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POR KRISANGELLA SOFÍA MURILLO CAMACHO *
La tarea de abordar el cine de Pedro Almodóvar nunca resulta fácil, aunque si fascinante, por la ola de emociones a las que nos conduce: el melodrama siempre presente, excesos y constantes referencias a la figura materna. Podría seguir señalando múltiples elementos recurrentes en el sello almodovariano, pero mejor centrar la atención en una de sus películas y a partir de ahí comentar los escenarios, los espacios arquitectónicos que, finalmente, ocupan el interés de esta colaboración.
En Madres paralelas (2021) Pedro Almodóvar presenta en los roles protagónicos a Janis (Penélope Cruz) y Ana (Milena Smit), quienes coinciden en la habitación de un hospital en el preámbulo de sus trabajos de parto. Ambas son solteras y se embarazaron sin haberlo planeado.
Janis siente que en la cuarta década de su vida es momento para ser madre y no muestra algún tipo de remordimiento ni inseguridad; en contraparte, Ana es adolescente, se arrepiente, pero ya es demasiado tarde, es presa de sus temores.
Janis intenta animarla mientras permanecen en el nosocomio, su convivencia implica pocas palabras, pero es suficiente para crear vínculos.
Almodóvar desarrolla este filme como un viaje múltiple: arranca en el terreno maternal y de ahí va a la memoria histórica, al futuro, a la curación personal, a un repaso de aspectos del pasado de mediano plazo de España, sin olvidar cuestiones triviales, pero fundamentales, como las tortillas de patata perfectas.
Las locaciones de Madres paralelas se realizaron en Madrid, así como en regiones cercanas la capital española: La Plaza de las Comendadoras es un espacio abierto en el barrio de Universidad, fue construido a comienzos del siglo XVIII; está unida a la calle de San Bernardo y es muy cercana a la Plaza de España. Su nombre se debe a la existencia del Convento de las Comendadoras de Santiago.
Está en una de las zonas más concurridas de Madrid y sirve como lugar central del filme; ahí se ubica el Café Moderno, edificio histórico que ha sido renovado. En esta plaza, en el portal al lado del café, se encuentra el departamento donde vive Janis, cerca está el local donde trabaja Ana.
Respecto a la vivienda de Janis y su decoración, de acuerdo con Pedro Almodóvar es de interiorismo audaz, con tonos muy intensos que cobran vida al paso de las escenas; posee elementos originales y típicos representativos del centro de Madrid, el mobiliario es retro, estilo vintage, incluye objetos decorativos pertenecientes al cineasta manchego y una copia de la obra La Primavera, de Julio Romero de Torres.
El conjunto es ecléctico y los muebles son icónicos del siglo XX. El mobiliario es funcional, aunque hay piezas importantes de diseño; la chimenea de mármol da una pincelada clásica a la estancia: un ambiente totalmente vintage.
Al igual que otros decorados del cine de Almodóvar el espacio es modernista, con toques kitsch; prevalece el rojo brillante que enmarca la pasión y el drama en juego, aunado a que es un color para asociar una historia que transcurre en España. Otros colores que se aprecian son: gris azulado, verde ceniza y durazno, con menor presencia se observa el blanco.
Janis se mueve por todo el centro de Madrid. Es fotógrafa profesional, y ello sirve de pretexto para mostrar otros espacios, como el Mercado de Barceló, considerado el primer supermercado en España; data de 1937 y ha tenido diversas remodelaciones que encuentran momentos clave en 1956 y en 2014.
Otras escenas ocurren en la Taberna Ángel Sierra, ubicada en la Plaza de Chueca, establecimiento con más de 100 años de antigüedad decorado con azulejos de La Cartuja de Sevilla. También aparece el Hotel Urso, edificio construido en 1915 y que antes albergó a la Compañía Papelera Española; es obra del arquitecto José María Mendoza Ussia.
