Cine Adictos

POR BETSABÉ TORRES VEGA *

Entre las preguntas que surgen en alguien que quiere dedicarse a la abogacía seguramente están: ¿Por qué es importante la libertad? ¿De dónde viene el sentido de querer hacer justicia? ¿Qué tan importante es la defensa de una persona? Algunas o muchas respuestas sobre este tema, así como sus interpretaciones, pueden encontrarse en una película que inspira a profundizar en los temas de la defensoría: Matar a un ruiseñor (To Kill a Mockingbird, Robert Mulligan, 1964, Estados Unidos, 2 horas 9 minutos), drama marcado por un presunto crimen, que protagonizan Gregory Peck (Atticus Finch), Mary Badham (Scout) y Phillip Alford (Jem).

El estreno de Matar a un ruiseñor ocurrió en 1962, época en que ya era posible filmar a color, pero se utilizó la técnica del blanco y negro. Este aspecto ayuda a remarcar el contexto retratado en la historia, cuando la sociedad estadounidense daba mucha importancia a los tonos de la piel: los blancos por encima de los negros, los prejuicios que se anteponen al sentido de justicia.

El filme retrata la vida de Atticus Finch, abogado y viudo que pasa sus días trabajando y al cuidado de sus dos pequeños hijos, a quienes se reconoce por las abreviaturas de sus nombres: el mayor es Jem y la menor es Scout. Transcurre en los años 30 en un pequeño poblado de Alabama.

Como abogado, Atticus enfrenta el caso más emblemático de su trayectoria profesional: la defensa de un negro llamado Tom Robinson acusado de violar a una joven blanca; para ello debe manejar hábilmente la ley, pero también enfrentar los prejuicios de una sociedad acostumbrada a ver con normalidad el racismo, que asumía por costumbre que lo correcto es que cada grupo ocupe el lugar que le corresponde sin mezclarse, ni en lo público ni en lo privado.

Más allá de estar consciente que tiene ante sí el reto de mostrar el fondo de la verdad detrás de la acusación de violación, Atticus sabe que debe actuar con cautela. Al aceptar la defensa del acusado, además de poner en riesgo aspectos de su trayectoria profesional también se ha vulnerado su integridad, e incluso la de sus hijos.

Debe llevar a cabo una buena defensa de un hombre negro, en una época en que lo más común era llevar este tipo de juicios de forma superficial, sin ir al fondo de la inocencia o de la culpabilidad, pues la tendencia era dictar sentencias condenatorias o penas de muerte simplemente porque se trataba de afrodescendientes.

El desafío no es convencer al jurado de que Tom Robinson no pudo someter a golpes ni violar a la joven que lo ha señalado, ese grupo de ciudadanos al que se ha encargado analizar los hechos seguramente discutirá la manera de votar por unanimidad la culpabilidad del hombre negro; su objetivo como abogado será evidenciar las mentiras argumentadas, el odio y la discriminación presentes en esta historia. No está de más destacar que es un mundo de “justicia” con una visión masculina: todo está a cargo del juez varón y de un tribunal integrado únicamente por hombres.

La autora de la novela homónima, Harper Lee, aborda la defensa de los derechos civiles, los alegatos más avanzados de su época para cuestionar el racismo, los caminos de la ética, de la igualdad, el valor de la amistad y sobre todo la forma de encarar la vida sabiendo que se tiene la razón y se procede justamente, aunque en el fondo tampoco se haya actuado con total honestidad.

Debe destacarse que una característica relevante del quehacer de los litigantes es tal cual proceder a abogar [aunque no todos se dedican a esto], y me refiero a la defensa de alguna causa, persona, postura, entre otros asuntos. Como defensor se debe tomar lo que le sea útil y válido ante la ley; demostrar con alegatos bien sustentados que se tiene la razón, pues el objetivo es obtener un resultado beneficioso para el defendido. Esto es lo que hace Atticus, demuestra que Tom Robinson no es culpable, aunque el jurado decida lo contrario.

Matar a un ruiseñor obtuvo diversos premios, entre los que destacan los Oscar por Mejor Actuación para Gregory Peck, el Mejor Guion para Horton Foote y el Globo de Oro para la Mejor Banda Sonora; personalmente encuentro en ella valores inspiracionales para aquellos que decidimos estudiar Derecho con objeto de poner a disposición habilidades al servicio de la defensa de aquellos que no pueden hacerlo, pues al momento de estar ante un juez resulta necesario el dominio de los intrincados caminos de esta disciplina.

