Laura Leticia Mendoza Bernal, psicóloga educativa por la Universidad Pedagógica Nacional, tuvo un infarto cerebral que le causó problemas de movilidad y de memoria; 10 años más tarde, cuando se recuperaba de las secuelas, se realizó por casualidad una mastografía. El diagnóstico no fue favorable: tenía cáncer de mama, y después de todo ese tiempo de recuperación ni ella ni su esposo tenían dinero, por lo que buscó ayuda en el Hospital General de México, en donde le practicaron una mastografía radical y ocho quimioterapias.

Para compartir su testimonio, Mendoza Bernal brindó una charla en la Sala de Usos Múltiples del edifico A-9 de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán en la que concientizó a los asistentes sobre la prevención y la autoexploración. También habló sobre los mitos que se tienen sobre este tipo de cáncer, por ejemplo: se cree que solamente le da a las mujeres, que es provocado por los desodorantes, la ingesta de pastillas anticonceptivas o por los sostenes ajustados.

Asimismo resaltó la importancia de la autoexploración, que debe realizarse un día fijo cada mes y puede ser siete días antes o después de la menstruación, en el caso de las mujeres, mientras que en los hombres se debe asignar un día. El proceso consiste en verse frente a un espejo y fijarse si hay cambios de color o apariencia, así como dividir cada seno en cuatro cuadrantes y palpar todos ellos buscando probables protuberancias o cambios, indicó.

Entre los síntomas de alarma, describió, se encuentran el endurecimiento o hendiduras en los senos, erosión en la piel, enrojecimiento o ardor, fluido desconocido, huecos, protuberancias, venas crecientes, hundimiento del pezón, asimetría entre pechos, piel de naranja o la aparición de un bulto interno. En caso de presentar cualquiera de estas señales se debe acudir lo más pronto posible al médico para hacer una revisión, alertó.

Por otra parte destacó que al padecer esta enfermedad transitó por un proceso de duelo que consta de distintas fases: negación, depresión y aceptación. Sin embargo se puede superar mediante la expresión de emociones de enojo o tristeza, saber pedir ayuda cuando se necesita, aceptar y elaborar la pérdida y estar agradecidos por lo que todavía se tiene.

Esta experiencia, mencionó Mendoza Bernal, le enseñó a no rendirse, a luchar y salir adelante, además de inspirarla a escribir un libro: Tejer mi vida después del cáncer de mama.