Del Hotel Casa Suecia se utilizó el Hemingway Cocktail Bar, cuyo decorado se identifica con el “estilo americano” de la época de Ernest Hemingway, aunque en realidad lleva su nombre para recordar las extensas temporadas en que el escritor y periodista estadounidense se instaló en ese hotel.
En cuanto a los acontecimientos fuera de Madrid, de aspecto rural, donde prevalecen los revestimientos de azulejos en tonos azules y blancos, así como la preponderancia de la madera. Almodóvar recurrió a Torrelaguna, zona declarada Patrimonio Histórico y Artístico Nacional en el año de 1974. Alberga numerosos establecimientos de interés, como iglesias, plazas, monasterios y murallas medievales.
Torrelaguna es el sitio al que Janis recurre para una parada decisiva, pues ahí nació y fue criada por su abuela Cecilia, pero también es donde mataron a su abuelo junto con otros hombres opositores al régimen de Francisco Franco. El último deseo de Cecilia es que Janis logre exhumar los restos de su esposo y darle una digna sepultura; para ello, Janis recurre a la ayuda de un antropólogo forense.
Esta parte de la historia es una de las más sensibles y Pedro Almodóvar la aborda premeditadamente, no obstante saber el debate que ocasionaría, pues todavía en esta época muchos españoles se niegan a reconocer lo que verdaderamente sucedió durante la Guerra Civil española de 1936 a 1939, periodo en el que se consolidó el gobierno dictatorial de Francisco Franco y los abusos que perduraron muchos años después, hasta la muerte de “El Generalísimo” en 1975.
Cabe anotar que el interés de Almodóvar por este tema encuentra un ejercicio previo en el exitoso documental El silencio de otros (Almudena Carracedo, 2018), donde se sigue durante siete años la lucha de familiares de víctimas del régimen de Franco, cuyos cuerpos permanecen en fosas clandestinas.
Almodóvar retrata la historia de familiares que poco a poco y por su cuenta, formando agrupaciones o actuando en forma colectiva, lograron abrir la primera fosa común el 21 de octubre del 2000, en Priaranza del Bierzo, donde encontraron los restos de 13 personas, entre ellos los de Emilio Silva Faba, abuelo de Emilio Silva Barrera, titular de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica.
A Torrelaguna vuelve Janis a dar paz a su familia y a varias generaciones pasadas, presentes y futuras, como lo muestra Almodóvar de manera simbólica. Madres paralelas logra mostrar una memoria histórica donde, para que los muertos descansen en paz, se deben confrontar la verdad y los datos, el pasado desde el presente: honrando la memoria de las víctimas y la historia de España junto a la agenda política y el tejido social de la España democrática. Invita a la empatía emocional, sin dejar de lado la necesaria reparación del agravio histórico.
Sobre los premios y reconocimientos de esta película, baste señalar que fue seleccionada como la cinta inaugural de la 78 edición del Festival de Venecia. Estuvo nominada a los Oscar por Mejor Actriz y Mejor Banda Sonora; a los Globos de Oro por Mejor Banda Sonora Original y Mejor Película de Habla No Inglesa, en esta misma categoría en los BAFTA. En los Goya por Mejor Película, Mejor Dirección, Mejor Actriz, Mejor Actriz de Reparto, Mejor Fotografía, Mejor Dirección Artística y Mejor Sonido.
* Licenciada en Arquitectura por la FES Acatlán. Maestra y Doctora en Arquitectura por la University College London.
RESPONSABLE DE PUBLICACIÓN:
PROFESOR NOVEL ALEJANDRO GONZÁLEZ OROZCO.
EDITOR DEL BOLETÍN INFORMATIVO CINEADICTOS,
DE LA COORDINACIÓN DE DIFUSIÓN CULTURAL DE LA FES ACATLÁN.
