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• La FES Acatlán recibe en sus instalaciones a alumnos y académicos reactivando las clases presenciales

A casi dos años de clases a distancia por la contingencia sanitaria provocada por la Covid-19, las aulas de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán volvió a registrar movimientos y actividades reactivando la vida universitaria, recibiendo en sus instalaciones a estudiantes, docentes y trabajadores. Este lunes, los alumnos regresaron de nueva cuenta a los salones, talleres y laboratorios, caminaron por los pasillos y áreas verdes, reencontrándose con sus compañeros en los distintos espacios del campus.

Ya en las instalaciones, los estudiantes expresaron su sentir acerca de volver a su alma mater para tomar clases presenciales. “Me siento más tranquilo, mejor que en línea”, expresó Pedro Hinojosa Ruedas, quien cursa el cuarto semestre de la licenciatura en Matemáticas Aplicadas y Computación. El universitario dijo que volver al campus es una experiencia agradable y que su principal expectativa es mejorar sus calificaciones, pues se le complicaba cursar el semestre a distancia.

En cambio, Itzel Jazmín Núñez García, de la licenciatura en Arquitectura, externó: “a pesar del temor de regresar después de todo el tiempo que estuvimos en casa, me siento cómoda, la verdad extrañaba la Facultad”. La estudiante de sexto semestre dijo sentirse feliz de compartir de nueva cuenta las clases con sus compañeros, a quienes invitó a disfrutar esta etapa, así como a continuar cuidándose y no bajar la guardia, pues “es lo más importante para que todos podamos seguir viniendo a clases presenciales”.

Por su parte, André Esau García Castro y Miguel Ángel Martínez Cisneros, estudiantes del segundo semestre de la licenciatura en Comunicación, el estar de nuevo en Acatlán significa salir de la rutina de tomar clases en línea. Los dos universitarios indicaron que entre sus planes figura adquirir nuevos conocimientos al asistir a las instalaciones de la Facultad, por ejemplo, aprender idiomas. De igual forma, instaron a sus compañeros a seguir cuidándose durante las clases para minimizar cualquier riesgo de contagio.

No hay esencia sin presencia

En el edificio de Posgrado, Karla Verónica García Montaño y Griselda Brisa Alanís Hernández disfrutaron de las aulas en la maestría en Pedagogía, acompañadas del doctor Arturo Torres Barreto, en el seminario Configuración del sistema educativo nacional.

“Es un sentimiento emparentado con la alegría de volver a nuestra casa, a los espacios a los que estábamos acostumbrados. Nos toca valorar y revalorar estos espacios, ya que, como decían las abuelas, ‘nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido’ y más ahora que nos queda la intención de aprovechar mucho más el tiempo dentro de estos espacios y dentro de las bondades que están implícitas en la educación presencial”, dijo el académico.

Torres Barreto recordó una frase que decían los antiguos griegos: ‘no hay esencia sin presencia’, por lo que destaca que la experiencia que dejó el confinamiento es “desempeñar mucho mejor la labor que nos ha encomendado la Universidad, que es el aprendizaje, no digo enseñanza, sino el aprendizaje común entre estudiantes y profesores”.

Por su parte, García Montaño y Alanís Hernández coincidieron en sentirse contentas de terminar la maestría en forma presencial, el primer año lo iniciaron en línea, de ahí la emoción de volver a tomar la mochila y su botella de agua fue algo que pensaron que jamás iban a experimentar.

“Me siento feliz, contenta y emocionada, hace mucho que no estaba en los pasillos y agradezco el espacio que nos brinda la Universidad para volver a tomar clases”, agregó Karla Verónica.

“Vivir el inicio de la maestría en línea al principio fue algo positivo por la cuestión de la salud y cuidado para todos, considero que fue una experiencia diferente. Hoy, estamos viendo ese contraste de experiencia de antes y después, pero creo que será mucho más gratificante de lo que ya es hacerlo presencial”, comentó Griselda Brisa.

Nostalgia y alegría  

Después de impartir las clases de Derecho Consular, de 7:00 a 9:00 horas, y del Taller de Investigación del octavo semestre de la licenciatura de Relaciones Internacionales, la maestra Genoveva Portilla Gómez no pudo ocultar sus sentimientos: “esta mañana al llegar a Acatlán me dio nostalgia hasta de llorar, porque ya extrañaba convivir con mis alumnos, mis colegas. Recordé cuando hubo la huelga que duró casi un año aquí en la escuela, entonces daba clases en la mañana y en la tarde. Me pasó algo igual ahora que volvieron a abrir la escuela, son sentimientos encontrados, de alegría, de entusiasmo porque para mí además de mi escuela, es mi segunda casa”.

