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En esta sección encontrarás explicaciones breves para introducirte en la metodología económica

La espacialidad de la economía desde el punto de vista regional  

Por Mónica P. Hernández Moncayo

El análisis del espacio económico, como una base física-territorial donde tienen lugar las actividades económicas como la producción, distribución y consumo, es relevante solo para los estudios realizados para la economía regional y urbana. El espacio es, para la teoría económica convencional, un elemento homogéneo y abstracto, no relevante para estudiar las teorías macroeconómicas del crecimiento económico, ni para el pensamiento microeconómico neoclásico, puesto que ambas agrupan categorías y atributos similares para explicar el comportamiento de un fenómeno económico, o “ente representativo”, que carece de un elemento Histórico-Espacial particular.

La inclusión del espacio como un elemento explicativo de la realidad, implica introducir nuevos factores y categorías que no son retomadas tan abiertamente en el conjunto de la teoría económica. Por ejemplo, la dependencia e interdependencia de las actividades económicas en el territorio, los efectos spillovers (o derramas positivas) que se logran al implementar una nueva obra de infraestructura en una zona no urbana, las disparidades en la dinámica de crecimiento en un lugar en específico; la localización de las empresas  y las ventajas espaciales como la aglomeración, y las economías de escala derivadas de la concentración, entre otras.

En este contexto, la introducción de una variable espacial (denominada territorio), en el análisis económico es un elemento determinante para explicar fenómenos económicos concretos. Esto significa un reconocimiento de que los factores productivos no son homogéneos (Coq, 2005:39), y que los territorios no tienen la misma dotación de factores de la producción.

Ante eso, el análisis económico espacial va más allá, pues implica la revaloración conceptual de la teoría para explicar fenómenos a diferentes escalas. La organización económico–territorial y los acontecimientos que traspasan las fronteras físicas y geográficas establecidas son importantes en el análisis de los fenómenos económicos. Por tanto, su estudio dependerá de la dinámica de los procesos territoriales y de la realidad social, económica, y natural donde se desencadene dicho fenómeno.

La ciencia regional desde una perspectiva teórica, indica que un territorio, es un espacio geográficamente definido por un entorno físico, donde se extraen recursos necesarios para la producción, en los cuales se desarrollan un conjunto de relaciones sociales, con intereses y orígenes diversos, que compiten entre sí y colaboran con la finalidad llevar a cabo actividades de producción e intercambio (Coq, 2005).

De este modo, el territorio no es un elemento aislado de la realidad, sino es un elemento económico complejo, que presupone relaciones sociales de producción múltiples, con estratos y categorías económicas, cuyas determinaciones espaciales no pueden establecerse de manera inmediata, sino que forman parte de un todo (Coraggio,1987).  El proceso para llegar a esta connotación de espacio, tomó mucho tiempo y requirió la necesidad de elementos que englobaran esta visión.

En un inicio, se reconocía al espacio en términos de figuras geométricas isotrópicas y homogéneas, que detallaban como las actividades económicas se organizaban territorialmente, a partir de la segmentación de nichos de mercado específicos, como en los trabajos de Christaller (1933) y Lösh (1940).

En este mismo esquema, los exponentes de la teoría de la localización, como Von Thünen (1825), Weber (1909) y Hotelling (1929), identificaron al espacio como una ventaja estática y dinámica que englobaba una visión física-métrica. Estos autores explicaron cómo en un territorio físico se distribuyen tanto oferentes como demandantes, que interactúan para obtener un producto único en un mismo punto central. El desplazamiento de los agentes desde sus hogares/empresas, hacia el mismo punto, implicaría costos de transporte, por tanto, ambos actuarían racionalmente bajo la idea del costo mínimo (Capello, 2014).

Posteriormente, se introdujeron otros elementos que permitieron dar mayor relevancia al espacio, en la literatura encontramos la noción de espacio uniforme- geográfico, junto a la connotación de “Región” como símil de espacio. Desde esta perspectiva el espacio es dividido por unidades administrativas uniformes, lo que permite introducir categorías retomadas de la macroeconomía para modelar el crecimiento económico a una escala definida.

Estos trabajos, no son tan fáciles de englobar en una misma visión, puesto que explican diversas categorías del crecimiento económico local a partir de distintas perspectivas. Desde el punto de vista de Moncayo (2001), las distintas vertientes que explican el crecimiento económico engloban la noción de espacio funcional, que confluyen a una concepción más integral del territorio, como elemento fundamental para explicar los procesos de crecimiento. Algunas de estas teorías son:

  1. Las teorías centro-periferia de la CEPAL, se enfocan en explicar el desarrollo asimétrico y desigual de las regiones.
  2. Los exponentes de la causación circular acumulativa, Myrdal (1956), Hirshman (1958) y Kaldor (1970), consideran que el proceso de crecimiento económico no aparece al mismo tiempo ni en el mismo lugar, sino que es el resultado de un cúmulo de recursos iniciales y de fuerzas que incentivan su curso, las cuales retornan a sus inicios. Para ellos el espacio es un punto geográfico donde se manifiesta el proceso acumulativo de crecimiento.
  3. Perrox (1955) y Bounderville (1961), exponentes de la teoría de los polos de crecimiento, destacan la interdependencia input-output en torno a una industria líder que detona el crecimiento de una región. Para formular su teoría, asumen que la región es homogénea en recursos y en capacidades.
  4. La nueva geografía económica con Krugman, Fujita y Venables, estudia los efectos de las economías de aglomeración introduciendo el principio de los rendimientos crecientes a escala. En su intento de modelar y explicar las relaciones económicas y el territorio, la nueva geografía económica retoma las viejas ideas y conceptos espaciales de la economía y de la Geografía económica, englobando al espacio como un punto donde confluyen fuerzas centrifugas y centrípetas que permiten o no la aglomeración. (Cuadrado, 2014).

De las teorías anteriores, surge la idea del espacio como un recurso que brinda ventajas en los procesos acumulativos de producción, donde la proximidad espacial genera externalidades que permiten la concentración. Tal como dice Capello (2014), el espacio es una ventaja, es un recurso indispensable de los factores de la producción que genera ventajas estáticas y dinámicas, a través de mecanismos de sinergia y retroalimentación acumulativa gran escala, en la cual el territorio es un sistema de relaciones económicas y sociales enlazadas en un mismo espacio.

Se concluye entonces que el espacio, al ser visto desde diferentes perspectivas, es un elemento no aislado de la realidad, que influye para explicar fenómenos económicos, políticos, sociales y culturales concretos, que influyen directamente en la forma en que los agentes económicos se relacionan entre sí.

Fuentes:

Asuad, N. (2014), Pensamiento económico y espacio, UNAM- FE

Coq, D. (2005). La economía vista desde un ángulo epistemológico, Cinta moebio 22, p. 19-45. consultado en www.moebio.uchile.cl/22/coq.htm

Coraggio, J. L. (1987). Los complejos territoriales desde los subsistemas de producción y circulación. En José Luis Coraggio: Desarrollo local y economía del trabajo. Teoría, método y política, CIUDAD, Quito, 2004

Cuadrado, J. (2014). ¿Es tan “nueva” la “geografía económica”?  Sus aportaciones, sus límites y su relación con las políticas.

Capello. (2014). Regional Economics, Routledge, Londres.

Gutiérrez, L. (2006). Teorías del crecimiento regional y el desarrollo divergente. Propuesta de un marco de referencia. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades, 15 (30), p. 185-227.

Moncayo, E. (2001). Evolución de los paradigmas y modelos interpretativos del desarrollo territorial, CEPAL, Serie Gestión Pública.