• Además del manejo responsable del líquido, promueve la investigación
Como parte de las actividades por el 50 aniversario del campus, el personal de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) llevó a cabo diversos recorridos a puertas abiertas con la finalidad de que la comunidad conozca el trabajo de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán en favor del uso responsable del agua.
Desde que inició operaciones en 2014, la PTAR ha contribuido con diversas tareas que van más allá del tratamiento de aguas residuales, pues promueve el desarrollo académico del estudiantado mediante apoyo en trabajos de titulación, espacios para efectuar el servicio social o prácticas profesionales fomenta la investigación, destacó el maestro Mario Chávez Montoya, uno de los encargados de la planta.
Refirió que en diciembre de 2024, la PTAR participó con ocho proyectos en un congreso efectuado en la FES Cuautitlán, con alumnos de Ingeniería Civil y Arquitectura, así como de las licenciaturas en Comunicación y Diseño Gráfico. De ese total, dos trabajos obtuvieron el tercer lugar en sus categorías y uno más recibió mención honorífica.
Actualmente, educandos de la licenciatura de Matemáticas Aplicadas y Computación trabajan en la elaboración de la base de datos y el diseño de la página web.
Respecto al apoyo en la investigación, Chávez Montoya presentó el prototipo de planta tratadora vertical, la cual podría emplearse en sitios con espacios reducidos, como unidades habitacionales o edificios con oficinas.
Durante el recorrido, el doctor Omar Reyes Martínez, otro de los encargados, detalló que la PTAR tiene la capacidad máxima de procesar 7.5 litros de agua por segundo. En 2019 produjo el máximo histórico de más de cinco millones de litros, utilizados para el riego de las canchas del Estadio de la FES Acatlán. El año pasado, la cifra rondó los dos millones de litros.
En cada día de riego son empleados alrededor de 10 mil litros de agua tratada, lo que representa ahorros de aproximadamente 10 mil pesos en el pago por el servicio, pero el beneficio va más allá de lo monetario, pues el tratamiento del líquido significa contar con áreas verdes en condiciones óptimas, que generan aire más puro, pues las plantas absorben el bióxido de carbono de la atmósfera y contribuyen a regular la temperatura, elevada por el asfalto y concreto de calles y viviendas, enfatizó.
El agua tratada proviene de lavabos, regaderas, sanitarios, y cafeterías. Es sometida a cuatro etapas de filtrado mediante reactores anaerobios y aerobios, donde diversos microorganismos se alimentan de la materia orgánica que contiene.
En el primer reactor es retirado 60 por ciento de la materia orgánica disuelta en el agua residual, mientras que en el reactor aerobio, otro tipo de organismos microscópicos consumen las sustancias que no fueron eliminadas en el filtro anterior.
La etapa final del tratamiento incluye el agregado de cloro, a fin de eliminar organismos patógenos como bacterias, para luego emplear el agua en el riego de las canchas.
Los reactores fueron diseñados en el Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la utilización del agua es programada en conjunto con la Coordinación de Actividades Deportivas y Recreativas. Los encargados de la PTAR descartaron riesgo alguno de inundaciones durante la temporada de lluvias, pues las instalaciones cuentan con líneas de rebose que impiden que el agua sobrepase la capacidad máxima.