La relación entre los representantes de los medios de comunicación y el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se encuentra polarizada, por un lado se encuentra la prensa simpatizante defensora del proyecto de gobierno, y del otro los articulistas beneficiados en pasados regímenes esgrimiendo crítica sin fundamentos, cargada de odio y resentimiento social, consideró José Gil Olmos Rodríguez, profesor de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán.

“Es irremediable esta polarización que estamos viendo entre reporteros, no sólo los de las redes sociales. Es muy clara y definida que hay una parte que defiende a ultranza a López Obrador y su proyecto de gobierno, y otra parte de los medios de comunicación que están teniendo una actitud crítica, muy viciada, no hay una crítica razonada, sino una crítica hasta con odio y resentimiento social hacia López Obrador. Las calificaciones que hemos leído o escuchado: `es un presidente que está loco´, ahí comenzamos a notar que ya no hay razonamiento, sino un odio y eso nubla cualquier posibilidad de un acuerdo. El propio Andrés Manuel tendría que moderarse en su críticas”, señaló el también jefe de información de la revista Proceso.

En uno de esos polos se encuentran los reporteros de las redes sociales, quienes cuentan con una estrategia distinta e identificó ahí a personajes políticos: “hay gente, especie de voceros de Mario Delgado, René Bejarano, incluso Ricardo Monreal, personajes que mandan a sus voceros para posicionar la información, y cuando ven que López Obrador puede tener algún problema con el manejo de un tema que no es conveniente intervienen. Parece que hay una estrategia equivocada por parte de estos personajes, lo único que están haciendo es evidenciar que están haciendo su labor política con un detalle de posicionamiento y eso, no ayuda a nadie, menos a López Obrador”, indicó el profesor de la licenciatura de Comunicación.

Olmos Rodríguez agregó que del polo opuesto, “está bien identificada la crítica más exacerbada a Andrés Manuel, la de los columnistas, articulistas y representantes de medios que en otros gobiernos han sido privilegiados política y económicamente, muchos de ellos recibían prebendas, también dinero por parte del gobierno. En el momento que comienzan a cerrar la válvula financiera para estos articulistas y columnistas, les comienzan a cerrar el negocio que tenían con sus portales de noticias, es cuando reaccionan de una manera mucho más visceral contra el gobierno de André Manuel. Creo que no es una crítica válida, crítica que tiende a ser intencionada. Esta gente no está haciendo una crítica sana, con una carga de intereses económicos muy fuertes”.

Contradicciones

Para el también egresado de la FES Acatlán, el trato presidencial a la prensa nacional y los acuerdos que sostiene con el sector empresarial es contradictoria, al respecto indicó: “Hace alianzas con los empresarios, con Televisa, con Emilio Azcárraga Jean, con Ricardo Salinas Pliego de TV Azteca y hasta les da contratos. Me parece que hay una contradicción de parte de Andrés Manuel, porque al mismo tiempo que está exigiendo una prensa militante, hace este tipo de alianzas con empresarios. No está siendo congruente, hay una incongruencia en el papel que está teniendo Andrés Manuel López Obrador con los medios de comunicación, sobre todo con los reporteros”.

Respecto a las conferencias matutinas, el profesor consideró que como ejercicio social “ya se gastó. Hay una cosa muy interesante, la mañanera es muy seguida por la gente. Andrés Manuel hizo una estrategia genial con la mañanera porque como jefe del Estado manda directamente el mensaje, no a los medios, a través de la transmisión vía internet en tiempo real, la gente lo ve. En realidad en ese ejercicio, los medios de comunicación saldríamos sobrando. Los medios de comunicación como teníamos concebido su papel salen sobrando porque ya no somos transmisores de mensajes; el mensaje se está dando de manera directa hacia el usuario de las redes sociales que son miles o millones. Ahí es cuando funcionó por un tiempo determinado, me parece que la exposición diaria desgasta, hay un exceso de exposición de la figura presidencial y su mensaje ya no tiene el mismo impacto”.

Más de 30 años de experiencia en el periodismo otorgan a Olmos Rodríguez los elementos para referir la trayectoria del primer mandatario Andrés Manuel López Obrador, como Jefe de Gobierno y luego como candidato a la presidencia en 1991, “ha tenido una relación muy directa con los medios de comunicación, con el paso del tiempo él ha definido bien la idea que tiene de una prensa militante que sea simpatizante y que milite con las causas sociales, políticas e ideológicas; se comienza a notar este tipo de estrategia y las críticas a ciertos medios”.

El también autor de los libros Los brujos del poder y Batallas de Michoacán,  dijo que “en su primera campaña presidencial, Andrés Manuel hace una crítica mucho más abierta a los medios, es cuando comienza a tener una posición mucho más drástica. Al desarrollarse la campaña presidencial de 2012, muchas personas que simpatizaba con él comienzan a agredir a reporteros aventándolos, escupiéndolos, no sólo agresiones verbales sino físicas. AMLO reacciona y dice que los reporteros solamente son trabajadores de empresas que hacen su trabajo y llama a la ética”.

Además, “me parece que esta idea de la prensa militante es afianzada por él y  por el jefe de prensa, Jesús Cuevas, en ese sentido Andrés Manuel no acepta una crítica a su gobierno, a su persona, contraria a sus ideas. El problema aquí es que él dice que puede opinar, criticar, decir lo que quiera, pero como ciudadano, sin embargo, es el jefe del Ejecutivo, la autoridad, representante del gobierno, por eso la relación se ha hecho más intransigente, me parece ya que ha rebasado la parte de la crítica y violentado el derecho a la libertad de expresión que tiene mucho que ver con la forma en que los reporteros, los medios y la gente en general se expresa”.

Para concluir, el jefe de información estableció que “si a Andrés Manuel no le gusta cómo se expresa la gente, no está en su papel, es la autoridad, ahí está el grave riesgo que haga esa crítica. Mi opinión, personal, es que ha generado un ambiente de violencia en contra de todos los medios y los reporteros; para él no hay una diferencia, pero al mismo tiempo quiere tener militantes a su causa”.