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• La Princesa Sugehit y Amapola charlaron con la comunidad universitaria sobre qué significa ser mujer en la lucha libre mexicana

Las luchadoras Princesa Sugehit y Amapola arribaron al Teatro Javier Barros Sierra de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán para participar en la mesa de análisis El papel de las mujeres en la lucha libre, donde hablaron con la comunidad universitaria acerca de las satisfacciones, retos y aprendizajes de la vida sobre los cuadriláteros.

En espacio moderado por la doctora Cynthia Acosta Ugalde, las invitadas rememoraron sus inicios en la lucha y cómo se convirtió en su profesión.

La Princesa Sugehit Ernestina Sugehit Salazar Martínez—, lleva 27 años entre los encordados, comenzó a los 16 años a escondidas de su familia, pues no vieron con buenos ojos que se dedicara a esto, pero, cuando cumplió la mayoría de edad, nadie pudo detenerla. “No sabía nada de la lucha libre, no vengo de una familia luchística y creo que eso es significativo para nosotras, porque tenemos que batallar el doble o el triple, a alguien que venga con dinastía”, apuntó sobre los inicios de su carrera.

En cambio, Amapola ­­—Guadalupe Ramona Olvera­— narró que asumió su afición a las luchas a través de los combates que veía en la televisión y, aunque al principio su familia también se negó, al final su padre le puso como condición obtener un título universitario para dedicarse a practicarlo, lo que consiguió. En diciembre de este año, cumplirá 26 años de carrera arriba de los cuadriláteros y explicó que, sin dejar de lado el respeto a la máscara y la lucha libre, trata de separar la faceta personal de la profesional. “Seguiré siendo Amapola en el ring, en una arena; pero en casa, con mi familia, soy Guadalupe”, señaló.

Ambas luchadoras describieron la frecuencia de las lesiones en esta profesión, además, el cuerpo suele adaptarse, te “hace garrotuda” para acostumbrarse a los golpes y al dolor. “Los que dicen que la lucha libre es de mentiras, ojalá fuera de mentiras. Tengo tres meses que me operaron las cervicales, si fuera de mentiras no estuviéramos operadas, no estuviesen las lesiones que nosotros tenemos para que la gente nos falte al respeto diciendo: “ay, es que no se pegan, es de mentiritas” y no es cierto”, externó la Princesa Sugehit.

Por su parte, Amapola mencionó que ambas han participado en la lucha libre japonesa que puede distinguirse de la mexicana por ser más dura, las niponas siguen una disciplina estricta. “Las dos tuvimos ese entrenamiento, por eso tenemos mezclada la lucha japonesa y la mexicana, pero de verdad que es un orgullo ir representando a México en Japón, en Estados Unidos, yo lo he hecho en Guatemala, en Panamá y en todos lados”, expresó.

Sin embargo, la Princesa Sugehit explicó que ellas siempre buscan ganarse el reconocimiento del público, dar el extra para diferenciarse de los hombres. “A veces nos damos hasta más fuerte para tener ese comentario del aficionado: “mira, las luchadoras se dieron con ganas”, porque nos queremos ganar ese respeto de la afición”, apuntó la atleta.

Ambas mujeres narraron algunas experiencias como la vida en pareja o la maternidad que les resultan más difíciles, y aunque no son madres, conocieron casos de compañeras que han pausado sus carreras hasta por dos años debido a los riesgos que implican las caídas durante el embarazo, además, el cuerpo debe tener una larga etapa de recuperación para regresar a los cuadriláteros.

Finalmente, las dos muestran esperanzas. “Al llegar se acercó una niña con una máscara y quería la firma, entonces, es muy bonito que uno vaya dejando ese ejemplo con las niñas que continuarán con el legado de la lucha libre femenina”, externó la Princesa Sugehit.

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