El doctor Rafael Val Segura, Coordinador Ejecutivo del Programa de Manejo, Uso y Reúso del Agua en la Universidad Nacional Autónoma de México (PUMAGUA) visitó la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán para presentar “un libro que no es la Biblia en cuestiones de las problemáticas del Valle de México”, pero sí “un granito de arena” para exponer las cuestiones a resolver y sus propuestas de acciones para mejorar la situación.
La cuenca endorreica, es decir, sin salida al océano, del Valle de México, es la delimitación regional que incluye a la Ciudad de México, el Estado de México, Hidalgo y Tlaxcala, y cuenta con casi 24 millones de personas “donde tenemos que sobrevivir con 650 milímetros de precipitación anual”, lo que representa “el mayor problema” para alcanzar la seguridad hídrica, de acuerdo con el ponente.
La enorme demanda del líquido vital por parte de los habitantes para usarlos en todo tipo de actividades, provoca la competencia por las fuentes de abastecimiento, de las cuales se extrae 67 por ciento por medio de los acuíferos, 28 por ciento del sistema Lerma Cutzamala y únicamente el cinco por ciento de manantiales y ríos que han sido entubados, señaló. Desafortunadamente, la disponibilidad de aguas superficiales ha disminuido.
Sin embargo, no todo gira en torno a la cantidad del recurso, ya que la calidad también juega un papel relevante. “A veces tenemos agua, pero no la podemos usar para consumo humano”, puntualizó, “hay que hacer toda una potabilización”, lo cual no siempre es económicamente viable.
Aunado a lo anterior, “estamos extrayendo más de dos veces lo que se recarga” el acuífero, lo que ha llevado al “problema del hundimiento diferencial, que en algunos puntos se acerca a 30 centímetros al año”, aseveró. “Desgraciadamente ya no se puede frenar” debido a la sobreexplotación que se ha dado. “Nuestras arcillas, ya como esponjas, se han ido comprimiendo”, apuntó.
La falta de protección de la cuenca, sumada al desalojo del agua sin hacer reúso de ella, representa otra problemática. Si no fuera por las lluvias y huracanes “que entran y llenan las presas otra vez” la región se encontraría siempre “en una sequía total en el mismo nivel que Arabia”, compartió el experto.
“Es la misma agua para todos”, enfatizó Val Segura, “mientras vivamos en la cuenca del Valle de México, todos pertenecemos”, por lo que propuso una estregia a partir de 14 acciones descritas en Perspectivas del agua en el Valle de México. Orientaciones para la seguridad hídrica, libro elaborado por la academia, asociaciones civiles y la iniciativa privada.
Las acciones sustantivas de este plan están fundamentadas en tres pilares: liderazgo, gobernabilidad y financiamiento. “Primero necesitamos reconocer el problema a escalas, sin perder la visión de cuenca”, posteriormente el planteamiento de soluciones concretas, para después generar consensos, precisó.
“No es trabajo ni de la Federación, ni del organismo operador municipal”, sino de todos, remató. “Todos estamos en la cuenca”, por lo que la responsabilidad recae en la sociedad en general, recalcó.
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