POR NOVEL ALEJANDRO GONZÁLEZ OROZCO
Coincidencia o no, en una época en que pareciera políticamente correcto dar mayor espacio a las mujeres, destaca en la curaduría de la Segunda Semana de Cine Canadiense la selección de siete filmes en los que participan cuatro jóvenes directoras: Myriam Verreault, Aisling Chin-Yee, Sophie Deraspe y Monia Chokri; por tanto, en este aún joven encuentro fílmico, prevalecen las miradas femeninas.
La industria cinematográfica internacional sigue siendo dominada por hombres y el hecho de tener ante nosotros cuatro visiones femeninas es motivo suficiente para tomarse en cuenta, sumado a que todas ellas son directoras emergentes, a quienes acompañan las miradas experimentadas de los directores consolidados Atom Egoyan y Xavier Dolan, así como la dupla de Calvin Thomas y Yonah Lewis, quienes ya empiezan a figurar en la escena mundial.
Nueva Era Films, principal responsable de traer a nosotros cine canadiense actual, eligió marzo, mes en que se ha conmemorado precisamente el Día Internacional de la Mujer, para presentar diferentes formas de vida en un país cosmopolita que mezcla en su cotidianeidad muchas culturas, donde el mestizaje permea expresiones sociales y culturales de forma muy visible.
En todos los casos, los filmes que podremos ver en la sala del Teatro Javier Barros Sierra de la FES Acatlán tienen probada calidad; fue exitoso su paso por los principales festivales de cine de 2019, en especial Cannes, Venecia y Toronto.
Es tiempo de darle un mayor lugar al cine canadiense, el cual tiene un estilo propio. Se pueden distinguir semejanzas con las producciones de Hollywood, pero también con la forma en que se hacen los filmes en Francia, la cuna del cine.
En algunos casos podremos encontrar referentes en otras vertientes europeas, pero si analizamos con profundidad nos daremos cuenta de que es diferente en forma y fondo. Además de estar bien hecho, presenta opciones para todos los gustos. Cuatro de las películas de la Segunda Semana de Cine Canadiense retratan estilos de vida en Quebec, donde se habla francés, y los otros tres del territorio anglófono.
Invitado de honor (Atom Egoyan, 2019) se estrenó en el Festival de Cine de Venecia de 2019 y luego participó en el Festival Internacional de Cine de Toronto. En ambos casos la crítica especializada ha sido más dura que benevolente, pues en el filme se puede ver que el estilo de su director encuentra ecos de sus rodajes anteriores, con personajes tristes que lidian con el sufrimiento, viven desesperados y, en algunas ocasiones, contrario al dramatismo que de ellos se espera, terminan siendo cómicos.
Kuessipan (Myriam Verreault, 2019) invita al espectador a valorar la importancia de la amistad fraternal, la cual sale a flote no obstante las pruebas de fuego que se puedan enfrentar por conflictos familiares, de pareja, proyectos, vocaciones o decisiones aparentemente contrarias a la lealtad. Aquí el factor de raíces en una comunidad nativa sirve de pretexto para visualizar una cara poco conocida de Canadá. Luego de su estreno en el Festival Internacional de Cine de Toronto 2019 ha tenido un exitoso recorrido por más de 50 festivales internacionales.
Mentira blanca (Calvin Thomas, 2019) explora temas por demás actuales: el impacto de las redes sociales en la cultura contemporánea; la polarización social ante lo que se decide identificar como “justicia”; la compasión expuesta por medio del veloz e implacable internet en los casos de enfermedades crónicas y/o terminales; la manipulación y la mentira con fines económicos encarnados por una protagonista que desafía al público a ir al fondo de sus propios escrúpulos, capaz de generar tanto rechazo por sus turbios objetivos, como “admiración” por lo osado de sus actos cínicos y carentes de justificación.
Lo que queda de nosotras (Aisling Chin-Yee, 2019) plantea la posibilidad de que dos “enemigas naturales” deban reinventar sus proyectos de vida a partir del fallecimiento del hombre que las unía: la primera y segunda esposas, con sus respectivas hijas, conviviendo bajo un mismo techo, procesando su duelo, la tragedia y el abandono en que las ha dejado, en el primer caso por voluntad, en el segundo por las circunstancias de la muerte. Son mujeres con diferentes personalidades y temperamentos, con problemas complejos, en un entorno poco amigable, obligadas a ser honestas entre ellas y consigo mismas.
