• Campaña ¡Un chorrito de sangre es un chorro de vida! llegó a Acatlán
Un pequeño gesto puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Bajo esa premisa, se llevó a cabo en el plantel la campaña ¡Un chorrito de sangre es un chorro de vida!, organizada por el Banco Central de Sangre del Centro Médico Nacional La Raza del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que instaló la unidad móvil para invitar a la comunidad universitaria a sumarse a esta causa altruista.
La maestra Margarita Lozano Chávez, jefa de Trabajo Social del Banco de Sangre, informó que 74 personas donaron sangre y recordó que cada bolsa de 450 mililitros puede beneficiar hasta a tres pacientes. “Desafortunadamente en México no existe una cultura sólida de donación altruista; por eso hacemos estas campañas en las universidades, porque los jóvenes son sanos y su contribución es fundamental para cirugías complejas y emergencias médicas”, señaló.
En la misma línea, la doctora Silvia Rosalba Cortés Márquez destacó la importancia de promover la donación voluntaria y no solo la familiar. “En México apenas el 1.7 por ciento de la población dona sangre, cuando lo recomendable es al menos cinco por ciento. Los estudiantes son muy solidarios, lo hacen de corazón y saben que con una sola donación pueden salvar hasta cuatro vidas”, subrayó. La especialista explicó que cada aspirante pasó por distintos filtros médicos para garantizar que el procedimiento sea seguro, tanto para la persona donante como para los receptores.
El proceso empieza con el cuestionario de 13 preguntas sobre los requisitos para permitir donar a la persona voluntaria. Se inquiere sobre el historial reciente de medicamentos y si le han realizado tatuajes en los últimos cuatro meses. En el caso de perforaciones, piden retiro de los piercings 24 horas antes de la donación.
Posteriormente, el personal médico toma los signos vitales de la persona donante para comprobar que sea apta y pasarla al área de extracción, donde dona 450 mililitros de sangre, cantidad que puede ayudar hasta a tres individuos. Al término del acto, las y los donadores reciben almuerzo y queda certificada la participación.
Dana Domínguez Ruiz, estudiante de séptimo semestre de Ingeniería Civil, decidió donar “porque hay gente que lo necesita y no nos cuesta nada hacerlo”. A pesar de los nervios que le provoca la situación, la universitaria señaló que “puedes aguantarte el dolor” para apoyar a los demás.
Para Marco Antonio Jacobo, estudiante de la licenciatura en Sociología, tuvo la primera experiencia como donador de sangre, le resultó positiva. Aunque “a veces nos dan miedo las agujas o los hospitales”, reconoció que “como jóvenes, es importante que donemos”.
La campaña en la Facultad de Estudios Superiores FES Acatlán reunió litros de vida y también reforzó el mensaje de que la solidaridad puede expresarse en cuestión de minutos y convertirse en esperanza para quienes lo necesitan.