La Fundación Miguel Alemán A.C. y el periódico El Universal transmitieron el foro virtual La violencia contra la mujer en tiempos de la pandemia de la COVID-19, un espacio donde cuatro especialistas compartieron inquietudes sobre la atención a los casos de violencia familiar y los distintos factores que afectan la integridad y seguridad de las mujeres en el contexto de la emergencia sanitaria. La mesa fue presentada por el doctor Sergio García Ramírez, profesor emérito de la UNAM y co-coordinador del Programa de Equidad de Género de la Fundación Miguel Alemán.
La pandemia evidenció las desigualdades estructurales que afectan a las mujeres y niñas, resaltó la licenciada Guadalupe Gómez Maganda Bermeo, moderadora de este espacio y secretaria técnica del Programa de Equidad de Género de la Fundación Miguel Alemán. Resaltó que, de acuerdo al semáforo delictivo, durante el primer semestre del 2020 los feminicidios aumentaron un 40 por ciento en la Ciudad de México.
Por su parte, Rosario Guerra Díaz, licenciada en Ciencias Políticas y Administración Pública por la UNAM y maestra en la FES Acatlán-UNAM, abordó la sobrecarga de trabajo de las mujeres durante el confinamiento al hacer una triple jornada: cuidar a los menores, realizar el trabajo doméstico y cumplir con su jornada laboral en forma virtual o presencial.
Asimismo, la catedrática universitaria indicó que el confinamiento cambió las dinámicas familiares, ya que la COVID-19 provocó un quiebre en las sociedades modernas que recrudeció o provocó una agresividad que se refleja en la familia. También destacó la importancia de asignar y mantener un presupuesto gubernamental a la atención de estos casos, así como la urgencia de que las distintas instancias y niveles se coordinen en la atención de estas agresiones.
A su vez, Layda Negrete, maestra en Derecho y Política Pública por la Universidad de California en Berkeley, detalló que la violencia familiar es uno de los delitos más denunciados, sin embargo, hay una falta de capacidad de las autoridades, como los Ministerios Públicos, para atenderlos. Enfatizó que en estos delitos se necesita brindar una multirrespuesta, además de reconfigurar la respuesta de la autoridad, por ejemplo, pensar en mecanismos para extraer al agresor de los hogares en lugar de mandar a las víctimas a refugios.
En cambio, Vianney Fernández, maestra en Administración y Políticas Públicas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), señaló que la violencia familiar es consecuencia de otro tipo de violencias, como la estructural, por ello su medición puede servir como un radar para las autoridades. El encierro, destacó Fernández, ha potenciado conductas nocivas contra las mujeres, pues en marzo de 2020 hubo un pico histórico en cuanto a llamadas al 911 por violencia familiar y agresiones contra mujeres.
Asimismo, la doctora Julieta Morales Sánchez, profesora de la Facultad de Derecho de la UNAM, describió que mujeres y niñas quedaron encerradas con sus agresores durante el confinamiento, lo cual las alejó aún más de los recursos y redes de apoyo. Sumado a lo anterior, la paralización de las instancias gubernamentales por la pandemia retrasó la atención a mujeres sobrevivientes de violencia, el desempleo, la inseguridad económica y alimentaria impidió que las mujeres se alejaran de sus agresores.
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