada fácil. Cada uno de ustedes vivió el tránsito de lo presencial a lo virtual y, de nueva cuenta regresó a la normalidad. Ustedes, como alumnos tuvieron que sentarse frente a la pantalla de una computadora y escuchar a sus profesoras y profesores hablarles continuamente sin que tuviéramos la oportunidad de estar juntos; sentir esta parte de la emoción, pero también de las reacciones que podríamos tener unos con otros”, manifestó el Doctor Manuel Martínez Justo, Director de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán en la ceremonia de entrega de diplomas a la generación 2018 de Derecho.
En el Teatro Javier Barros Sierra, Martínez Justo, estuvo acompañado de la maestra Nora Goris Mayans, secretaria General Académica, el maestro Carlos Nandayapa Hernández, secretario de Asuntos Académicos Estudiantiles y la maestra Lidia Chávez Fonseca, coordinadora del programa de Derecho, en las cuatro ceremonias programadas.
El también catedrático de la licenciatura en Relaciones Internacionales aseguró también: “maravillosa Universidad Nacional Autónoma de México, maravillosa Facultad de Estudios Superiores Acatlán que nos permite ir creciendo juntos e ir aprendiendo, compartiendo los conocimientos, también las experiencias de vida entre unos y otros. Si hacen un ejercicio de introspección, recordarán los primeros días en que llegaron ustedes aquí. Me tocó la suerte verlos llegar con caras desconcertadas, caras inquietas”.
El director de esta unidad multidisciplinaria agregó: “los he visto cambiar a lo largo del tiempo, cómo se familiarizaron con nuestras instalaciones. Cambiaron en estos años, ahora, con esta entrega de diplomas donde se cierra una primera etapa de su formación, estoy seguro que van a extrañar a sus amigas y amigos, aquellos compañeros que les ayudaron a seguir adelante, a divertirse, porque de eso se trata la vida”.
Finalmente, el doctor en Ciencias Políticas mencionó a los egresados y a sus familiares presentes que, “ahora viene la parte más importante: tienen que titularse, obtener esa certificación que la Universidad de la Nación les va a dar para demostrar a la sociedad que ustedes tienen los conocimientos, las habilidades y las destrezas para ofrecerlos a la sociedad”.
Quizá el último encuentro
2018 marcó el ingreso; 2022 el extremo opuesto al que únicamente falta la obtención del título para concluir la licenciatura en Derecho. Sin estar conscientes que pudo tratarse del último acto masivo, los egresados ingresaron al Teatro con papel en mano que indicaban el sitio asignado, inquietos sobre las butacas estiraban el cuello, giraban el torso buscando a mamá y papá, a los familiares y amigos que los acompañaron a tan significante ceremonia.
Por su parte, los familiares, prácticamente todos con teléfonos celulares en mano tomaban fotos o grababan sin perder detalle de la ceremonia, agitaban el brazo libre en imaginarias conexiones que recorrieron las filas de derecha a izquierda y viceversa.
Entre los estudiantes y sus familiares se percibió un ambiente de algarabía y alegría colectiva por la conclusión del sueño anhelado: un hijo (a) egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán.
Los presentes observaron los videos en los que alumnos agradecieron los conocimientos adquiridos entre 2018 y 2022; narraron experiencias con sus compañeros, además de otros recuerdos. Una de sus compañeras en el último lustro habló a nombre de toda la generación, después una dama y un caballero pasaron por sus diplomas de graduación.
Ocupando las primeras filas de las butacas, cada asistente se levantaba al escuchar su nombre, mientras aparecía en la pantalla gigante colocada al centro del escenario saludaban al aire. La intervención musical del Cuarteto de Cuerdas de Acatlán marcó una pausa para luego concluir con la lista de presentes. Antes de abandonar el recinto, los asistentes recibieron sus diplomas para luego compartirlo con sus allegados. ¡Enhorabuena!
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