POR YOLANDA SOLORIO GARCÍA
Jerry Lewis destaca entre los grandes cómicos del siglo XX. El 16 de marzo llegó a los 90 años de edad y sigue tan vigente como hace más de siete décadas, cuando siendo un joven juguetón, inquieto y curioso se paseaba por los estudios de Paramount Pictures para conocer la industria del cine.
Desde pequeño estuvo en contacto con el mundo del espectáculo. Hijo de Danny Lewis, cantante de cabaret y Raquel Brodsky, pianista. De su papá aprendió la manera de dirigirse al público y explotar el timming de la comicidad, para mantener la magia en escena.
Un excelente ejemplo de su maestría en este campo se encuentra en “La máquina de escribir”, acto consistente en hacer la mímica de teclear una máquina de escribir mientras se escucha la pieza instrumental “Typewriter Machine” de Leroy Anderson, como música de fondo.
Al igual que Charlie Chaplin o Buster Keaton, Jerry Lewis dirigió, escribió, produjo y actuó sus propias películas. Durante las filmaciones siempre le gustó que el set estuviera abierto al público, repitió infinidad de veces las escenas hasta que las cosas salieran perfectas, quedando justo como las había imaginado.
Nunca escatimó en gastos ni dudó en invertir medio millón de dólares para simular una enorme casa de muñecas en el escenario de la película “The Ladies Man” (1960). Igual importancia dio al sonido, por ello dominó la mezcla de música y efectos que complementaban las acciones de los personajes.
Filmó la película “The Bellboy” (1960) en tan sólo 48 días, al mismo tiempo que cumplía un compromiso de trabajo en Miami. Una de las particularidades de este filme es que su personaje, Stanley, solamente habla hasta el final de la historia y previamente usa todo un compendio de gags (situaciones cómicas), con los cuales convierte lo ordinario en algo extraordinario.
“The Bellboy” también sirvió para rendir homenaje al slapstickcomedy (comedia física caracterizada por situaciones absurdas) de la época del cine mudo y, especialmente, a Stan Laurel.
Con el gran proyecto fílmico “The Nutty Professor” (1963), llevó a la pantalla grande la versión del clásico Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Creó a Buddy Love, alter ego del Profesor Kelp, el personaje que reúne las peores cualidades de las personas que Jerry Lewis había conocido: cínicos, desvergonzados, egoístas y presumidos. Después de escribir siete guiones diferentes, se convenció que el primero era el bueno.
Antes de una brillante carrera en solitario, Jerry Lewis trabajó con Dean Martin. Este dúo era dinamita pura, se complementaban y la gente los seguía a donde fueran. En una ocasión se presentaron en Nueva York, cerca de Times Square, y alrededor de 600 mil personas rodearon el hotel donde se hospedaban, ambos firmaban fotos para sus fans y las aventaban por la ventana, todo era una locura1.
Dean Martin y Jerry Lewis estuvieron 10 años juntos. Debido a problemas de índole laboral, a principios de 1956 decidieron separarse. Pasaron 20 años para que llegara la reconciliación y fue posible gracias a Frank Sinatra, quien a escondidas llevó a Dean Martin al Teletón realizado por Jerry Lewis para apoyar a los niños con distrofia muscular. Martin salió tras bambalinas, ambos se abrazaron mientras la audiencia se volvía loca al ver juntos a sus ídolos.
Actualmente Jerry Lewis realiza giras por Estados Unidos con un show donde repasa anécdotas de su vida, canta y al final sus fans pueden hacerle preguntas o expresarle su admiración.
Jerry Lewis es un cómico con mucho estilo y genio en toda la extensión de la palabra. Lo demostró en cada una de sus películas, incluso aquellas que no tuvieron tanto éxito. Es como un niño grande que nunca paró de sorprender al público ni arrancarle carcajadas.
Esta colaboración se publicó en la edición 152 del boletín informativo CINEADICTOS. Marzo de 2016. Coordinación de Difusión Cultural de la FES Acatlán.
1. Tomado del documental Method to the Madness of Jerry Lewis (2011)