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“Honor, a quien honor merece”. “Era como una luz que iluminaba a todos”, “Pensar en mi papá sin Acatlán, es como pensar en un mar sin agua”, “Hasta luego Maestro. Que esté bien. Cuídese”, “Aprendimos de él y le admiramos”, “Se ha ido un verdadero grande”, fueron algunas de las frases que fueron escuchadas por familiares, amigos, profesores, colaboradores y estudiantes en el emotivo homenaje luctuoso al licenciado Francisco Casanova Álvarez, en el Auditorio II Miguel de la Torre, de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán.

En primera fila, guardando un sitio para honrar la memoria de su padre, Alejandra Casanova Seyde, acompañada de su hijo Francisco Baigts Casanova, de 13 años; Daniela Casanova Seyde, con su esposo Carlos León Barrera, y Diego, María Fernanda y Carlos, nietos del homenajeado, siguieron con atención el desarrollo del homenaje sin poder ocultar sus emociones y las lágrimas.

Frente a la maestra Nora Goris Mayans, secretaria General Académica, el licenciado José Rodrigo Zenteno Gaeta, secretario de Estudios Profesionales y la maestra Claudia Márquez Díaz, jefa de la División de Ciencias Socioeconómicas, Daniela Casanova inició por subrayar que su padre “Era como una luz que iluminaba a todos; no solo a su familia, sino también a sus alumnos, amigos y conocidos”.

Ante un auditorio abarrotado, principalmente por alumnos, con la voz entrecortada agregó, “de todo corazón les puedo decir que escuchar lo que nos han dicho de mi papá todas las personas que se han acercado a expresarnos sus condolencias; ver el cariño que le tenían en esta Facultad, y que quedó plasmado en todos los altares y ofrendas de le dedicaron el Día de Muertos, conocer el gran legado que deja en esta Casa de Estudios, nos hace un poco menos difícil vivir el dolor tan grande que nos dejó su partida”.

Por su parte, Alejandra Casanova batalló más de una ocasión para que las lágrimas le permitieran leer su mensaje, al destacar que “pensar en mi papá sin Acatlán, es como pensar en un mar sin agua. Sería un sinsentido. Acatlán era una parte esencial de él, su refugio, su fortaleza, su pasión, su hogar. Cada vez que mencionaba esta Facultad su mirada se iluminaba con el orgullo y la plenitud de quien ha encontrado su lugar feliz en la tierra, a todos los que lo conocimos nos consta”.

Tras una pausa para recobrar el aliento, dijo: “gracias a todos ustedes, mi papá con su gran calidad humana y pasión por la enseñanza, la filosofía, la política, la cultura y el arte trascenderá en varias generaciones de estudiantes, posiblemente en muchas que ya no nos toque conocer un el futuro. ¡Misión cumplida, papito!”.

A nombre del Doctor Manuel Martínez, Director de la FES Acatlán, quien asistió a una reunión del Consejo Universitario, la maestra Goris Mayans, dio lectura al mensaje dijo “Paco Casanova, amigo entrañable a quien mantendré en mi memoria y recordaré siempre con mucho cariño y afecto por la amistad, atenciones y enseñanzas que me brindó”.

Asimismo citó: “Casanova fue para mí, y así lo consideré siempre, un Maestro con mayúsculas. Un Maestro en las aulas, en sus cursos, pero sobretodo, en la vida y, por eso, como muchos de los ahí presentes, así lo recordaremos”.

A su vez, el profesor Joaquín Eduardo Miranda González, ex colaborador del homenajeado destacó su grandeza como servidor público, como hombre y académico. “Se desenvolvía en clase con una naturalidad inusitada, impulsado por el conocimiento, pero especialmente por el ansia de enseñar; dos horas lunes y miércoles resultaban insuficientes para abarcar todo lo que él hubiese querido aportarnos”, apuntó.

Por su parte, el estudiante de Ciencias Políticas y Administración Pública, David Serrato Álvarez señaló que “Honor a quien honor merece… dicen los que saben. El día de hoy hacemos una retribución más que merecida a una persona que nos dio tanto. Me atrevo a decir, sin temor a equivocarme y con la responsabilidad que esto implica y lo digo con toda claridad: se ha ido un verdadero grande… el más grande que ha dado la Facultad. Y este grande, señoras y señores, tiene nombre y apellido: este grande fue el maestro Francisco Casanova Álvarez”.

Con todos los asistentes de pie se brindó un minuto de aplausos en memoria del licenciado Francisco Casanova Álvarez. Posteriormente, la maestra Goris Mayans entregó a las hijas la medalla que por 45 años recibiría en el Teatro Javier Barros Sierra, además de un reconocimiento. En otro momento se proyectó un video con imágenes en blanco y negro in memoriam del decano del H. Consejo Técnico. El evento culminó con un sonoro goya rematado con el ya acostumbrado “1-2-3 Acatlán”.

En tanto, en el Consejo Universitario que se llevó a cabo en la Antigua Escuela de Medicina, en el Centro Histórico, se guardó un minuto de silencio en memoria del licenciado Francisco Casanova Álvarez.

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