Antígona (Sophie Deraspe, 2019) se presenta como una imperdible oportunidad de refrendar la calidad de una de las tragedias clásicas griegas más importantes, adaptada a la época y problemas actuales. Reflexiona sobre la experiencia de los refugiados en Canadá, quienes no están exentos de enfrentar una sociedad indiferente, en un país donde la tolerancia pareciera algo solamente superficial. Aunque seguramente es la película más compleja de las que integran este ciclo, también es la que dejará huella más profunda en un público como el de nuestro país, por la exaltación que hace del amor y lealtad familiar, de la pobreza y la desigualdad de oportunidades.
Matthias y Maxime (Xavier Dolan, 2019) es un filme fiel al estilo ya conocido de este realizador, que muestra a sus protagonistas enmarcados por las dudas de identidad sexual. Nuevamente Dolan interpreta a un personaje cuya madre abusiva no aprecia la bondad de su hijo. Ocho películas en su trayectoria y sigue quejándose de su progenitora, al mismo tiempo que vuelve a señalar que la sexualidad no normativa aún conlleva estigmas en las sociedades “modernas”. No obstante es una película divertida, con una historia de amor sincera que nace de la amistad y representa otra opción para analizar la inadaptación del individuo, la necesidad de desprenderse de los conflictos para encontrar la tranquilidad propia y llegar a la absoluta sinceridad.
La mujer de mi hermano (Monia Chokri, 2019) es, para los amantes de la comedia dramática, una excelente oportunidad de llegar hasta la catarsis con la historia de dos hermanos aferrados a la muy actual definición de “chavorruquez”: ella con el pretexto de ser la eterna estudiante a quien su proyecto profesional la mantiene soltera y endeudada; él con sobrada autoestima, exitoso profesionista y permanente conquistador, ambos en conflicto por su apego fraternal. Aquí prevalece el tono carente de sutilezas, las escenas rayan en lo caricaturesco, los diálogos son sarcásticos y el humor negro permea el guion. El espectador debe responder a esta cuestión: “No somos jóvenes ni viejos, ¿qué somos entonces?”
Queda pues en las manos de nuestros lectores la información que les permita tomar la mejor decisión para ver una, varias o todas las películas de la Semana de Cine Canadiense, así como la invitación para valorar la proyección de estos títulos en nuestro Campus, acudiendo al Centro Cultural Acatlán.
NOTA: ESTA EDICIÓN SE REALIZÓ ANTES DE QUE LAS AUTORIDADES DE LA UNAM DETERMINARAN LA SUSPENSIÓN DE ACTIVIDADES EN TODOS LOS CAMPUS. SE PRESENTA AQUÍ CON OBJETO DE QUE EL PÚBLICO SE FAMILIARICE CON ESTAS PELÍCULAS Y, EN CUANTO LA COORDINACIÓN DE DIFUSIÓN CULTURAL DE LA FES ACATLÁN ESTÉ EN POSIBILIDAD DE REPROGRAMARLAS, HABRÁ MAYOR DETALLE SOBRE LAS FECHAS Y HORARIOS PARA LOS TÍTULOS QUE A CONTINUACIÓN SE DESCRIBEN.
POR OFELIA CASTRO PAREDES *
Rolando Martínez Ávalos, crítico de cine y presentador de televisión, celebra 15 años al frente de la conducción del programa Cinescape, el cual se transmite por Televisión Mexiquense y es reconocido como uno de los referentes de cine más importantes de la televisión mexicana.
Desde sus inicios Cinescape promueve filmaciones, entrevistas, presentaciones, alfombras rojas, entregas de premios y una extensa información sobre el Séptimo Arte a nivel nacional e internacional.
Rolando Martínez Ávalos es oriundo de Ocampo, Tamaulipas. Egresó de la licenciatura en Periodismo y Comunicación Colectiva de la entonces Escuela Nacional de Estudios Profesionales (ENEP) hoy Facultad de Estudios Superiores Acatlán y con motivo de este logro profesional concedió una entrevista para CineAdictos.
Martínez Ávalos reveló que el proyecto de lo que hoy conocemos como Cinescape surgió en las aulas universitarias de Acatlán y ha enfrentado diversos retos a lo largo de estos años: “yo era un alumno, un estudiante universitario que no tenía a nadie en los medios de comunicación, era un chavo que se acercó y tocó la puerta”. En ese momento no tenía experiencia en televisión y tampoco era el estereotipo que en aquél entonces las televisoras manejaban: “de cierta manera vine a romper con los esquemas”, señaló.
