• Especialista explicó los tipos de violencia hacia las mujeres y cómo el naranja se convirtió en el color que representa el 25N
“Lo que no se nombra no existe”, expresó la maestra Norma Angélica Rivera Vélez durante la videoconferencia Día naranja, día de cambio: Construyendo un futuro libre de violencia, donde habló de la importancia de visibilizar la violencia de género para combatirla.
Realizada en el marco de las actividades por el 25N-UNAM Libre de Violencia hacia las Mujeres, la charla la moderó la ingeniera Gabriela Nava Amezcua, jefa del Departamento de Tecnología Ambiental de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán.
Rivera Vélez, por cierto, la primera persona en obtener el grado de especialista en Género y Derecho en la FES Acatlán, explicó que el naranja, símbolo del 25N, representa el futuro brillante y un mundo libre de violencia. “(Es el color que) invita a la acción y transformación social”, destacó.
La ponente detalló que la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia define violencia de género como “cualquier acción u omisión, basada en el género, que cause daño o sufrimiento psicológico, físico, patrimonial, económico, sexual o la muerte, tanto en el ámbito privado como público”.
La especialista, dedicada a la promoción de los derechos humanos desde la Defensoría Municipal en Cuautitlán Izcalli, diferenció entre tipos y modalidades de violencia. Los tipos incluyen la violencia física, psicológica, patrimonial, económica, sexual, a través de interpósita persona (también conocida como vicaria), obstétrica, digital, política o por razón de género, y feminicida; la más extrema de todas ellas. En cambio, las modalidades abarcan la violencia familiar, laboral y docente; en la comunidad, institucional y en el ciberespacio.
Rivera Vélez mencionó que, en 2021, 70.1 por ciento de las mujeres de 15 años o más reportaron haber vivido algún incidente de violencia a nivel nacional. Dato relevante, ya que la violencia dificulta la cohesión social, afecta a las familias, además, tiene costos económicos e implicaciones para la salud pública, consideró.
Asimismo, la ponente, quien también actuó como encargada de atender los asuntos de violencia de género en el Instituto Politécnico Nacional desde la Oficina del Abogado General, señaló algunas acciones para combatir dicha problemática, entre las que destacó: educar para la paz y la mediación de conflictos, impartir educación que empodere a las mujeres, impulsar acciones afirmativas y promover modelos positivos de feminidad o masculinidad.
Además, llamó a reforzar las redes de apoyo entre mujeres, implementar la transversalización de la perspectiva de género en todos los ámbitos, así como favorecer la participación política de las mujeres en las comunidades. Insistió en lo fundamental de contar con políticas públicas y presupuesto destinado a ese rubro.
Por último, invitó al público a tomar decisiones informadas y a tener en cuenta que “la vergüenza debe cambiar de bando”, es decir, la culpa siempre debe recaer en el agresor y no en la víctima.