Atticus demuestra poseer carácter firme, determinación y ética profesional. A pesar de enfrentar un pronóstico difícil, (todo parece estar contra las posibilidades de un veredicto de inocencia para Tom), como abogado acepta tomar su causa y lo defiende con total profesionalismo. Vemos así uno de los aspectos más nobles del derecho, la parte humanista: Atticus decide ser intermediario entre el acusado y lo que se identifica en ese momento, país y época, como justicia.

Es importante mencionar que la historia vista en la pantalla contrasta con el concepto de justicia contemporánea, donde se debe ser legal antes que justo. Una revisión a la historia del Derecho nos hace comprender que también se implican temas filosóficos que forman parte esencial de esta especialidad y siempre existen las buenas causas, tal como la que presenta el filme.

Inicié este texto con una serie de cuestionamientos, de los cuales retomo: ¿Por qué es importante la libertad? Sobre este asunto quiero volver: la libertad de Tom, un hombre negro al que se menosprecia como persona, se le acusa y se le cree culpable, casi en automático.

La libertad es un derecho del que solamente se priva a una persona por haber cometido un delito, es decir, por haber hecho algo que la ley prohíbe, que altera el orden, las buenas costumbres, por hacer algo incorrecto. De comprobarse que Tom si había cometido el delito de violación, lo correcto y legal debió ser quitarle su libertad, pero al no ser así se comete un atropello a su derecho.

En el contexto de Tom y en sus condiciones de vida, la discriminación es un factor relevante. En el desarrollo de los hechos se evidencia que, por ser un hombre negro, su palabra es demeritada, no se da lugar a su valía como persona, solamente se aceptan los argumentos de la joven blanca para acusarlo. En un juicio actual este caso se desecharía por errores básicos de procedimiento; el relato de Matar a un ruiseñor contrasta enormemente con lo que hoy en día se reconoce como derechos de todas las personas por el simple hecho de serlo.

Ahora bien, ¿por qué es importante una defensa? Pues porque también es un derecho de toda persona acusada. Sólo los abogados titulados están autorizados a realizar este trabajo. Es importante revisar y examinar todo: tiempo, lugar y modo, situaciones que Atticus realiza a la perfección, no hay detalles que se le escapen, incluso el pronóstico del veredicto.

Entre el blanco y el negro hay matices, los mismos que identifican a los seres humanos, como las buenas intenciones y la lucha por el bien, hasta los más oscuros, como las mentiras, el afán por perjudicar a otros y el sentido de venganza por propia mano; todo puede pasar por una amplia gama de tonalidades y para su interpretación están los diálogos y discursos, de los cuales Matar a un ruiseñor es muestra de maestría. Resulta ampliamente aleccionadora, por lo que es muy recomendable verla.

Para una muestra baste la siguiente frase: “Mantén tu cabeza en alto y baja tus puños. No importa lo que te digan los demás, no permitas que te provoque. Intenta pelear, con tu cabeza, por un cambio”.

De esta película pueden extraerse las siguientes reflexiones: el buen argumento predomina al prejuicio; los derechos son iguales para todos, sin importar la apariencia; lo legal no siempre es justo y las buenas causas no están perdidas.

Sin duda es una gran obra que podría hacerte reflexionar, inspirarte a realizar o provocar un cambio positivo donde te encuentres; una película para compartir o consultar cuando requieras de inspiración.

Link para consultar esta película:
https://www.pbs.org/video/to-kill-a-mockingbird-1962-lnfoaz/

* Estudiante de la Licenciatura en Derecho por la FES Acatlán. Integrante del programa Acatlán Contigo (Promotoría Cultural) 2024-1.

 

RESPONSABLE DE PUBLICACIÓN:
PROFESOR NOVEL ALEJANDRO GONZÁLEZ OROZCO.
EDITOR DEL BOLETÍN INFORMATIVO CINEADICTOS,
DE LA COORDINACIÓN DE DIFUSIÓN CULTURAL DE LA FES ACATLÁN.
Categoría(s): Sin categoría

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