POR RODRIGO ORTIZ CARRILLO *

En la edición número 91 de los premios Oscar destaca la presencia de Roma, dirigida por Alfonso Cuarón. Este largometraje ha sido reconocido por la crítica especializada, pero ha tenido opiniones divididas, especialmente entre el público, que ha manifestado sus dudas respecto a si es o no merecedora de tantos elogios. Resulta oportuno analizar si realmente tiene los méritos necesarios para ser objeto de tantos premios.
La fotografía de Roma es impecable. Logra, exitosamente, enmarcar todo tipo de situaciones, desde una cena familiar hasta la represión estudiantil; funciona como hilo inductor para trasladarnos y sentir que estamos en el México de los años 70. La calidad del lenguaje audiovisual es tan poderoso que en varias escenas no resultan necesarios los diálogos, el impacto que genera es suficiente para conmover. Estéticamente, es probablemente la película más bella que ha filmado este director.
No obstante sus atributos técnicos, ha sido señalada por tener varios defectos, entre los que destaca el ritmo, considerado por muchos lento, llegando a parecer aburrida y hasta tediosa. Si bien no es pesada, se llega a sentir que se excede en sus pausas, las cuales se acentúan visualmente si se le ve en un televisor, pues fotografía y sonido pierden fuerza. Alfonso Cuarón realizó este filme para ser apreciado en salas de exhibición con lo más actual en imagen y sonido, pero la mayoría de quienes lo han hecho ha sido en pantallas de televisores, tabletas y monitores de computadora accediendo a Netflix.

Roma compite en los Oscar 2019 por Mejor Película con cintas como: A Star is Born, Bohemian Rhapsody, BlacKkKlansman y Green Book, las cuales no han sido aclamadas por parte de la crítica especializada, pero responden más al contexto sociopolítico de Estados Unidos y poco se habla de su calidad técnica.
Vale la pena recordar que en años anteriores los filmes ganadores han logrado complacer a un sector específico de los votantes al Oscar; casos concretos han sido Luz de luna, 12 años de esclavitud y Crash, gracias a que se arriesgaron a tratar temas “sensibles” y derrotaron en las premiaciones a cintas que dejaron más huella en el público.
Alfonso Cuarón, al igual que Guillermo del Toro y Alejandro González Iñárritu, ya forman parte de la industria de Hollywood; su trayectoria y peso como directores les permiten tener más posibilidad de contar con la benevolencia de los miembros de la Academia, algo que antes no sucedió con cintas como: Hijos del hombre o El laberinto del fauno, pero una vez que ya fueron más conocidos se llevaron los premios por Gravedad y La forma del agua.
Todo indica que se repetirá la tendencia: Roma cumple los estándares que la Academia toma en cuenta para la votación, no se vislumbra una película que rivalice con el impacto que ha generado.
Es innegable, este filme tiene errores: no es la mejor película de Alfonso Cuarón y se le pueden restar unos 30 minutos a la cinta, pero está muy lejos de considerarse mala, tiene puntos muy fuertes como el espectacular diseño de producción y un sólido guión, haciéndola excelente, sin llegar a ser una obra maestra.
¿Es merecedora del premio a Mejor Película? Si tomamos en cuenta la competencia de este año, es la favorita por el impacto cinematográfico y sociocultural que contiene el filme. No se pase por alto la cantidad de premios que ha ganado, las cuales se convierten en una tendencia de lo que sucederá en la premiación.
* Rodrigo Ortiz es estudiante de la FES Acatlán y realiza su Servicio Social en el CCA.