Director universal
POR LETICIA URBINA ORDUÑA
Alejandro González Iñárritu ha ganado con “The Revenant” su segundo Oscar como Mejor Director, en forma consecutiva. Esta hazaña sólo la había logrado John Ford en 1941 y 1942. Celebremos, sin olvidar que El Negro es un ave de tempestades.
Cada nominación a un premio relevante (Oscar, BAFTA, Globo de Oro o Cannes) revivió la confrontación entre los nacionalistas exacerbados que quieren ver a Hollywood “aplastado” por un mexicano y en contraparte los puristas, para quienes es casi un traidor a la patria haciendo cine en inglés.
Ambos extremos son maniqueos. La calidad de sus películas, temática, historias ubicadas en puntos distantes del planeta y alejadas de “lo mexicano” revelan, en realidad, a un cineasta universal, como el arte mismo.
De sus seis largometrajes, únicamente dos están filmados en español: su ópera prima, “Amores perros”, la única mexicana por actores y escenarios, y “Biutiful”, con Javier Bardem, en una Barcelona oscura que trafica con inmigrantes chinos.
“21 Gramos” se ubica en Estados Unidos, mientras Babel transcurre en Tokio, Marruecos y la frontera entre México y Estados Unidos. En la primera trabajó Sean Penn, Benicio Del Toro, Naomi Watts (estadounidense, puertorriqueño e inglesa), mientras en la segunda llamó a Brad Pitt, Cate Blanchett, Adriana Barraza y Rinko Kikuchi (estadounidense, australiana, mexicana y japonesa, respectivamente).
En esas cintas hay una especie de urgencia por huir de la mera mexicanidad, de cuestiones nacionales y saltar a temas universales, lo mismo en las emociones que en espacios, actores y temática.
Dato curioso: las locaciones elegidas en todas esas cintas corresponden con el viaje que González Iñárritu realizó a los 17 años de edad, como grumete de un barco, para escapar de la ruptura amorosa con una chica mayor que él. (Leer más…)