POR JORGE ESTRADA BAUTISTA *
The Queen’s Gambit se posicionó, en tan sólo 28 días de exhibición, como la “reina de las miniseries» de Netflix en 2020. El diario El País detalló en su edición del pasado 23 de noviembre que, de acuerdo con datos de esta plataforma de entretenimiento, más de 62 millones de suscriptores la habían visto. También indica que se colocó entre los 10 títulos más consultados en 92 de los 193 países donde está disponible. En 63 naciones ha sido número uno.
Para quienes hemos sido atrapados por The Queen’s Gambit el éxito reportado líneas antes no es sorpresivo, más bien algo justo y lógico, ya que cuenta con personajes atractivos, cuyas conductas invitan a conocerlos a profundidad; sus maneras de interactuar, reaccionar y evolucionar se apegan a comportamientos de la vida real, en ningún momento son aburridos ni acartonados. Uno tras otro, los relatos que acompañan a Elizabeth “Beth” Harmon, la protagonista, se enmarcan en escenas con las que se realzan sus debilidades, fortalezas y luchas internas. Por méritos propios, es una serie que deja huella y, sin duda, se hablará de ella mucho tiempo más.
The Queen’s Gambit (Scott Frank y Allan Scott, 2020), es un título que debió ser traducido como Gambito de reina, pero en español Netflix la llamó Gambito de Dama, el cual resulta algo confuso para muchos, por referirse a un tipo específico de jugada en el ajedrez. La historia se basa en la novela del mismo nombre, escrita por Walter Trevis en 1983.
Anya Taylor-Joy, actriz y modelo estadounidense, a quien antes hemos visto en películas como Split (Fragmentado. M. Night Shyamalan, EU, 2016), Glass (Cristal. M. Night Shyamalan, EU, 2019) y Emma (Autumn de Wilde, Reino Unido, 2020), interpreta magistralmente a Beth Harmon, joven huérfana, prodigio del ajedrez, que busca convertirse en la mejor jugadora del mundo, mientras lucha con problemas emocionales y codependencias.
Aunque la historia de Beth Harmon está ambientada en Lexinton, Kentucky, la mayor parte de la producción fue grabada en Berlín, Alemania, y tiene algunas escenas rodadas en Ontario, Canadá. Muchos de los escenarios y edificios de la serie fueron modificados con efectos computarizados. No obstante que los espacios no corresponden a los sitios a los que continuamente se hace referencia, la ambientación y las técnicas para lograrlo permiten mostrar excelentes referentes arquitectónicos que hacen juego, a la perfección, con el diseño de vestuario de la protagonista y la retícula en blanco y negro del tablero de ajedrez.
A los nueve años de edad, Beth Harmon, interpretada por la actriz Isla Johnston, queda huérfana y es llevada al orfanato “Hogar Methuen para niñas”. Este escenario es una mansión de estilo renacentista de finales del siglo XIX, situada a orillas de Berlín y es famosa por dos elementos arquitectónicos peculiares: la torre cuadrada de arquitectura medieval que sobresale en su fachada principal y su cristal invernadero de corriente modernista sobre el hastial del inmueble.
El trabajo de remodelación y recuperación que fue realizado en esta antigua construcción hace que, como público, nos adentremos, a través de un pasillo abovedado de cañón enmarcado por arcos de medio punto, en un lugar lúgubre pero delicado, acentuado por bellos pisos de duela y muros recubiertos hasta la mitad inferior con lambrines de madera en tono chocolate; logrando así la sensación de antigüedad, ambientada en la década de los años 40.
Este inmueble cuenta con habitaciones delimitadas por grandes puertas talladas en madera con detalles geométricos, distribuidos en dos niveles que dan escenario a salones de usos múltiples, oficinas, dormitorios y comedor. Dentro de la mansión, la pequeña Elizabeth es enviada al sótano y ahí, en medio de un pequeño espacio recubierto de azulejos antiguos, polvo y poca luz, conoce al señor Shaibel (Bill Camp), conserje del orfanato y quien se convierte en mentor para dominar su inquietud e interés por el ajedrez.
