POR ANGÉLICA MEJÍA RAMÍREZ *
Pocas películas de animación combinan de manera tan prolija el lenguaje cinematográfico, la cultura y el amor como Kimi no Na wa (Makoto Shinkai, 2016), conocida en México como Tu nombre.
Cuenta la historia de Taki, joven estudiante radicado en Tokio, y Mitsuha, muchacha originaria de una pequeña provincia cuya familia es de tradiciones muy arraigadas. Tienen una relación muy peculiar que se debe descubrir durante el filme, vinculada a la trayectoria de un cometa milenario que se acercará a la Tierra.
La cultura es el eje central de esta historia. La forma en que se presentan los distintos símbolos japoneses guía la trama y aunque se trata de una película muy exitosa, pues superó en taquilla al El viaje de Chihiro (Hayao Miyazaki y Kirk Wise, 2003), una de las más conocidas a nivel mundial, lo más destacable es la conexión que logró con el pueblo japonés.
Posee una gran carga de simbolismo sintoísta, religión nativa de Japón. Ejemplo de ello es la importancia que tiene en la historia el crepúsculo, ese momento del día en que se conocen el día y la noche, lo real y lo ficticio, lo conocido y lo desconocido, tiempo en el que la magia del filme sucede, pues la frontera entre el mundo de lo vivo y el hogar de los kami, figura que venera el sintoísmo, se difumina unos minutos.
Para el sintoísmo, cuando alguien muere el cuerpo se vuelve polvo, pero su espíritu se convierte en kami. La figura de los kami es relevante en la trama. Si bien estos seres, que han sido traducidos equivocadamente como “dioses”, no forman parte del conocimiento popular, para la población japonesa tradicional sí tiene sentido. Al resto de los espectadores los vuelve curiosos y los invita a empaparse de esta cultura, ya que incluso se han creado foros en línea para debatir sobre este tema.
Otro símbolo, probablemente el más conocido en occidente, es la cuerda roja del destino. La leyenda cuenta que los dioses atan una cuerda roja, invisible para los mortales, a las personas que están destinadas a encontrarse. El destino y el concepto de alma gemela son claves para los protagonistas de Tu nombre.
La banda sonora es una de las mejores del anime. A lo largo de la cinta se pueden escuchar piezas de cuerdas, piano y percusiones; unas con un enfoque religioso y otras de pop japonés a las que, si se pone atención, permiten esquematizar la trama.
Las canciones seleccionadas para Tu nombre encuadran, por sí solas, la historia; es decir, sirven para una narración musical, algo que muy probablemente identifiquen si se animan a ver esta película y ponen atención a la música. Seguramente lograrán una experiencia sensorial muy particular y que no es común con la mayoría de los largometrajes.
Sin duda se trata de una joya animada. Basta con ver unos cuantos fotogramas para observar el detalle con el que fueron dibujados los escenarios. Sombras, luces, colores, todo se integra en una excelente fotografía.
Además de destacados aspectos técnicos y carga simbólica, la historia que Makoto Shinkai cuenta es conmovedora; se trata de personajes carismáticos enmarcados por adecuados toques de comedia, giros inesperados que ganan para esta película una recomen-dación de “indispensable” y verla más de una vez.
* Angélica Mejía Ramírez realizó su Servicio Social en Promotoría Cultural.
Esta colaboración se publicó de manera impresa en mayo de 2019, edición 181 del boletín informativo CINEADICTOS, de la Coordinación de Difusión Cultural de la FES Acatlán.