Más que el costo económico, la construcción de infraestructura en las ciudades tiene un precio político y social, expresó el doctor Andrés Mauricio Grajales Díaz, académico de la Universidad Anáhuac, quien se presentó en el auditorio de videoconferencias de Posgrado de la Facultad de Estudios Superiores  Acatlán.

El experto explicó que hay que diseñar políticas públicas y estrategias acordes a grandes urbes, sobre todo en la Ciudad de México, una de las 11 capitales más ricas y pobladas del mundo, en donde viven ocho millones de personas y recibe diariamente a otros siete millones.

Procurar vivienda a los habitantes, gestionar un espacio público de calidad y planear la ciudad como una red de barrios sostenibles, bien conectados y cercanos deben ser elementos centrales de la urbanización, precisó el especialista. Así, se debe buscar construir ciudades más compactas, más verticales y mejor conectadas, resaltó Grajales Díaz.

Agregó que también se debe optimizar la infraestructura. Por ejemplo, en el caso del transporte público, fomentar la conectividad, además promover otras formas de desplazarse como la bicicleta, cuyo éxito es notorio en ciudades como Ámsterdam, Holanda.

El especialista indicó que un ciclista puede desplazarse cerca de siete kilómetros a la redonda; el costo de la bicicleta es de unos 20 dólares; en cambio, un automóvil cuesta 200 mil dólares. También expuso el caso de Nueva York, donde la mayoría de los recorridos se hacen a pie, debido a la cercanía de los servicios y comercios en los barrios.

De igual forma, el experto reveló la necesidad de romper el paradigma del uso de automóvil en los centros urbanos. “Es increíble a lo que hemos llegado con el auto, nos ha deshumanizado”, dijo, y añadió que, aunque se siga construyendo infraestructura para los coches particulares, la velocidad de desplazamiento de estos ha disminuido en un cinco por ciento.

Sólo el 20 por ciento de la población de la Ciudad de México tiene automóvil mientras que el 80 por ciento se desplaza en transporte público, pese a eso, el gobierno invierte 80 por ciento del presupuesto del sector para infraestructura para los autos, resaltó el académico. El especialista también habló sobre la especulación inmobiliaria, la corrupción y cómo afectan el costo de las urbes.