Beth tiene un talento natural para entender este juego, pero desde un principio cuenta con una “ayuda” muy especial para desarrollar en su mente las jugadas maestras, se trata del efecto de las pastillas tranquilizantes (disfrazadas de vitaminas) que les hacían tomar a las niñas del Hogar Methuen. Gracias a las drogas, en el techo del dormitorio, un espacio de la antigua mansión envuelto en lambrines de madera de caoba, Beth visualiza el tablero y las piezas del juego estudiando cada movimiento aprendido y desenvolviendo su técnica en el juego.
El siguiente espacio arquitectónico que destaca en la serie es la nueva casa de Beth, luego de ser adoptada por un hombre amargado y una mujer depresiva. El rodaje de estas escenas se realizó en Cambridge, Ontario, en un barrio con casas de típico estilo colonial, muy representativo de la arquitectura habitacional de Estados Unidos y Cánada, debido a que no fue posible encontrar en Alemania un vecindario que situara al público en Kentucky.
Esta casa, recubierta en su totalidad con papel tapiz estampado con detalles orgánicos y florales, es el espacio principal donde forma lazos con su madre adoptiva, la señora Alma Wheatley (Marielle Heler). En tonos verdes, azules y aqua se enmarcan las ambiciones y pasiones de la nueva tutora de la protagonista, estos matices están aplicados en la totalidad de espacios ubicados en la planta baja del inmueble, aportan al ambiente una sensación de tranquilidad, frescura y algo de melancolía gracias a la psicología del color aplicable en estos tonos.
En contraste, los tonos de las habitaciones del primer nivel cambian rotundamente de fríos a cálidos. En particular, la recámara de Beth tiene muros con tonalidades en rosa y rojo en el papel tapiz, estampado con una retícula de líneas entrelazadas en colores cálidos, acentuando cada detalle de la decoración con luz natural que entra por una ventana larga, la cual da vista al exterior desde la fachada principal; se distinguen muebles de estilo francés, elaborados en madera y terminados en una capa de pintura color blanco y una cama de tamaño matrimonial decorada con un dosel de tela gruesa y rosada con detalles florales al centro de la habitación.
Los colores de la habitación de la joven Beth conectan con su delicadeza y apaciguan los temores iniciales al llegar a un nuevo espacio, pronto lo asume como un lugar propio; ahí encuentra refugio para todas sus inseguridades. Esos mismos colores representan su pasión y la destreza mental por el juego, ella practica varias horas del día en un tablero que compra con el dinero que gana en su primer torneo de ajedrez, dedica las repisas y muebles para apilar cada uno de los libros y revistas que estudia meticulosamente para ganar habilidades y experiencia.
Entre los escenarios importantes de la historia destaca la secundaria Henry Clay High School, dónde Beth Harmon se inscribe al campeonato estatal de ajedrez de Kentucky y conoce a los gemelos Matt y Mike (Matthew y Russell Dennis Lewis), a Townes (Jacob Fortune-Lloyd) y a Harry Beltik (Harry Melling), campeón estatal de ajedrez, a quién Beth derrota en una sorprendente jugada.
Aunque en la vida real existe una secundaria Henry Clay, ubicada en Kentucky, la filmación del señalado torneo fue realizada en la escuela Max Taut, en Berlín, Alemania, la cual recibe el nombre del arquitecto que la diseñó y cuya construcción culminó en 1932. Dentro de este inmueble de concreto armado y estilo funcionalista podemos adentrarnos en uno de los dos gimnasios construidos y ser testigos de la primera victoria de mayor rango de Beth, pues se vuelve famosa por ser talentosa a su corta edad y también ser la primera mujer en jugar contra hombres con avanzadas calificaciones de ajedrez.
Después de esta victoria en el campeonato estatal, Harmon y su madre viajan a Cincinnati para participar en un nuevo torneo donde podemos observar dos grandes edificaciones alemanas, nuevamente en Berlín, las cuales sirven como escenarios perfectos para el disfrute de las partidas de ajedrez y sentir la emoción de los enfrentamientos.
