La compañía Ópera Cinema exhibió a la comunidad universitaria y público en general su más reciente proyecto: Los siete pecados capitales, en el que se apreció la vinculación entre ópera y cine mudo en el Teatro Javier Barros Sierra, de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán.
Dicho concepto, creado en 2014, es un formato cinematográfico que permite presentar óperas completas musicalizadas en vivo a bajo costo y con reducidos tiempos de montaje. Se trata de óperas filmadas con la estética del cine mudo, donde el acompañamiento musical puede ser con reducción a uno o dos pianos o con la orquestación original y siempre con cantantes en vivo.
Esta ocasión, el público se deleitó con la ópera-cabaret, primera producción a color realizada por la compañía, una pieza escénica compuesta por Kurt Weill sobre poemas de Bertold Brecht.
La trama cuenta la historia de Anna, una chica que abandona su hogar en busca de mejorar las condiciones de vida de su familia, pero en su camino lo único que encuentra es hambre y tristeza. A pesar de su ascenso en la escala social, su corazón y alma son desmoronados por las humillaciones que recibe al vivir en un mundo lleno de lujos e injusticias, cada escena breve se combina con cada pecado y con ello conocemos a las diferentes Anna: la hermana, la soñadora, la autoritaria, pero, al mismo tiempo, la fraccionada.
Conforme avanza la historia en cada lugar hay una experiencia, Anna descubre que la decisión quizás no fue la mejor, conforme avanza en lo material se nota más pobre y con más tristeza de la que tenía antes de tomar este camino.
Los siete pecados capitales, última colaboración de Weill y Brecht, dos artistas revolucionarios de Wiemar. A pesar de la tensión artística generada entre estas figuras sacaron adelante este proyecto de cabaret satírico que tenían como objetivo tratar de cambiar a la sociedad a través de un corrosivo cinismo que denunciaba la doble moral.
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