Amor al periodismo y a la “vieja escuela”
POR JOSÉ ALFREDO FLORES ROCHA
Entre las gratas sorpresas de 2016 está la propuesta cinematográfica “Spotlight” (“En primera plana”) del realizador Tom McCarthy, que logró sumar seis nominaciones en los premios Oscar por: mejor película, director, actriz, actor de reparto, guión original y montaje.
Esta cinta atrapa desde el inicio por su sencillez narrativa, lineal y plagada de diálogos, que rompe con los esquemas impuestos por la meca del cine en los últimos años. Es contada con un estilo sobrio, sin aspavientos, donde prevalece la sustancia por encima de la forma. Gracias a ello “Spotlight” destaca por el guión y magníficas actuaciones capaces de sostener por sí mismas las dos horas de duración del filme.
En primera plana retrata a cabalidad el trabajo periodístico de reporteros de un diario que ha vivido mejores épocas en Boston, Massachusetts, y busca sobreponerse a la pérdida de lectores. La llegada de páginas electrónicas con información noticiosa y el trabajo periodístico de rutina han dejado a este tabloide en una situación muy complicada en términos financieros y de credibilidad.
La pregunta de fondo que se hace el equipo de trabajo de esta casa editorial es sencilla: cómo recuperar a los lectores. Es en este punto de quiebre donde el periódico se enfrenta al dilema de continuar con el mismo periodismo mediocre de sus competidores o cambiar el rumbo de sus reportajes con temas más audaces y encaminados hacia la denuncia social. La respuesta no tarda y llega con el nombramiento de un nuevo director.
El cambio resulta esperanzador para la plantilla de reporteros, quienes se juegan su última carta. Saben que el costo es alto, pero no hay marcha atrás. Meterse con la poderosa Iglesia católica en Boston puede convertirse en un acto suicida y más aún cuando los casos que se investigan están relacionados con pedofilia.
Destapar la cloaca y la corrupción del sistema judicial del país más poderoso del orbe representa para los intrépidos comunicadores una tarea titánica que rebasa la meta de mantener a flote su fuente de empleo. Se trata, en cambio, del amor hacia el oficio periodístico y el anhelo de justicia para las víctimas.
Más allá de las nominaciones en la presente edición de los premios Oscar 2016, “Spotlight” se convierte en una película cercana a los más altos valores que la humanidad puede llegar a enarbolar. La justicia aparece como algo que se predica a diario, pero en la práctica resulta inalcanzable para ciertos sectores, sobre todo cuando está en duda la honorabilidad de una de las instituciones más poderosas y de mayor influencia en el orbe.
“Spotlight” es una de esas películas que cumplen su cometido, al presentarnos una historia que nos hace reflexionar sobre temas indispensables en las sociedades modernas. Por un lado, nos muestra el alto grado de corrosión de las instituciones y, por otro, una visión genuina y hasta romántica del periodismo de investigación, alejado de los intereses de orden económico y político que regularmente permean en las redacciones de los medios de comunicación.
Sean pues bienvenidas esta clase de propuestas cinematográficas que van más allá del mero entretenimiento.
Esta colaboración se publicó en la edición 151 del boletín informativo CINEADICTOS. Febrero de 2016. Coordinación de Difusión Cultural de la FES Acatlán.
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