En primer lugar podemos deleitarnos con el lobby del Ayuntamiento del distrito de Spandau (Rathas Spandau) diseñado por Heinrich Reinhardt y Georg Sübemnguth e inaugurado en 1984. Este espacio sirvió para filmar las escenas de check in en un hotel supuestamente ubicado en Cincinnati y para el registro del torneo en esa ciudad de Ohio.
Los acabados en los mosaicos del piso en beige y negro, ornamentos y decoraciones en pasta blanca acompañando las columnas verde sage revelan un ambiente de elegancia y simpleza que, con ayuda de los amplios vanos de las ventanas decoradas en marcos de herrería de acero invitan a observar cada uno de los detalles de este edificio de estilo reformista. El torneo de Cincinnati ocurre, en realidad, en la Meistersaal de Berlín, una histórica sala de conciertos creada en 1910, la cual cuenta un increíble plafón decorado con paneles de madera de caoba que, para esta serie, brindan un ambiente cálido y sobrio a las partidas de ajedrez.
La historia continúa, Beth avanza y derrota a nuevos oponentes, por ello es invitada a torneos en diversas partes del mundo, uno de los más interesantes, hablando de interiores arquitectónicos y juego de edición escenográfica, es el que supuestamente se realiza en Las Vegas, Nevada. En la secuencia, destaca la arquitectura modernista del Palais am Funkturm de la Messe, en Berlín, creado por Bruno Grimmek en 1957.
En Las Vegas, Beth Harmon camina hacia la puerta de entrada de lo que fuera uno de los principales hoteles de los años 60 y en un plano secuencia se le ve entrar a un resort moderno, con grandes ventanales en acero y aluminio, un espacio lleno de luz y vida que deja expuesta la estructura para descubrir un amplio lobby donde el elemento principal es una escalera semicircular retráctil, con un candelabro que ajusta la altura de acuerdo a las necesidades del edificio.
Lamentablemente estos espectaculares elementos arquitectónicos no pertenecen al edificio diseñado por Grimmek, si no que forman parte del salón de baile de Berlín, pero gracias a las ediciones de la producción se engaña la vista del público y nos deleitamos con un escenario inexistente, pero perfecto gracias a la fusión de estos dos inmuebles alemanes.
La historia de Beth Harmon llega a un momento triste y climático, una vuelta de tuerca que aprieta los engranes de su vida, ello ocurre precisamente en la Ciudad de México. Por principio de cuentas aparece la Catedral Metropolitana, luego una gran vista aérea de la Glorieta de la Columna de la Independencia y después de un corto viaje en auto por las calles de la supuesta ciudad somos envueltos por el lobby de un gran hotel de estilo Art Deco con el que los amantes de la arquitectura nos embelesamos al observar las escaleras de acceso recubiertas en su totalidad por una alfombra en tono chocolate, muros blancos con aplanado fino y decoración en los plafones acompañados con luminarias de la época, diseño de herrería en barandales elaborados con elementos de acero, bañados en pintura negra mate y formas decorativas geométricas rematadas con elementos en tono ámbar y grandes ventanas de piso a techo a manera de vitral enmarcados con herrería de acero.
Nuevamente, la joven prodigio del ajedrez entra lentamente a la recepción de un hotel que no es hotel y tampoco está ubicado en México, pero nada hace que, como público pongamos resistencia para dejarnos llevar y creer en su veracidad. Para ambientar las escenas de este importante torneo de ajedrez fue necesario grabar en el vestíbulo principal del teatro Friedrichstadt-Palast, ubicado en Mitte, Berlín, obra de Hans Poelzig, que data de 1919 y cuyo diseño original fue demolido en los años 80, ya que fue declarada en riesgo, pues su estructura podía caer en cualquier momento. Sin embargo, este inmueble sobrevive y ahora es un palacio de espectáculos, famoso por albergar shows que utilizan avanzada iluminación y puede recibir hasta 100 artistas en escena.
