La directora Juliana Fanjul conversó con público de la FES Acatlán
POR NOVEL ALEJANDRO GONZÁLEZ OROZCO
Para la mayoría de los lectores de este boletín informativo, el caso del reportaje “La Casa Blanca de Enrique Peña Nieto”, elaborado por Aristegui Noticias y presentado por primera vez el 12 de marzo de 2014 seguramente resulta un tema conocido, por el largo proceso de litigios que implicó, en particular porque es emblemático en la historia reciente de los medios de comunicación en nuestro país, debido a que se evidenció una serie de actos de censura del entonces Presidente de México a la periodista Carmen Aristegui, por medio del grupo radiofónico para el que ella trabajaba.
La casa ubicada en Lomas de Chapultepec, conocida como la Casa Blanca de Enrique Peña Nieto y a la que la entonces primera dama Angélica Rivera se viera obligada a renunciar, luego de una fallida explicación sobre el financiamiento por parte del Grupo Higa (una de las empresas ganadoras de la licitación del tren México-Querétaro y de otras importantes construcciones en el Estado de México) derivó en el despido de Carmen Aristegui de MVS Noticias.
Lo sucedido en los meses posteriores, el largo proceso que permitió a la mediática periodista recuperar un espacio de difusión en plataformas de redes sociales, quedó registrado en el documental Silencio radio (2019), coproducción de México y Suiza, bajo la dirección de Juliana Fanjul, con la fotografía de Jérôme Colin, sonido de Carlos Ibáñez-Díaz y la edición de Yael Bitton.
La proyección gratuita de Silencio radio fue gestionada por la Coordinación de Difusión Cultural de la FES Acatlán para que el público de nuestro Campus tuviese oportunidad de conocer de primera mano hechos inéditos y después de la transmisión por Zoom tuvo lugar un conversatorio con la cineasta Juliana Fanjul.
En este encuentro en línea destacó el interés de los espectadores por conocer el proceso que siguió la directora de cine para ganarse la confianza de Carmen Aristegui y que ésta le permitiese registrar el día a día mientras la empresa Aristegui Noticias se abría paso de manera independiente.
Juliana Fanjul comenzó el conversatorio manifestando su satisfacción por llegar, precisamente ese día (20 de enero), a las cadenas comerciales de exhibición de México con 40 copias y calificó el hecho como “un sueño hecho realidad en la peor de las pesadillas”, refiriéndose a los dos años transcurridos con la pandemia por Coronavirus, los cuales para ella fueron muy duros, porque para la cultural y el cine en particular, como industria, ha sido de mucho sufrimiento, con el cierre de salas comerciales y una tragedia para los grandes festivales.
Destacó que, como cineasta, representó verse impedida para ir a los lugares a filmar, ver a la gente, adentrarse en sus historias y un proceso con “sabor agridulce, porque aunque hayamos cambiado de gobierno, aunque las cosas se estén transformando y creo que lo están, lamentablemente para los periodistas la situación no ha mejorado. 2021 cerramos con 10 periodistas asesinados, somos el segundo país, después de Afganistán, más peligroso del mundo para el ejercicio periodístico. En lo que va del año, no hemos terminado el mes de enero y ya han asesinado a dos (periodistas). Entonces queda muchísimo trabajo por hacer en esa materia”.
El público le solicitó ahondar en los obstáculos que enfrentó para lograr el resultado final de este documental y Fanjul refirió que el primero fue llegar a Carmen Aristegui, que ella aceptase que el equipo de filmación la siguiera permanentemente; contrario a lo que se esperaba, que la periodista solamente concediera unas horas de entrevista, se convirtió en un trabajo largo, de mucha paciencia e insistencia, para establecer una relación de confianza con el equipo más cercano de colaboradores de Aristegui Noticias.
Enfatizó que tener de cerca un personaje como Carmen Aristegui también significó una gran responsabilidad y dijo: “quedara como quedara la película, me imaginaba que alguien la iba a ver simplemente porque admira el trabajo de Carmen Aristegui. Desde el inicio trabajamos con un gran sentido de responsabilidad”.
Otro reto lo representó acercarse a un grupo de profesionales que estaban siendo vigilados, amenazados, atacados, por lo que al estar con ellos el grupo de realizadores de Silencio radio también formó parte de ese entorno de peligro, se sentían vigilados y vivieron momentos de mucha adrenalina que los obligaron a seguir un protocolo de seguridad, estar al pendiente de que no les fueran a robar la cámara con las imágenes y durante los tres años que duró el proceso de filmación, mantenerse en alerta permanente.
Juliana Fanjul enfatizó que Silencio radio se trata de una coproducción entre México y Suiza, por lo que la manera de abordar la historia de Carmen Aristegui debía ser de forma atractiva para el público de ambos países: por un lado la gente de México, la cual conoce la historia, por formar parte de un pasado reciente, en contraparte con los suizos, de quienes dijo “muchos puede que no tengan ni idea de dónde se ubica México en el mapa”.
