Con la representación de la pastorela La Apuesta, la Compañía de Teatro Universitario de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán debutó en escena, la respuesta del público marcó el éxito del programa piloto impulsado desde la Dirección del plantel, por la Maestra Nora Goris Mayans.
Los asistentes al Teatro Javier Barros Sierra disfrutaron la puesta en escena que contó con la participación de trabajadores, funcionarios, empleados del campus representando papeles propios de la época: las pastorelas.
La Apuesta, de Hugo Gómez Paredes, dramaturgo especializado en textos de pastorelas, adaptación colectiva de la comunidad de la FES Acatlán, incluyó el enfrentamiento de ángeles con demonios, situaciones cotidianas cómicas sucedidas en el plantel.
En entrevista, el licenciado Armando Luna González, jefe del Departamento de Esceno-técnia de la FES Acatlán, resaltó que con La Apuesta comenzó el piloto de los trabajos de la Compañía de Teatro Universitario de la FES Acatlán. Proyecto que contempla representaciones anuales, por el momento.
Luego de tres semanas de arduos ensayos miércoles, jueves y viernes, de 19:00 a 21:30 horas, en las instalaciones del Centro Cultural Acatlán, Luna González detalló: “después del proceso de acercamiento a las artes escénicas, como parte de las dinámicas seleccionamos a los personajes principales: Gabriel y Satanás, de ahí se construyó toda la narrativa generando nuevos personajes, con los datos de los participantes pudo construirse la dramaturgia final”.
Para la selección de los personajes, continuó jefe del Departamento de Esceno-técnia, consideraron la presencia, así como la línea de la pastorela colectiva en la que todos los personajes tuvieran esencia, cada quien con la debida importancia. “generando dos grupos; líderes que llevaran ambos bandos generando una colectividad”, puntualizó.
Los participantes dedicaron alrededor de 150 horas, tres semanas de intensos trabajos, dedicación absoluta en las instalaciones del Centro Cultural, el Barros Sierra lo reservaron exclusivamente para el montaje.
No obstante, las actividades laborales, particularmente intensas en fechas decembrinas, destacó siempre la disposición de los participantes, enorme compromiso y compañerismo. El proceso agotador estuvo compensado con la respuesta del público con la representación.
Tras bambalinas, quienes intervinieron en la escenografía, utilería, vestuario, maquillaje, tramoya, iluminación, los personajes, aquilataron la respuesta del público: carcajadas y aplausos como termómetro de las emociones.
Al terminar la representación, en las escaleras y pasillos del Barros Sierra alcanzó a escucharse el interés por otras funciones, incluso de alguna temporada. ¿Habrá más representaciones del montaje?
Luna González consideró la posibilidad de nuevos elencos, “ideal para crear el concepto de los que suceda en la FES Acatlán, quizá la misma pastorela modificando algunas cosas. Puede generarse la pastorela desde cero; la dramaturgia desde cero. Planearla con más tiempo e invitar a más comunidad para participar”.
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