Observar detenidamente cada uno de los capítulos de The Queen’s Gambit es adentrarse en ambientes que nos hacen creer que sí estamos situados en una zona específica del mundo. Resulta todo un descubrimiento su verdadera ubicación, principalmente en Alemania. Basta decir que el Museo Bode, en Berlín, sirvió para recrear un torneo en París.
La Sala del Oslo, ubicada en el interior del antiguo Ayuntamiento de Berlín, construido a principios del siglo XX, es el escenario del emocionante gran torneo de Moscú, donde Beth Harmon enfrenta al entonces campeón mundial de ajedrez Vasily Borgov (Marcin Dorocinski).
Definitivamente, los escenarios arquitectónicos ayudan a que esta serie de televisión, que no le pide nada a obras fílmicas de gran calado, nos deslumbre y envuelva en cada una de las situaciones que se muestran en pantalla. Gracias al buen uso de la paleta de colores y la elección detallada de cada uno de los lugares, como público, simple y sencillamente podemos perdernos en los espacios que nos presentan, aunque no sean del todo reales.
Sin lugar a duda, The Queen’s Gambit ha sido un deleite para aquellos que hemos disfrutado de ella, existe en cada capitulo un derroche de buen gusto en las secuencias de historia, encuadre fotográfico, moda y espacios arquitectónicos que nos hacen viajar por el mundo a través de partidas de ajedrez en compañía de la protagonista. Esperamos con ansia la nueva producción de Netflix con las ganas de que, al igual que este gran éxito, nos deje con ganas de querer más.
* Jorge Estada Bautista estudió la carrera de Ingeniero Arquitecto en la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura Unidad Tecamachalco del Instituto Politécnico Nacional. Actualmente se desempeña como proyectista en la elaboración de diseños industriales especializados.
POR KRISANGELLA SOFÍA MURILLO CAMACHO
El Festival de Cine de Arquitectura y Diseño ( Architecture & Design Film Festival ) presenta cada año una selección de documentales en categorías como: Ciudad, Arquitectura (edificios), Susten-tabilidad, Moda y Diseño. Sus organizadores lo definen como una celebración al espíritu creativo que brinda la oportunidad para entender y aprender sobre estas especialidades, alrededor del mundo.
Se caracteriza por reunir a legendarios arquitectos y diseñadores, así como productores y amantes del cine. Ciudades como Nueva York, Los Ángeles y Chicago, en Estados Unidos, son sus sedes habituales, con proyecciones y conferencias en instituciones culturales, museos y teatros.
Por dar un ejemplo, entre enero y febrero de 2017 tocó el turno a Seúl, Corea del Sur; en abril de ese mismo años se realizó en Tulsa, Oklahoma; en el mismo mes estuvo en Orlando, Florida; para agosto lo vieron en Nueva Orleans, Luisiana; en septiembre fue el turno de Fisthail, Montana y finalmente, en noviembre, en Nueva York.
El Festival incluyó en 2011 el estreno un documental que llamó especialmente mi atención: Urbanized del cineasta y fotógrafo neoyorkino Gary Hustwit, realizador también de Helvetica (2007) y Objectified (2009); él integró una interesante trilogía en torno al crecimiento urbano actual.
Gary Hustwit presenta en Urbanized testimonios de arquitectos de gran nivel como: Udo Andriof (estudio Stuttgart 21); Alejandro Aravena (estudio Elemental); Amanda Burden (NYC Department of Planning); Yung Ho Chang (estudio Atelier FCJZ); Mark Covington (Georgia Street Community Garden); Sir Norman Foster (estudio Foster + Partners); Grady Gammage Jr. (estudio Gammage & Burnham); Jan Gehl (estudio Gehl Architects) y Rem Koolhaas (estudio OMA).
