Leonardo Miguel Saldívar, estudiante de la licenciatura en Historia de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, conquistó dos preseas de plata en las pruebas de salto de longitud y 100 metros planos en la más reciente edición de la Paralimpiada Nacional, realizada en Colima.

En entrevista, el universitario rememoró el proceso recorrido para alcanzar este logro: cuando cursaba el bachillerato en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Vallejo sufrió un accidente que lo mantuvo cerca de medio año internado. “No podía salir, no podía hacer nada hasta que saliera del hospital y eso me frustró mucho porque veía que mis amigos ya habían salido (del CCH). Quería recuperar ciertas cosas que había perdido”, recordó sobre esa etapa.

Posteriormente, el joven de 18 años retomó su interés en los deportes, pues consideró que realizar una actividad le ayudaría a estar mejor anímicamente. Antes ya había practicado kickboxing; sin embargo, se le dificultaba por asuntos de salud. Fue así como se enteró que había un equipo de deporte adaptado en la UNAM, ahí practicó actividades como natación, se decidió por el atletismo al percatarse de su velocidad y que tenía ventaja competitiva.

Sobre la oportunidad de representar a la Universidad en la Paralimpiada Nacional en las pruebas de salto de longitud, además 100 y 200 metros planos, el estudiante de primer semestre dijo que lo que más le gustó fue “la manera en la que te ven y a quien representas. Eso te hace sentir diferente”.

Resaltó que el mayor reto enfrentado durante la competencia fue la confianza, lo que logró sortearlo. “Me dije ´no me voy a asustar´, por eso yo entrené y he sido constante. Confía en ti. No desesperes. Eso me ayudó, me sentí más seguro”.
Los próximos retos como deportista son mejorar sus marcas para ganar la medalla de oro y asistir a una competencia Panamericana, o bien, tener una marca internacional y ser candidato para ir a unos Juegos Olímpicos.

Miguel Saldívar logra compaginar su vida como universitario y atleta con una buena actitud, como muchos estudiantes debe sortear el estrés y el cansancio, además, entrena por lo menos media hora diario y para estar en buena condición física se transporta en bicicleta desde su casa (en las inmediaciones de Iztapalapa) hasta nuestra Facultad.

Aconsejó a otros jóvenes a “hacer las cosas que quieran. Si tienen una meta, háganlo hoy, aunque no salga bien a la primera. La constancia es lo que va a dar frutos”. Por último, dedicó este logro a su entrenadora, a su abuela y a su madre, quienes lo han apoyado. “Ellas me han ayudado a que diga “estoy vivo y no necesito nada más”, apuntó.