Cineasta hecho en Acatlán
POR LETICIA URBINA ORDUÑA
La Universidad Nacional Autónoma de México es, además de la mejor institución de educación superior de América Latina, un espacio de libertad y aprendizaje que brinda a sus egresados las herramientas necesarias para alcanzar sus metas. Héctor Trejo Sánchez es un ejemplo de ello: egresado de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, se desempeña como académico, crítico de cine y, recientemente, cineasta independiente.
En entrevista, relata que su pasión por el cine empezó a muy temprana edad: tendría unos seis años cuando entrenaba judo en las inmediaciones del cine Francisco Villa. Al salir de sus actividades deportivas, él y “los de la bolita” se iban a ver películas.
Era un cine de barrio, con sistema de permanencia voluntaria. Comenzaban con alguna cinta, aunque hubiera empezado y continuaban hasta que no había más remedio que regresar a sus casas. Las historias más frecuentes eran las de los hermanos Almada y Chabelo, pasando por las memorables cintas de El Santo, con aquella parafernalia propia del superhéroe mexicano: capa, botas brillantes y conduciendo automóviles deportivos.
Cuestionado sobre el momento en que su gusto infantil lo impulsó a trabajar profesionalmente en cine, Trejo Sánchez señala que una cosa llevó a la otra y cuando algo se hace con auténtica pasión, no es trabajo. Aunque sin las herramientas teóricas necesarias para hacer análisis de películas, desde muy joven observaba cómo funcionan luz y fotografía en las escenas de rodaje.
Tomó cursos y talleres de cine porque su primera intención, antes que crítico cinematográfico, era ser cineasta. Sin embargo, el factor económico –en una época en la que la tecnología era mucho más cara– fue una fuerte limitante en aquel momento.
La licenciatura en Periodismo y Comunicación Colectiva, que cursó en la entonces Escuela Nacional de Estudios Profesionales, (ahora Comunicación y FES Acatlán, respectivamente), le permitió convertirse en columnista cinematográfico.
Como tal ha colaborado en los periódicos El Quintanarroense, Notiarandas de Jalisco, El Sol de Irapuato, Pulso de San Luis Potosí, NTR de Zacatecas, SIPSE, portal de noticias de Yucatán. También en Noticias de San Luis Río Colorado, en Sonora, además de producir el programa radiofónico Cinematógrafo 04 para la Radio de los Ciudadanos en AM, y colaborar en Imagen Informativa y Global-media, ambos de San Luis Potosí, que se transmiten en FM.
De manera simultánea impartió talleres de micrometraje y video documental de bajo costo en diversos ayuntamientos, como Jesús María, en Jalisco; Corregidora, en Querétaro y Libres, en Puebla. Además de ser editor de algunos websites, organizó el Festival de Clásicos del Cine Brasileño para Casa do Brasil, donde perfeccionó su dominio del portugués.
Tenía un proyecto de vida pendiente, el cual comenzó a convertir en realidad con su documental “Los niños de San Antonio”, basado en las fiestas patronales del municipio de Libres, en Puebla.
Con él obtuvo el premio al Mejor Corto Documental Internacional en el Festival de Cortometrajes de la CEDESCO, en Concordia, República Argentina, además de una mención a la Preservación de Tradiciones Latinoamericanas por “El Baile del Torito”, que forma parte del documental citado.
El siguiente proyecto de Héctor Trejo es más ambicioso: conjuntar un archivo nacional de las tradiciones y fiestas patronales de todo el país, labor monumental si se toma en cuenta que México tiene más de dos mil municipios, y una vez hechos los documentales, se requiere de una videoteca con condiciones particulares como mobiliario especial, control de temperatura y humedad, con costos elevados.
No será una tarea fácil en un país que sistemáticamente le regatea recursos a la cultura, mientras la iniciativa privada nunca apuesta por nuevos proyectos, señala Héctor Trejo, pero las condiciones actuales, a través de las nuevas tecnologías, han abaratado los costos y ello daría viabilidad a su trabajo.
¿Qué le recomienda este cineasta, hecho en Acatlán, a los jóvenes que quieran hacer cine? “Empezar a ejercer el cine desde ya, con su teléfono celular, con una cámara prestada. Buscar tutoriales en internet para aprender los aspectos técnicos”, porque la mirada del cineasta es algo que no se aprende, se trae, y quien la tiene acabará por hacer cine tarde o temprano. Si se tiene la vocación “no hay límites”; sólo hay un secreto, que comparte con CineAdictos: “Que uno se la crea”.
Esta colaboración se publicó septiembre de 2015, edición 145 del boletín informativo CINEADICTOS, de la Coordinación de Difusión Cultural de la FES Acatlán.