Entre los mayores símbolos de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, figura el monumento denominado La Humanidad Hoy. Convertida en patrimonio cultural por la obra del artista plástico mexicano Roberto Roque y Manrique, es clave en el medio siglo de grandeza institucional. Con 67 toneladas de peso e instalada en 1984, asemeja un corazón fuerte y vigoroso que infunde conocimientos y valores a la comunidad.
Traída desde el sur de la Ciudad de México, La Piedra, como es conocida cariñosamente entre la comunidad, es producto de la erupción del volcán Xitle. El estudio aerofotogramétrico de principios de la década de 1980 determinó que era una roca joven, con apenas 20 mil años.
Roberto Roque llegó a Acatlán en 1978, luego de radicar en Italia durante al menos siete años, y traía el proyecto de la obra cuyo “lienzo” sería una roca de grandes proporciones. Propuso la idea al primer director, licenciado Raúl Béjar Navarro, pero en la gestión del licenciado Francisco Casanova Álvarez comenzó a materializarse.
Luego de casi un lustro de búsqueda por todo el Valle de México, Roberto Roque descubrió la roca ideal en cierto predio de la avenida Luis Cabrera, a unos tres kilómetros del Anillo Periférico, en la alcaldía Magdalena Contreras.
Para cubrir el traslado, el ingeniero José Pedro Agustín Valera Negrete, director de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales (ENEP) Acatlán de 1981 a 1989, contactó a los dirigentes de Ingenieros Civiles Asociados (ICA): el presidente, Bernardo Quintana, y el vicepresidente ejecutivo, Fernando Favela Lozoya.
El arquitecto Miguel Ángel Alvarado Nieto, quien en Acatlán formó parte de la Unidad de Conservación y Mantenimiento entre 1981 y 2019, refirió que Miguel Pérez Alarcón, el propietario del predio, dijo al artista “que deseaba retirar esa piedra para construir el estacionamiento de su casa, pero ello representaba gastos que él no podía costear, por lo que Roberto Roque propuso que él sacaría el monolito, a cambio de que se lo obsequiara”.
El propietario del terreno aceptó el ofrecimiento, por lo que en las maniobras emplearon una grúa de 100 toneladas, un tráiler con plataforma de cama baja y una cuadrilla de trabajadores de ICA.
Corría junio de 1984. El traslado de la roca inició a medianoche y concluyó entre las cuatro y cinco de la madrugada del día siguiente: “decidimos que fuera de ese modo para evitar el tráfico y por motivos de seguridad”, contó Alvarado Nieto.
Roque, el artista
Roberto Roque y Manrique, profesor en el campus. David Alfaro Siqueiros, representante del muralismo mexicano, reconoció su talento y como muestra de ello le regaló sus pinceles, luego de conocerse en París, Francia, recordó en entrevista la artista plástica Perla Barrera, egresada de la licenciatura en Sociología y asistente en la elaboración de La Humanidad Hoy, obra innovadora por el uso de esmaltes de tipo industrial, concretamente, pinturas para barcos, de las que aprovecharon ventajas como la alta resistencia a la luz solar y la humedad.
Inaugurado en 1989, La Humanidad Hoy muestra la preocupación del autor por la depredación, las guerras y las injusticias. Retrata la extinción humana por un holocausto nuclear ante la inacción de las potencias para evitarla. Envía el mensaje a los universitarios, en el que destacan la justicia, la paz y el respeto a la naturaleza, elementos que ayudarán a vivir en armonía social.
Frente al deterioro evidente, en junio de 2014, Roque y Manrique inició la restauración de La Humanidad Hoy, con apoyo de siete estudiantes: Cristina Victoria Sánchez y Raúl Francisco Fernández, de Diseño Gráfico; Adrián Prado Torres, Adriana Jiménez Solares, Gustavo Islas Jiménez, Miguel Ángel Moreno García y Raúl Carrasco, de Arquitectura.
El 29 de septiembre de 2016, un año después de la reinauguración de La Humanidad Hoy, el maestro Roberto Roque y Manrique falleció en la Ciudad de México, sin embargo, su obra maestra perdurará por muchos años más.
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