Cuando José Luis Salas Zamora ingresó a la licenciatura en Ingeniería Civil de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, descubrió que existe un club de ajedrez, disciplina de la que tenía los conocimientos básicos, a la cual se acercó para aprender más y darle pelea a los integrantes de su familia. Pero lo que no se imaginó es que su vida cambiaría, al grado de ser seleccionado para representar al campus en diversos torneos. Conforme pasaban los años, su nivel creció y, ahora, gracias a ese esfuerzo, obtuvo el segundo lugar en los Encuentros Deportivos 5-F.
En entrevista, el estudiante de octavo semestre destacó que la competencia resultó dura, pero pudo sobrepasar a cinco de los seis rivales a los que enfrentó prácticamente en nueve horas que duró el torneo, destacando su preparación, la cual, a comparación de otros, se hizo una vez que regresó a las clases presenciales.
“Antes de la pandemia había logrado un décimo lugar entre 120 participantes, y cuando se detuvieron todas las actividades pareciera que estuve preparándome, pero la realidad es que conseguí trabajo, dejé de entrenar, por lo que cuando regresamos a lo presencial se reactivó el club, de inmediato, con mi entrenador nos pusimos a ensayar jugadas, recordar partidas, estrategias de juego, y conforme iba la preparación fui dándome cuenta que tenía potencial para buscar medallas. Ese día me concentré y lo logré, buscaba el primer lugar, no se pudo, pero se logró el objetivo: ganar una medalla”, relató.
Salas Zamora sonríe cuando recuerda que pudo tomar revancha con algunos rivales que ya conocía, en anteriores torneos siempre le ganaban, ahora fue diferente, lo que le da un sabor muy especial al logro. “Fue padre tomar venganza, dicho en el sentido deportivo, de aquellos que me ganaron, conforme iba avanzando la confianza crecía, también la responsabilidad, pero más allá de ponerme nervioso me alentaba a darlo todo, quizá llegar a la final me relajó y ahí fue donde quizá se me fue la medalla de oro, pero reconozco también la calidad de quien me ganó”, mencionó.
Para José Luis representar a la FES Acatlán es algo que siempre va a presumir con orgullo, “gracias a este deporte encontré la disciplina que me ha apoyado en mi formación como estudiante, como persona, dejó de ser un juego, se volvió todo un aliciente para mi formación, fue esa herramienta para crecer, ampliar los horizontes, conocer nuevas personas, perspectivas de vivir. La adrenalina de estar en un torneo representando a tu escuela, las horas de participación, hay que estar bien preparado, mentalizado, eso me ha fortalecido en mi carácter y en lo que soy hoy”.
El ajedrecista universitario invitó a toda la comunidad universitaria a que se acerquen al club de ajedrez de Acatlán, para que lo conozcan y se quiten ciertos estereotipos que aún existen al formar parte de un equipo como estos. “Ahora que sacaron el ajedrez gigante a la explanada y pusieron mesas con tableros se dieron cuenta que esto no es para ‘nerds’, ‘cerebritos’ y todo aquello que se ha manejado, es un deporte que requiere disciplina, pero también te entretiene. Es cuestión que lo conozcas como todo. Tomo el ejemplo de una compañera que recién entró después de la pandemia, gracias al ajedrez le ayudó a calmar esas ansias y ya pronto participará a torneos, así que no tengan miedo y acérquense”, dijo.
Finalmente, agregó que la medalla la dedica a su familia, amigos, compañeros de equipo, entrenador y a su prometida, Mariana Guadalupe Pérez Mejía, quienes siempre le echan porras y a quienes prometió que el siguiente semestre irá por la de oro. ¡Enhorabuena!
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