Para ella, la importancia de esta realización cinematográfica es el dejar un registro para la memoria: “…que quede ahí un testimonio de una historia que sucedió, que vivimos y que podemos narrar. Que en el futuro alguien pueda ir a consultar el documental. Para que no se nos olvide lo que sucedió ayer, con miras a que se repita mañana. Solemos, en México, tener memoria corta, porque el evento de hoy es tan impresionante, que lo que sucedió ayer pues ya se nos olvidó”, indicó.
Para sustentar la importancia de producir documentales, recurrió al ejemplo de Patricio Guzmán, cineasta chileno que dice que: “El futuro de los pueblos está en su pasado y un país sin cine documental es como una familia sin álbum de fotos”. Para Fanjul este género cinematográfico constituye ese álbum de nuestra historia que es importante tener, para nosotros y para las posteriores generaciones.
Durante el proceso de realización, a la cineasta le llamó particularmente la atención la capacidad de resistencia de Carmen Aristegui y su equipo de colaboradores, por lo que dijo que con Silencio radio busca hacerles un homenaje a ellos, en especial a la decisión de Carmen Aristegui de permanecer en México. Enfatizó el hecho de que ella pudo haberse ido del país, pero no lo hizo y decidió quedarse no obstante los obstáculos, los riesgos que implicaba continuar en este territorio, volver a levantar la voz y retomar un programa en vivo.
A Juliana Fanjul le sorprendió el profesionalismo de Aristegui Noticias y anotó: “Hay algo que dice Juan Omar Fierro en la película, y es que para evitar nuevos ataques, de otros periodistas o de otros medios, lo que tienen que hacer es redoblar su profesionalismo, confirmar la información que van a publicar”.
Para Fanjul también fue interesante ver cómo se llevaron a cabo las investigaciones en Aristegui Noticias, donde los autores escribían y leían, releían y releían, se cuestionaban cada una de las palabras que podrían en sus artículos, en las averiguaciones, para evitar que pudieran enfrentar nuevos ataques.
Calificó a Aristegui y su equipo como incansables. Durante el conversatorio Fanjul relató la dinámica de Carmen Aristegui, quien despertaba temprano todos los días, permanecía lúcida hablando durante todo el día, luego acudía a su programa nocturno (en CNN en español) y se dormía a la una de la mañana: Después de algunos días de estar siguiéndola, el equipo de filmación estaba agotado; aún ahora sigue siendo un misterio para Juliana Fanjul entender cómo Aristegui y sus colegas mantienen su nivel de energía.
En el contexto de la presentación de Silencio radio se le cuestionó sobre las descalificaciones hechas por el actual titular del poder Ejecutivo al trabajo de Carmen Aristegui y expresó: “Estas conferencias ‘mañaneras’ que da (Andrés Manuel) López Obrador son una herramienta maravillosa para la democracia. ¿En qué país se tiene esta disposición del jefe del Ejecutivo para dialogar y atender las preguntas de la prensa? Eso lo celebro, sin embargo, lamentablemente algunos comentarios que ha hecho el Presidente apuntando con nombre y apellido a algún periodista o algún medio, desacreditando la carrera completa de esa persona o de ese medio, ha provocado un linchamiento en redes sociales, que no es favorable para nuestro ejercicio democrático, para nuestra conversación.
“El nivel de odio, la violencia, el lenguaje que veo que se está utilizando en la redes, a pesar de que es un magnífico espacio de expresión y donde todos podemos tener una voz, siento que está llevando a que la sociedad se polarice y eso tampoco nos ayuda. No soy abogada de Aristegui para decir lo que hizo bien o mal, en cuanto al tema López Obrador. Entonces esa no es ni mi batalla ni me encuentro legitimada para venir a un foro a hablar de lo que opino al respecto. Lo que sí siento es que esa polarización (que se da desde el anonimato) ya peleados, como sociedad, nos va a costar recomponernos”.
Después abordó las formas de la sociedad civil para apoyar a los periodistas y comentó sobre el papel de las organizaciones especializadas, mismas que llevan a cabo acciones encaminadas a valorar el trabajo de estos profesionistas y advirtió que su labor resulta esencial en una democracia. Enfatizó que en el caso de la censura a Carmen Aristegui, hace siete años, al defender los derechos de las audiencias, acudieron a solicitar justicia y así se pudieron emplear herramientas legales para cuidar de los radioescuchas.
Juliana Fanjul recodó que la idea de Silencio radio surgió en 2015, mientras vivía fuera de México, en un momento en que estudiaba becada en Suiza, donde estaba atenta de lo que sucedía México. La distancia geográfica y el momento de crisis le hizo tener el deseo de hacer algo, pues enfrentaba sentimientos encontrados, mientras ella vivía en uno de los países con mayor calidad de vida, su patria enfrentaba momentos de crisis.
