La doctora Diana Paola Granados Madrigal, especialista en género, victimología y prevención del delito, dictó la conferencia Patriarcado y feminismo… narrativa de la desigualdad, transmitida vía Facebook y convocada por la Comisión Interna para la Igualdad de Género (CInIG) de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán y moderada por la maestra Cynthia Acosta Ugalde, coordinadora de esta instancia.
Granados Madrigal, docente en el Instituto Nacional de Ciencias Penales, señaló que, aunque se han creado diversos instrumentos para proteger los derechos humanos de las mujeres, estos y las leyes no son suficientes para combatir las agresiones. La doctora consideró que a pesar de que hay una conversación actual acerca de los derechos humanos, cada vez se evidencia más la incongruencia entre este paradigma y el desempeño de servidores públicos.
La especialista resaltó que el problema de la violencia no es de leyes, sino estructural, pues solo se respetan los derechos de las personas a las que se percibe como iguales, es decir, no hay un reconocimiento de manera sustantiva de la igualdad de las mujeres por parte de las personas que las agreden.
Asimismo, señaló que a todos en esta sociedad se les enseña a relacionarse por medio de la violencia, que no se ejerce siempre de manera directa, por ejemplo, mediante el establecimiento de jerarquías, lo que implica el ejercicio del poder y, con ello, de desigualdad. La especialista describió que la construcción de las sociedades occidentales está enfocada en la cuestión simbólica, donde los cuerpos son un medio propagandístico.
Granados Madrigal mencionó que las personas que ejercen la violencia pretenden mandar un mensaje a posibles “mujeres desobedientes” a través de las agresiones a los cuerpos, de ahí la importancia de hablar sobre estas narrativas, pues estos mensajes también se transmiten mediante imágenes, símbolos y significados.
Rememoró el mito adánico, con el que se justifica la desigualdad de Eva ante Adán, al ser ella creada a partir una costilla de él. En este caso también evidenció el borrado de la figura de Lilith de la tradición judeocristiana, pues originalmente ella era la primera mujer, hecha de barro como Adán, y quien se rebeló contra Dios al considerarse igual a su esposo.
Indicó que este tipo de mitos justifican a un Estado misógino y su estructura de género, en el cual el varón indica lo que es correcto y se toma como ideal a un modelo masculino-heterosexual. Asimismo, se tiene un sentido de apropiación sobre el cuerpo de las mujeres, ya que parte del mandato de masculinidad brinda a los varones derechos por encima de ellas.
Destacó la importancia de trabajar en un proceso reeducativo donde se considere a las otras personas como iguales en valor, pues si bien todos los individuos son diferentes, en nuestra sociedad esta diferenciación es motivo de desigualdad y discriminación donde las mujeres llevan la peor parte.
La especialista se refirió al planteamiento más importante para combatir la violencia, pues no se trata únicamente “solo cómo castigar al feminicida”, sino pensar en lo que se hace para no llegar a esto, ya que hay descuido a las estructuras de desigualdad y violencia en el seno familiar.
Granados Madrigal alertó que los ataques hacia las mujeres son cada vez más violentos y se genera mayor destrucción en los cuerpos, por ejemplo, la violación utilizada como un mecanismo de disciplina.
Hacia el final de la charla, la maestra Nora Goris Mayans, secretaria General Académica y presidenta de la CInIG agradeció a la doctora por hablar de estos temas difíciles y favorecer la reflexión para cuestionarnos la propia realidad.
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