En la mesa Pasiones periodísticas, la maestra Angélica Hernández Pérez, investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), habló sobre la publicación El Payaso (1865-66), en donde el periodista Ireneo Paz —abuelo de Octavio Paz, quien admitió tener influencia de él—criticó con humor e ironía la monarquía encabezada por Maximiliano de Habsburgo.

La siguiente participación, a cargo del licenciado Ricardo Cruz García, de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM retomó la figura de Ireneo Paz, pero centrado en la pelea que tuvo con Santiago Sierra, en 1880. Paz asesinó en un duelo a Sierra, lo cual sucedió por lo que en aquella época se denominó “cuestiones de honor”, el primero —un tirador experto— acusó al segundo de deshonrarlo a través de publicaciones en el diario La libertad, dirigido por Justo Sierra, hermano de Santiago. El suceso fue de tal relevancia que el mismo gremio periodístico solicitó la regulación en las leyes de la libertad de imprenta de entonces, consideradas muy permisivas, acotó.

La doctora Irma Lombardo García, del Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM, rememoró la trayectoria de los corresponsales de guerra de México, periodistas que cubrieron acontecimientos como la Segunda Guerra Mundial, la de Vietnam o la del Golfo Pérsico. Resaltó que, actualmente, la organización Reporteros sin fronteras ofrece cifras de 65 periodistas asesinados, 336 encarcelados y 34 secuestrados en diferentes conflictos bélicos.

La doctora Martha Isabel Gómez Guacaneme, de Facultad de Arte y Diseño de la UNAM, describió la forma en que fueron representados Porfirio Díaz y Francisco I. Madero en los cabezales de los periódicos, publicaciones como La Sátira, Fray Pingüica o El Chango resaltaron los defectos de ambos personajes y de esa forma librar la censura.

Más tarde, en la mesa Bajas pasiones, Irma Elizabeth Gómez Rodríguez, del Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM, narró la evolución que tuvo la crónica periodística y autores como Manuel Gutiérrez Nájera alejaron al género del lenguaje sensacionalista para llevarlo a lo literario.

Javier Ruiz Correa, de la misma entidad, disertó sobre las hojas volantes, publicaciones de bajo presupuesto para el gran público, pero que editadas por Antonio Vanegas Arroyo pintaron un retrato de la decadencia de la época, al plasmar con un lenguaje sensacionalista los crímenes de entonces que de la mano de los grabados de José Guadalupe Posada o Manuel Manilla dejaron huellas indelebles en aquella época.

El coloquio Las pasiones en la prensa, realizado en el auditorio del Programa de Investigación de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, continuará con diversas actividades hasta el 20 de abril.