“La producción surge en Suiza, venimos a México con dos técnicos, un fotógrafo y un sonidista. Sabía que llegar a México, en ese momento, en que Carmen (Aristegui) y su equipo muy probablemente no iban a abrir la puerta de la noche a la mañana, para que alguien entrara a filmar… Éramos tres personas que no podíamos decir absolutamente nada a nadie, porque era parte del protocolo de seguridad, evitar que cualquier mensaje o conversación nos pudiera afectar.
“Los primeros meses sucedieron así, solamente los tres sin decir nada. En mi casa mi familia no sabía. Luego solicité tener una coproducción mexicana para tener un socio con quien hablar. Necesitaba alguien sólido en México, que supiera quién era quién en el contexto sociopolítico. Así fue como llegamos, durante la primera etapa de rodaje, a realizar con Cactus Films y ellos fueron aliados que apoyaron después en cuestiones financieras”.
Juliana Fanjul relató que durante el largo proceso de filmación fue necesario que se apegasen a protocolos de seguridad recomendados para periodistas y activistas que trabajan en territorios de alto riesgo, bajo la asesoría de la organización Artículo 19.
Literalmente, en Silencio radio se da cuenta de las “idas y venidas durante todos esos años” de lucha por recuperar un espacio de difusión y el reto fue determinar que sí se debía dejar en la película: “Después de tantos años de rodaje, teníamos mucho material y trabaje con una gran editora. Poco a poco se fue determinando que sí debía incluirse. Uno va escribiendo siempre, incluso editando. Ya había una guía y se trabajó durante cuatro o cinco meses, se fue avanzando en la estructura que se tenía en el papel.
“Como en un trabajo de embudo se fue dejando fuera el material no esencial y entonces quedó lo que se consideró que era lo mejor. Un trabajo complicado y que debió hacerse con alguien más porque uno que estuvo ahí, uno que lo escribió, uno que lo filmó, uno que se conmovió cuando lo registró, pues tiene una relación viciada con ese proyecto, entonces es importante la mirada exterior para poder ser juez de manera fresca, sensible con respecto al material”.
Juliana Fanjul recomendó a los jóvenes estudiantes de periodismo que desean hacer cine, seguirse con «todo el motor” para realizar películas. Comentó que ella, al dar clases a quienes estudian para hacer cine documental, trata de transmitirles su pasión, pero definió el talento que se requiere como ese “gusanito” que se trae y si se posee pues solamente quedar rienda suelta a la creatividad.
Advirtió que en la realización de los documentales existen momentos de procesar en solitario, con grades decepciones, pero también de alegría como el que ella vivía justamente ese jueves 20 de enero de 2022 con el estreno comercial de Silencio radio, con una espera de siete años para tener una conversación como la llevada a cabo con el público de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán.
En este contexto comentó que la satisfacción de trabajos como el que ella realizó o en la denuncia de Juan Omar Fierro respecto a la red de prostitución del exlíder del PRI en la Ciudad de México, Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, dan frutos y gran satisfacción en la lucha por buscar que se aplique la justicia, pues el político priísta fue encarcelado tras una larga espera.
“En necesario el trabajo de los periodistas, de nuevas generaciones, para que siga habiendo contrapeso importante del cuarto poder. Que esté presente con jóvenes apasionados, inteligentes, formados, que ejerzan libremente y en ese sentido la idea de Silencio radio no es amedrentar, decir ´está tan complicado meterse en este negocio que te van a dar un balazo, ya no lo hagan´. La película está ahí para decir lo contrario, denunciar esa realidad, que los ataques ya no deberían suceder en este país y es valiosísimo el trabajo de los periodistas de investigación”.
Para concluir Juliana Fanjul expresó la idea central de Silencio radio: que hay esperanza para construir un país mejor, que se centra en los jóvenes que están estudiando y quienes están decidiendo politizarse: “Estos años al lado de Carmen Aristegui y de su equipo me hicieron contagiarme de un sentimiento más optimista del que suelo tener. La película termina con una nota de esperanza y ello implica un compromiso. Creo que es posible, aunque estamos cayendo muy hondo, confío en la fuerza de las nuevas generaciones, en las mujeres jóvenes que están haciendo un cambio de paradigma”.
Actualmente Juliana Fanjul trabaja en un proyecto a estrenarse durante marzo de este año en el Festival de Derechos Humanos de Ginebra, el cual se centra en el significado de ser una mujer afrodescendiente en un país como Suiza, tema no abordado en la filmografía en esa nación. Además, prepara una película sobre las relaciones de poder y, de nueva cuenta, con temática femenina.