• Acatlán ha sido particularmente generosa, destacó la autora de La noche de Tlatelolco
El Teatro Javier Barros Sierra se llenó de historia y emoción. En el marco del 50 aniversario de la FES Acatlán, la escritora Elena Poniatowska Amor y la activista Ana Ignacia Rodríguez Márquez, conocida como La Nacha, fueron homenajeadas por sus legados literario, social y humano. Ambas mujeres, símbolo de resistencia, coincidieron para recordarnos que la memoria no se apaga.
La doctora Lucía Elena Acosta Ugalde, coordinadora de Difusión Cultural, dio la bienvenida con palabras que reflejaron el sentir de la comunidad universitaria: “Es un honor tener aquí a dos grandes mujeres que han hecho de su vida una lección de valentía, talento y convicción. Su legado ha sido fundamental para la cultura, la justicia y la memoria histórica del país”.
A su vez, la periodista y promotora cultural María Cortina Icaza, amiga cercana de las homenajeadas, habló con emoción de su admiración por las dos. “Elena tiene un don maravilloso: el de escuchar. Gracias a esa capacidad, obras como La noche de Tlatelolco no son solo libros, sino memoria viva. Y La Nacha, con su fuerza, nos enseña que la dignidad no se pierde ni siquiera tras los barrotes”, expresó.
El público, compuesto en su mayoría por estudiantes, escuchó en silencio los testimonios de estas dos mujeres que han marcado generaciones. Elena Poniatowska, con voz pausada y dulce, recordó su paso por las cárceles donde entrevistó a los presos políticos del 68. “Aprendí más de ellos que de cualquier otra experiencia en mi vida. Me enseñaron el valor de la palabra, de la solidaridad y del amor a la justicia”.
Ana Ignacia Rodríguez Márquez, con la firmeza que la caracteriza, rememoró los años de lucha, las heridas de la represión al Movimiento Estudiantil de 1968 y el precio de la libertad. “No nos reconocieron como presas políticas, pero seguimos de pie. Nos quitaron la libertad, pero no la dignidad. Este homenaje me mantiene viva; es un acto de justicia después de tantos años”, dijo entre aplausos.
También ambas coincidieron en la importancia de preservar la memoria histórica. Poniatowska Amor recordó que se trata de “la base para construir el futuro”, mientras que Rodríguez Márquez exhortó a la juventud a “no olvidar, a resistir con dignidad y sin violencia”.
La ceremonia cerró entre abrazos y ovaciones, con una sensación compartida de gratitud y esperanza. Entrevistada en exclusiva para NotiFES Acatlán sobre lo que significaba para ella regresar a esta Facultad, Elena Poniatowska afirmó: “Acatlán ha sido particularmente generosa. Me emociona ver tanta juventud interesada en la historia y en las causas que siguen vivas”.
La Nacha comentó con voz entrecortada: “Este homenaje es un regalo que no pensé vivir. Me emociona profundamente, aunque me duele que mi familia no esté conmigo… pero hoy la familia de Acatlán me abraza, y eso me llena el corazón”.