“Hay grandes crisis urbanas” que afectan a todos los habitantes, alertó la maestra Ruth Camacho Alcocer. “Vivimos en las ciudades adaptándonos constantemente a condiciones que son inhumanas”, por lo que es obligación de los diseñadores propiciar la creación de ambientes que otorguen “condiciones adecuadas para generar una vida feliz”, afirmó.
Los citadinos procuran adaptarse a transportación deficiente, contaminación, y falta de recursos, indicó la ponente al participar en la mesa Medio ambiente y hábitat. La clave para revertir esto, de acuerdo con la docente del plantel, es “crear ciudades dinámicas y vibrantes”, que combatan la “fragmentación del tejido social”, producto de “la pérdida de cohesión comunitaria”.
En la definición de hábitat, recuperada por Camacho Alcocer como “sitio geográfico donde se determinan los factores condicionantes que permiten la adaptación de las actividades vitales”, remarcó la necesidad de soluciones estructurales “desde una noción internacional” con pilares relacionados a los conceptos de vitalidad urbana y el Desarrollo Orientado al Transporte (DOT).
La doctora Marisol Romero Magallán contribuyó al diálogo con las posibilidades de la agricultura urbana. Sembrar y cultivar dentro de la ciudad “puede parecer un gesto menor, pero en realidad es profundamente político”, pues “nos invita a repensar el hábitat urbano como espacio vivo donde la naturaleza y la sociedad se entrelazan”.
Realzó que “habitar no es solo tener techo, sino también consiste en tejer relaciones con el entorno, cómo nos cuidamos, compartimos y participamos en la construcción de espacios en común”. La agricultura “no solo produce alimentos”, también “formas de habitar más sustentables comunitarias y resilientes”, subrayó.
La maestra María de los Ángeles Miranda Olguín expuso sobre la Norma Mexicana NMX-AA-164-SCFI-2013, “resultado del esfuerzo de sectores interesados en inducir la transición hacia prácticas de edificación sustentables”.
En la praxis, ha llevado a mejorar el desempeño ambiental y energético, con “menores gastos para el usuario, mayor eficiencia energética, y el desarrollo y uso de fuentes renovables de energía”.
El doctor Salvador Jiménez Orozco, catedrático del campus, participó con Hogares Sostenibles. Ecotecnologías en Vivienda donde resaltó la sustentabilidad “como eje transversal” en las tareas de los arquitectos. “Somos una especie altamente contaminante”, por lo que propuso maneras de disminuir la huella de carbono.
Para construir hogares resilientes, recomendó estrategias recogidas en cuatro categorías: eficiencia hídrica mediante la captación de lluvia para reutilizarla; uso de energía renovable como celdas solares fotovoltaicas; paisajismo sostenible con vegetación de bajo mantenimiento y diseño bioclimático que oriente adecuadamente los edificios para reducir el consumo eléctrico y mejorar la ventilación.
La mesa formó parte de la jornada de actividades realizadas en la FES Acatlán en el marco de la celebración del Día Mundial del Hábitat 2025, designado por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1985.
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