En el tercer día de actividades de las Jornadas por la eliminación y la prevención de la violencia de género, se llevó a cabo una mesa en donde se compartieron ideas sobre cómo el modelo heteropatriarcal propicia la violencia dentro de las universidades, lo anterior se puede observar en prácticas como las agresiones ejercidas por profesores y compañeros, la homofobia, el bullying o el sexting.

La doctora Alma Sánchez Olvera, académica de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, disertó sobre la violencia en el espacio escolar, la cual permea a través de tres niveles: la estructural, institucional y de género. Explicó que para analizar este fenómeno, investigó dos instituciones: la FES Acatlán y la UAM-Azcapotzalco, en donde recogió datos con una metodología mixta compuesta por encuestas, entrevistas a profundidad y grupos focales.

Entre los resultados, exaltó que los docentes utilizan la violencia psicológica y verbal como una forma de poder y detalló que, en licenciaturas como derecho e ingeniería, altamente masculinizadas, las mujeres sufren más de violencia verbal, que incluye los insultos y la ironía ejercida por los profesores.

Además, dijo, la violencia entre compañeros se manifiesta en burlas por el aspecto físico (más común entre hombres) o la competencia (mayormente entre mujeres). En el espacio universitario también se da la violencia en el noviazgo, que se cobija bajo el “amor romántico” que todo lo perdona o lo permite, detalló la investigadora.

Sánchez Olvera describió que la violencia se normaliza, pues actúa como una niebla que invade el espacio y no nos deja ver lo que está pasando, sin embargo, se puede deconstruir al favorecer el empoderamiento y la autonomía de las personas para que se identifiquen como sujetos de derecho. Invitó a los presentes a consultar la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.

Por su parte, el maestro Javier Solís Mendoza, académico del Instituto Politécnico Nacional, al hablar sobre los Registros de la heteronormatividad en la experiencia universitaria, señaló que el concepto de parapeto, son acciones concretas y simbólicas heteronormativas que se instalan en el espacio escolar y que sitian a los sujetos que escapan a las normas hegemónicas.

El concepto hace alusión a la estructura en los castillos, que servía para divisar al enemigo, resguardarse y atacar, en este caso un parapeto sirve para vigilar, proteger a aislar de aquellos que no corresponden a un modelo heteronormativo que pone como a seguir a un hombre, poderoso, rico y blanco, por lo que todo lo que no corresponde a esto —mujeres, personas con una orientación o identidad sexual distinta, indígenas o con discapacidad— son castigados por ser diferentes.

Destacó que el género es algo contextual, histórico e invitó a reflexionar sobre cómo ejercemos violencia sobre los demás.
La maestra Gabriela Castellanos Abundiz, coordinadora de la Comisión Local de Equidad de Género de la FES Acatlán, habló sobre la práctica del sexting, que se refiere al envío de mensajes sexuales o eróticos por medio de los teléfonos celulares. Castellanos Abundiz explicó que por sí misma esta actividad no es dañina, sin embargo, a veces se utiliza con fines de extorsión o venganza al terminar una relación de pareja.

La académica explicó que las mujeres son más propensas a ser blanco de este problema, pues a pesar de que todos tenemos derecho a sentir placer, el compartir fotos íntimas con personas ajenas nos coloca en un estado de vulnerabilidad, ya que no sabremos el uso que les podría dar. Invitó a los universitarios a tomar precauciones al realizar estas actividades (no mostrar el rostro, por ejemplo), pero, sobre todo, a reflexionar sobre nuestros derechos, sobre nuestras relaciones de pareja y lo que podemos hacer frente a una situación de violencia.