Son más de tres lustros en los que ha vivido de cerca el cine, industria que, desde su mirada especializada, ha tenido diferentes cambios: “Somos una generación a la que le tocó ver cine en 16 o en 35 milímetros, en estos procesos de postproducción y hoy en día todo es digital. Con una cámara o los mismos dispositivos móviles ya se puede hacer una película. Existe un caso en México que lo ilustra: se llama Oso Polar (Marcelo Tobar, 2017) y es la primera película mexicana que se hizo con un celular, es realmente admirable este cambio”, advirtió.
Hace 15 años los cineastas aplicaban para obtener recursos por parte del Estado, “era más difícil levantar un proyecto por los procesos de elaboración, por la parte cinematográfica. Hoy los jóvenes ya hacen historias con presupuestos más bajos. De cierta manera el cine mexicano va tomando otro enfoque; son las comedias las que están gustando, pero también películas que se han presentado en diferentes festivales internacionales de cineastas contemporáneos con una larga trayectoria; el mismo público asiste a ver cintas nacionales”, explicó.
Aunado a ello mencionó la labor de los cineastas independientes, reconocidos en festivales importantes como Cannes o Róterdam: “hay talento mexicano presente con operas primas, ahí están las propuestas que quieren contar una historia a través de la pantalla grande”.
También está presente el trabajo de los cineastas premiados en recientes fechas: “grandes trabajos han realizado aquellos cineastas de trayectoria larga: Guillermo del Toro, Alejandro González Iñárritu, Alfonso Cuarón, con diversos galardones, entre ellos premios Oscar”.
Para Rolando Martínez la forma de apreciar el Séptimo Arte ha sufrido cambios importantes, en especial por la manera en que las plataformas digitales están llevando el cine a las casas, lo que ayuda a una inmediatez entre el público y esta industria; sin embargo “no es lo mismo ir a ver una película en pantalla grande, con duración de tres horas y media en un recinto dedicado a ello a verla en tu casa con pausas, o a verlas en el trabajo o en tu celular, pierdes totalmente la atención. En el caso de la cinta El Irlandés (Martin Scorsese, 2019) se demostró que solamente el 16 por ciento de los espectadores que comenzaron a ver la película, la terminaron”.
Añadió que la calidad de los filmes es el mismo para una pantalla cinematográfica que para una plataforma digital. “Desde el año pasado surgió un fenómeno interesante con la película Roma (Alfonso Cuarón, 2018), si bien Netflix trataba de posicionarse como plataforma digital de consumo, invirtieron mucha publicidad y con ello fueron la sensación en los premios Oscar. Aunque este año no pasó tanto con las películas de esta plataforma, pero de las cinco películas nominadas al Globo de Oro o de los premios Oscar, tres eran de plataforma digital”.
Para este amante del Séptimo Arte, el público no dejará de entrar a las salas de cine, aunque tenga opciones diferentes: “El cine es un recinto para ver las películas, desconectarte de la realidad, de lo que está pasado y adentrarte a una historia que dure dos o cuatro horas. Emocionarte, llorar, identificarte. El cine juega un papel dentro de la sociedad; a veces nos vemos reflejados en los diferentes personajes y contextos que nos está planteando una película de cualquier género, sea una comedia o un documental, ya que este último ha ganado mucha presencia dentro de la industria cinematográfica”.
Apoyar el cine desde el periodismo y la comunicación es una encomienda que vive día a día y de forma muy profesional. Por esta razón, para Rolando Martínez se requiere de una sólida formación, tomar esta labor con una gran responsabilidad y compro-miso: “hoy en día cualquiera puede tener acceso a una red social, plataforma digital o un dispositivo y emitir un juicio, es muy fácil, pero la gente que está detrás de una comunicación debe estar preparada, tener una licenciatura, saber el contexto para emitir juicios o un comentario”.
Por ello, invitó a la comunidad universitaria a perseguir sus metas, prepararse y de la forma más profesional ejercer con orgullo la formación académica brindada en las aulas.
El programa de televisión Cinescape se transmite todos los jueves a las 19:00 horas y en su repetición los sábados a las 19:00 horas por Mexiquense TV.
Esta colaboración se publicó de manera impresa en marzo de 2020, edición 188 del boletín informativo CineAdictos, de la Coordinación de Difusión Cultural de la FES Acatlán.
* Ofelia Castro Paredes es Técnico Académico Asociado B. Tiempo Completo Definitivo. Profesora de la Licenciatura en Comunicación. Participa en las líneas de investigación de Comunicación Interna y Relaciones Públicas.