Con el espectáculo Sonidos que trajo el mar, la compañía Alma Cimarrona rindió homenaje a la raíz afrodescendiente de México, 14 cuadros dancísticos de las costas de Guerrero y Veracruz entretuvieron al público universitario reunidos en el Teatro Javier Barros Sierra de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán.
Poco más de 53 incesantes minutos donde los espectadores no perdieron detalles de las evoluciones, sonoros pasos marcados con zapatillas blancas y botines negros de los 13 bailarines que en múltiples ocasiones cambiaron de coloridos vestuarios para los números musicales integrados por fandangos, danzones, guarachas y de fondo tambores, trompetas y metales.
El espectáculo comenzó cuando cinco negras y cinco negros son reprendidos por el irascible capataz que seleccionó a una pareja de los bailarines mientras el resto de los esclavos terminaron asesinados, humillados o encadenados, capricho de la patrona acompañada de una jovencita que portaba sombrilla de seda con varillas de costillas de ballena para alejar los molestos rayos del sol.
Mientras desfilan en la escena, una dama solitaria bailando, dos y hasta tres parejas, cuatro hombres y seis mujeres con coloridas vestimentas, blancas blusas ellas y sus compañeros con chalecos; sombreros, pañuelos rojos, pañoletas blancas para acompañar sones africanos, los sonidos de las claves para ligar canciones.
Propiamente sin descanso el espectáculo presentado por integrantes de Alma Cimarrona continuó con canciones de Celia Cruz: Azúcar, El yerberito y Burundanga. Con más cambios de prendas: blancas blusas con holanes, pantalones negros, ajustadas camisetas rojas y largas faldas floreadas, descalzas y con botines acompañaron acordes de La Bamba, y otros sones.
Mujeres bailando con huaraches, los hombres con el torso desnudo; ellos, con sombreros, ellas, tocadas con rebozos para representar bailables de la raza india, la raza negra con fandangos y música costeña. Breve, emotivo homenaje a la negritud, tercera raíz de México, muchas veces olvidada. Para terminar, la compañía visitante agradeció el apoyo recibido para su presentación terminando con la frase: “Con paso firme al andar y con alma cimarrona”.
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