Hustwit centra la trama en la pregunta: ¿quiénes dan forma a nuestras ciudades y cómo lo hacen? Paulatinamente incluye las respuestas de los arquitectos antes señalados, protagonistas absolutos en el diseño de las metrópolis más importantes, quienes analizan diversos escenarios urbanos de países como Brasil, Chile, Dinamarca, Estados Unidos, China, Colombia, India y Alemania, entre otros.
Muestra cómo con ingenio y trabajo comunitario se pueden lograr cambios en la subsistencia de las ciudades y mejorar drenaje, agua potable, transporte, vivienda, escuelas, parques y plazas públicas.
La urbanización es el lenguaje de la ciudad y todo lo que se usa en ella, desde una banca hasta una calle, pero no necesariamente se ha realizado de manera correcta y muestra de ello es que el 33 por ciento de la población de los países en desarrollo vive en barrios inadecuados para lograr una buena calidad de vida.
En Urbanized cobra especial importancia el caso de Bombay, India. Según el censo de 2015 tenía 14.5 millones de habitantes con un grave problema sanitario, pues la mayoría vive en zonas de escasos recursos, caracterizados por falta de agua potable, recolección de basura, saneamiento, vivienda y movilidad. La reflexión a que conduce es la necesidad de cambiar políticas públicas enfocadas a personas de escasos recursos.
Otro ejemplo relevante es el de Santiago de Chile, con el proyecto del arquitecto Alejandro Aravena, quien en 2016 ganó el premio Pritzker de Arquitectura, precisamente por la propuesta que aborda este documental. Se trata de diseño participativo, como él lo denomina, con módulos de vivienda social para personas de escasos recursos, financiados por el gobierno de Chile.
También resaltan los casos de Bogotá, Colombia; Brasilia, Brasil y Copenhague, Dinamarca, los cuales tienen en común proyectos de movilidad que impulsan a sus habitantes a optar por transporte masivo sustentable, usar bicicletas con objeto de sustituir el uso de los automóviles.
Urbanized invita a reflexionar: más de la mitad de la población mundial vive en una zona urbana y para 2050 será el 75 por ciento. Las ciudades experimentan un crecimiento acelerado y los desafíos se centran en lograr un equilibrio en vivienda, movilidad, espacio público, economía, sociedad y políticas ambientales.
Sin duda son grandes retos, porque en la práctica la convergencia de estos factores es más difícil de lo que cualquiera se imaginaría; sin embargo, se puede trabajar en conjunto por un futuro prometedor en cuestión urbana y condiciones de vida sustentables.
Este documental muestra los esfuerzos de especialistas de todo el mundo por mejorar las circunstancias de los habitantes del núcleo urbano. Explora los diferentes proyectos de diseño metropolitano a nivel mundial y enmarca una discusión sobre el futuro que nos espera como especie.
Una vez más vemos cómo cine y arquitectura se conjuntan con el fin de ilustrar al público sobre las mejoras que plantean arquitectos, planificadores, políticos y constructores. Vivienda, movilidad, espacio público e infraestructura son los protagonistas de las ciudades de hoy y de mañana.
Esta colaboración se publicó de manera impresa en abril de 2017, edición 162 del boletín informativo CineAdictos, de la Coordinación de Difusión Cultural de la FES Acatlán.
Su legado, más allá de la alta costura
POR KRISANGELLA SOFÍA MURILLO CAMACHO
Yves Saint Laurent (2014), dirigida por Jalil Lespert, destacó en la escena internacional por ser una buena película biográfica sobre uno de los grandes diseñadores de la moda de alta costura y contar con las excelentes actuaciones de Pierre Niney, Guillaume Gallienne, Charlotte Le Bon, Laura Smet, Marie de Villepin, Xavier Lafitte y Nikolai Kinski. Estuvo nominada a siete premios César.
Ambientada a finales de los años 50, aborda una etapa en la vida del diseñador de origen argelino y su pareja por más de cinco décadas, el empresario Pierre Bergé, quienes lograron dar un nuevo impulso a la industria de la moda francesa y fundar una marca con alcances internacionales.
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