A la orilla del Mar Caribe erigen una arquitectura serpenteante que refleja el sol de Quintana Roo con paneles tan blancos como la arena de Cancún y cristales igual de azules que el Océano Atlántico que baña la costa. Para muchos, será la sede de inagotable diversión o relajante serenidad, pero para estos arquitectos formados en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, será por siempre el motivo del triunfo en el Concurso Nacional a las Mejores Obras Prefabricadas Cemex-ANIPPAC 2025.
“El reto de ese proyecto fue la forma de los faldones. Teníamos dos geometrías: del lado del mangle unos faldones planos con una buña central, y del de playa, la zona más vistosa, en punta de flecha”, estableció el arquitecto Fernando Alcántara Reyes, docente de la Facultad.
“El concepto de los bordes de losa que forran todo el edificio de ambos lados fue lo característico de este trabajo, las transiciones de pasar de una forma de punta de flecha a una pieza plana nos hicieron generar moldes y desarrollar estrategias especiales. A fin de cuentas, el edificio luce por este tipo de transición debido a que no se ve un corte de continuidad en ellos”, explicó.
La clave para superar las exigencias del trabajo de tal magnitud resultó ser la formación auriazul, según el arquitecto José Luis Encarnación Miranda, también profesor en el plantel. Tras darse a la tarea de entrevistar candidatos “hasta de otros países”, se dieron cuenta que los egresados de Acatlán “eran los más capacitados en geometría, construcción y prefabricado”.
El entusiasmo por su triunfo en la categoría Fachadas Prefabricadas, subcategoría Comercial, Residencial, Hoteles y Uso Mixto, no detiene el trabajo que les espera en el futuro, ya que “actualmente tenemos muchas obras en proceso por las que esperamos seguir siendo reconocidos, pero más que nada se trata de contagiar a los alumnos, a los arquitectos recién egresados y jóvenes de que hay forma de hacer buen trabajo de calidad”, añadió.
Para el arquitecto Erick Bonilla Llaguno, quien nunca creyó tener personal a su cargo, la oportunidad de transmitir conocimientos a las nuevas generaciones le hizo ver el potencial de los graduados de su alma mater, lo que incluso lo ha llevado a considerar sumarse a la docencia en la FES.
El arquitecto Juan Carlos Mendoza Arellano, también de Acatlán, comentó sobre la complejidad detrás de la instrucción fuera del ámbito educativo. “Es un factor importante cuando te das cuenta de que tú puedes estar enseñando, pero si esa gente no tiene la intención”, no se llega a los resultados esperados.
“Ya aprendieron, pero no siempre tienen las ganas de hacerlo, y ahí entra la parte de las escuelas, porque no todos están dispuestos a entrarle a la talacha, porque es cansada, difícil”, razón por la que agradeció coincidir con gente de la FES Acatlán, caracterizada por el espíritu de la perseverancia y dedicación.
La nueva generación de prefabricadores de la FES Acatlán, compuesta por los egresados Juan Carlos Soto Romero, Jesús Alberto Velázquez Tapia, Javier Román Pio Quinto, Ricardo Alfonso Salazar Espinosa y Luis Enrique Bolaños Hernández, subrayó al galardón como recompensa a un esfuerzo donde cada uno aportó granos de arena para llevarse el premio que “es de todos”.
Hecho en México, todos los derechos reservados 2025. Esta página puede ser reproducida con fines no lucrativos, siempre y cuando no se mutile, se cite la fuente completa y su dirección electrónica. De otra forma, requiere permiso previo por escrito de la institución.
El contenido aquí expuesto no necesariamente refleja la opinión de la institución, y es responsabilidad exclusiva del administrador del blog.