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• Gustavo Hernández y Verduzco recibió el reconocimiento “Al mérito Universitario” por su labor

“Es usted un orgullo, un ejemplo para la Universidad Nacional Autónoma de México, la Facultad de Estudios Superiores Acatlán y para todo el personal docente”, así reconoció el Doctor Manuel Martínez Justo, director del campus, la labor del arquitecto Gustavo Hernández y Verduzco, al entregarle el reconocimiento Al Mérito Universitario, por 50 años de su vida dedicada a formar varias generaciones.

En ceremonia presencial y bajo estrictas medidas sanitarias, tal como lo marcan los protocolos establecidos, Martínez Justo cumplió la encomienda del rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Enrique Graue Wiechers, entregar dicha distinción a Hernández y Verduzco.

“Tengo el encargo de parte del señor rector de darle este reconocimiento por los 50 años de dedicación y pasión a esta Universidad, además de esta medalla que se le entrega por dedicarle medio siglo a la labor docente a esta institución. A nombre de la UNAM, de la FES y del mío, el mayor y profundo agradecimiento por estos años. Se dicen fácil, pero usted marca un antecedente de que con vocación y dedicación se llega a estos logros”, dijo el director de la FES Acatlán, quien estuvo acompañado por la secretaria General Académica, maestra Nora Goris Mayans, el maestro Carlos Nandayapa Hernández, secretario de Estudios Profesionales y el jefe de la División de Diseño y Edificación de la FES Acatlán, el maestro Rubén Juárez Santana.

Proyectar, construir y supervisar

Emocionado, Hernández Verduzco recibió el reconocimiento y señaló que su labor se engrandece cuando se da cuenta que, gracias a su trabajo diario con los estudiantes, puede ayudarles a encontrar su vocación, sin duda, un aliciente.

Con el galardón en la mano, el arquitecto rememoró que nunca imaginó que un Seminario de Historia impartido en la Facultad de Arquitectura de Ciudad Universitaria le daría la posibilidad de acceder al ámbito académico. Gracias a esa experiencia, se involucró con edificaciones históricas, catedrales góticas, ruinas prehispánicas, iglesias que tardaron siglos en construirse, hasta convertirse en su pasión manifiesta en cátedras o talleres.

“Dar clases y dedicarme a mi profesión lo comencé a compaginar profesando algo que aprendí en los estudios: proyectar, construir y supervisar; cada palabra engranaba tanto para proyectos profesionales, para iniciar un semestre en la universidad, creo que así debe actuar un maestro. Proyectar el tema, construir la manera de enseñar y supervisar el trabajo de los alumnos durante todo el proceso para llegar a buen término”, destacó.

Para el académico de la licenciatura en Arquitectura, los nuevos tiempos fueron una oportunidad para actualizar sus estrategias didácticas, la pandemia lo obligó a relacionarse de manera diferente con los alumnos, y reconoce que, en su caso, esa experiencia le permitió sorprender a los estudiantes y fomentar el aprendizaje, así como el gusto por convertirse en mejores profesionistas día con día.

Familia y futbol americano

Hernández y Verduzco emprendió la travesía de la vida familiar, propiamente en el mismo periodo se unió en matrimonio con María Guadalupe de Lara y Vidal, con quien el pasado 22 de mayo celebró sus “Bodas de oro”. Fruto de ese amor procrearon a: Mario, Rita, René y Pablo; actualmente los varones viven en México y sus hijas en el extranjero.

“Casarme a la par de comenzar mi vida profesional y de maestro fue un aliciente, por ellos trabajaba todos los días. Creo que el objetivo lo cumplí, formé una familia y mis hijos son hombres y mujeres de bien que saben luchar por salir adelante. En el caso de mis hijas, una vive en Canadá y otra en España. Los hombres terminaron sus carreras y actualmente administran sus propios negocios, creo que no puedo pedir más”, refirió.

La trayectoria de Hernández Verduzco ha sido destacada en el ámbito académico, pero también es recordado como un jugador en el equipo de los Pumas Dorados de la UNAM, pasión que compartió con sus hermanos Alfredo, Sergio, Federico y Mario.

“Sin duda, el futbol americano me marcó como jugador y como coach me dio una formación complementaria, inculca valores: disciplina, entrega, trabajo en equipo y, lo más importante, no rendirte. En muchas ocasiones quise dejar de dar clases, pero siempre fue ese impulso de no caerme lo que me levantó, hizo que siguiera este camino que afortunadamente me dio muchas satisfacciones”, relató.

Finalmente, Hernández y Verduzco envío un mensaje a los jóvenes docentes: “disfruten cada momento, ser maestro es tener mucha pasión y dedicación. Si te gusta y lo gozas, es para ti”. ¡Enhorabuena!

#OrgulloAcatlán

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