En el Centro de Estudios Municipales y Metropolitanos, el Doctor Manuel Martínez Justo, Director de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, dio la bienvenida al doctor Lorenzo Córdova Vianello, Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), quien dictó la conferencia magistral Evolución y desafíos de la democracia mexicana.
En su disertación Córdova Vianello explicó que la transición democrática en México ha sido un proceso progresivo, diferente al de otros países, de ahí la importancia de una mirada retrospectiva que permita entender los cambios en el sistema electoral a lo largo del tiempo.
El Consejero Presidente describió que nuestro país generó importantes reformas electorales que respondieron a problemas de su tiempo, estos cambios se sintetizan en cuatro etapas. La primera, dijo, comenzó en 1977 y buscaba “abrir un sistema político hermético, excluyente” al incluir a la pluralidad en la arena institucional y en los órganos de representación política. En aquella época, se introdujeron las diputaciones de representación proporcional, necesarias para no regresar a la época con un solo partido dominante, señaló.
El consejero explicó que, después de las elecciones de 1988, en una segunda etapa se buscó dar credibilidad y confiabilidad a las elecciones, y en 1990 surgió un conjunto de reformas que reinventaron el sistema electoral al crear el Instituto Federal Electoral (IFE) para evitar que el gobierno en turno fuera “juez y parte” en las elecciones. Más tarde se impulsó la fiscalización del gasto y se obtuvieron cifras oficiales de lo que realmente gastaban los partidos políticos en elecciones para emparejar la cancha, dijo el ponente.
La tercera etapa se dio a partir de 1996 e impulsó reformas para fortalecer la equidad en la competencia electoral entre partidos. “El financiamiento público nació para generar condiciones de equidad en la competencia”, dijo, y advirtió que, si bien es pertinente discutir la racionalización de estos recursos el día de hoy, también hay que buscar que no se rompan dichas condiciones de igualdad.
Por último, explicó que la cuarta etapa se dio a partir de 2014, donde lo más importante fueron los cambios al modelo de comunicación política para garantizarle a todos los contendientes acceso a la radio y la televisión.
El también académico de Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM consideró que las reformas electorales que se han planteado, una del ejecutivo y un par de otras fuerzas políticas, deben ser discutidas por los órganos electorales, sin embargo, consideró que el sistema electoral actual funciona bien sin necesidad de uno de estos cambios. Acotó que una reforma solo sería pertinente en caso de cumplir tres condiciones: que existiera un consenso de todas las fuerzas políticas, pues de esta forma todos estarían apoyando las reglas del juego; que perfeccionará el sistema electoral, y que la propuesta sea resultado de los diagnósticos adecuados y no surja solo como una decisión visceral.
De igual forma, explicó que la propuesta del presidente sería la primera que se impulsa desde el poder y no desde la oposición, además, no se probaría durante unas elecciones intermedias, pues en caso de aprobarse se aplicaría en unas contiendas presidenciales.
“Hay mucho que mejorar del sistema electoral”, dijo Córdova Vianello al considerar temas a pulir como el sistema de representación, la racionalización del financiamiento público a los partidos políticos, la disminución en los costos de procesos electorales con procedimientos más simples como el voto electrónico, la eliminación del secreto ministerial para el INE, así como suprimir algunas prohibiciones siempre y cuando haya consenso.
Retos de la democracia mexicana
Al terminar la conferencia magistral, la doctora Amalia Pulido Gómez, consejera presidenta del Instituto Electoral del Estado de México, coincidió en que el sistema electoral mexicano es perfectible, sin embargo, mencionó que la reforma electoral propuesta por el presidente debe diagnosticar y corregir la eliminación de los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLES), los cuales tienen un papel fundamental en la organización de elecciones.
“El proceso democratizador mexicano ha venido también desde la periferia al centro”, dijo la consejera, y explicó que, desde la reforma de 2014, los OPLES han organizado 309 elecciones para 55 mil 336 cargos, es decir, han permitido 55 gubernaturas, tres mil 296 diputaciones, cinco mil 932 presidencias municipales, cinco mil 562 sindicaturas y 40 mil 492 regidurías. Asimismo, durante los procesos de 2018 y 2021, los OPLES registraron más de mil candidaturas y garantizaron el derecho de votar y ser votados a más de 630 mil mexicanos, insistió la ponente.
La maestra Patricia Lozano Sanabria, consejera del Instituto Electoral del Estado de México, comentó que la construcción de la democracia es un proceso continuo y permanente, pues las instituciones y reglas requieren de estabilidad y fortalecimiento para consolidarse y entregar los resultados para lo que fueron creados.
Ante la reforma del presidente, la también docente de nuestra Facultad, señaló que es necesario destacar lo que se ha hecho bien, ya que, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental 2021, el grado de percepción de confianza de la sociedad mexicana en las instituciones electorales incrementó de 47.8 por ciento en 2019 al 53.1 por ciento en 2021.
Hacia el final de esta actividad, el maestro Christian Roberto Salazar Montiel, coordinador de Gestión de la Dirección en nuestra Facultad, señaló que Acatlán cuenta con una larga tradición democrática, donde se han formado consejeros electorales, magistrados, vocales y capacitadores. Explicó que distintos profesores y el director de esta casa de estudios impulsan la organización del Seminario de Investigación: “Innovación electoral”, el cual será un espacio multidisciplinario de reflexión y contraste de ideas para valorar, analizar y realizar propuestas en materia electoral, así como para darle impulso a estos temas.
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