“La erosión de la otredad, esta atomización, fragmentación o agonía de los lazos sociales va cargada de una gran cosificación, los seres humanos terminan siendo cosas y lo humano termina gobernado por las pautas de la ciencia gerencial que inunda con retórica económica. La sociedad terapéutica, tratando de ser un paliativo en el inmenso desván de lo humano”, señaló el doctor Edimer Leonardo Latorre Iglesias, de la Universidad Sergio Arboleda, de Colombia, en la conferencia magistral Emocracias: las políticas del miedo en la era de la ansiedad.
La emocracia son mensajes superficiales atados a la emotividad. Mensajes que justamente agitan, antes que nuestra razón, nuestros sentimientos. A estos agitadores de emociones se los llama “emócratas”, y en algunos lugares del mundo generan “Emocracias” fundadas en mensajes que marginan a los otros, que apelan siempre a lo peor de los otros.
En el marco de la sexta edición del Seminario Permanente El devenir en la Construcción de la Sociología Contemporánea, organizado por el programa de Sociología de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, el académico habló de la indigencia cognitiva, la precarización laboral y otros conceptos, como la categoría sociológica, donde explicó que “el indigente cognitivo es un personaje que carece de filtros mentales para procesar y analizar la información para filtrar, hacer un análisis de la información que recibe. El indigente cognitivo es bombardeado permanentemente por sus círculos de redes sociales que de una u otra manera lo terminan ayudando. Las personas viven ahora un drama permanente, los autores la denominan drama queen, cualquier cosa la convierten en una super tragedia. Tenemos una generación sumamente narcisista, sumamente dramática”, señaló.
El doctor en Sociología Jurídica e Instituciones Políticas, agregó que, con los narcisos, aparecen las Fake news, en una sociedad de la ignorancia y del desconocimiento. De la emocracia, término acuñado por Bertrand Russell dijo que “sacudía a Alemania desde el nacional-socialismo de Hitler, y que desembocó en la Segunda Guerra Mundial, esas fuerzas irracionales de las emociones, mezcla disparatada del líder con lo místico, lo religioso, lo militar y hasta lo racial que, al fin y al cabo, son esas fuerzas negras, insidiosas y perversas que pueden arrastrar a la humanidad hasta arrancar de cuajo sus sentimientos de supervivencia”.
En lo referente a la precarización laboral, Latorre Iglesias indicó que, “según la empresa estadunidense de análisis y asesoría Gallup, es alarmante que nueve de cada 10 personas empleadas no se sientan comprometidas con su trabajo, el 36 por ciento de las personas con un contrato de trabajo afirman sentir estrés en la oficina donde laboran; el 20 por ciento de los trabajadores con algún tipo de vinculación contractual asiste a su trabajo con rabia hacia su jefe y sus compañeros de labores”, destacó.
Finalmente, comentó que, así como el siglo XVIII se caracterizó por la era agrícola, el siglo XIX como la industrial, el siglo XX de la información, el siglo XXI con lo conceptual, actualmente prevalece la era de la perplejidad, subrayó el investigador con postdoctorado en epistemología y escritor.
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