Entrevistada en el salón A-612, la catedrática indicó “soy egresada de aquí, estudié Relaciones Internacionales, hice la maestría México-Estados Unidos-Canadá aquí. Tanto me gustó que me quedé a trabajar. El sentimiento es algo del ser humano, trabajar sobre todo con pensamientos positivos de emociones. Son ya casi dos años de que nos fuimos, y sentir nuevamente el contexto de la escuela, el ambiente de los chicos y platicar con los colegas siempre es gratificante”.

En una pausa de la primera clase presencial de Economía programada en el aula A-1522, el doctor Jorge Iván Gama Cárdenas aseguró que: “sí me da alegría volver a ver a los alumnos, siempre es más cálida una clase presencial. Obviamente nos estamos adaptando a la nueva modalidad, con toda la intención de hacerlo bien, recuperar lo que tal vez dejamos de hacer durante dos años”.

Con más de un lustro como profesor en el campus, Gama Cárdenas aseguró que: “la comunicación con los alumnos es más directa, ahora es más perceptiva. Por ejemplo, uno puede ver cuando realmente el alumno está entendiendo el tema por las reacciones que tienen. La cuestión de trabajar en línea, aunque estén las computadoras prendidas no siempre se perciben las reacciones; cuando estuvimos en línea se perdieron las reacciones, incluso los sentimientos de los alumnos. Al exponer, ves cómo reaccionan las personas cuando es presencial; cuando es en línea, llegas a notar a veces, pero se pierden mucho esas reacciones”.

Al salir de la clase Psicología de la Infancia, del segundo semestre de la licenciatura en Pedagogía, la maestra María Isabel Carolina Medina Rodríguez dijo que prefiere las clases presenciales, porque “la pedagogía del afecto es lo más importante, el contacto con la gente, compartiendo, ver las expresiones, es más difícil en línea poder observar las reacciones. Cuesta trabajo captar las sutilezas y todo lo que nos está diciendo la persona sin necesidad de estar diciéndolo con palabras”.

Dentro del aula A-913, la profesora añadió: “por un lado sí extrañaba ver a los compañeros, aunque nos habíamos visto por línea, por otro lado, la seguridad de lo que es la salud me hacía detenerme. En lo personal y como profesora, trabajé en línea con anterioridad”.

A su vez, la doctora Alma Rosa Sánchez Olvera este semestre dará clases de Sociología de la Educación en segundo semestre de Pedagogía, y el Taller de Investigación Educativa de sexto semestre, y en entrevista comentó que “las clases presenciales es como un nuevo desafío porque no es solamente vencer los miedos y buscar como un espacio de bienestar para todos. A los estudiantes los veo como tímidos, inseguros. Claro, son de segundo semestre. Me parece que tenemos que trabajar mucho en la empatía, poder echar a andar de manera creativa y propositiva los contenidos”.

Con más de 20 años en Género Cultura y Derechos Humanos, Sánchez Olvera insistió sobre “esa sensación de sorpresa y, al mismo tiempo, de gusto en los alumnos. Mi sensación fue de entusiasmo, prefiero dar clase teórica acá. Pero también de asfixia, hablar con el cubrebocas no es fácil. Me comentaban que nos van a dar otros cubrebocas quirúrgicos porque la verdad cuesta trabajo al hablar, de pronto el aire es insuficiente. Ya era momento de estar aquí, de apropiarnos otra vez del espacio”.

Finalmente, el maestro Edmundo Aguilar Rosales de las materias Teoría General del Derecho y Ética Jurídica en la división de Ciencias Jurídicas, aseguró estar “contento por regresar a clases presenciales. Un poco en broma, los estudiantes dijeron que sí querían venir, pero que hacía mucho frío. El contacto con el estudiante me parece muy valioso por los canales de comunicación verbal, auditivo, sin menosprecio del recurso de la tecnología”.

Aguilar Rosales también resaltó el reto que representó la transición del modo presencial a distancia y de nueva cuenta al presencial, “saber sacar provecho de ambos sistemas. Con ganas de ir con el pedagogo por ayuda, que me explique qué sí, qué no. En los alumnos prevaleció el deseo por regresar y estar aquí”, concluyó. ¡Bienvenidos!

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