Al dictar el webinar Las diplomacias locales: la diplomacia de la ciencia, “ha permitido desarrollar un campo de estudio para las Relaciones Internacionales del futuro, además de retomar la esencia multidisciplinaria con la que nació nuestra Facultad, pues ha sido un espacio para el trabajo conjunto en el que han participado desde expertos técnicos, hasta alumnos y profesores de la División de Matemáticas e Ingeniería”, señaló el doctor Manuel Martínez Justo, Director de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, en el marco del Seminario Permanente Diplomacia de la Ciencia, espacio organizado en colaboración de la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación (SECTEI) de la Ciudad de México y nuestra Facultad.
En la última sesión del año, el director inició su charla con una serie de reflexiones, entre las que destacó la transición del mundo globalizado a la “desglobalización”, proceso en que aparecen nuevos actores relevantes para las relaciones internacionales. Asimismo, la existencia de una sociedad aparentemente individualizada y el vivir en un mundo altamente competitivo, en el cual ya no sólo se busca el control de la economía, sino también el de la ciencia y tecnología.
Martínez Justo indicó que también existen amplios problemas globales como los cuestionamientos a los sistemas, las instituciones y la democracia, así como los referentes al medio ambiente, el género, las pandemias y la urbanización. Para atender estos problemas, agregó, existen diferentes actores como los parlamentos, los empresarios, los gobiernos nacionales o subnacionales y las organizaciones sociales.
En cuanto a la diplomacia de la ciencia, la definió como un “conjunto de acciones que se establecen con el objeto de colaborar en la búsqueda, realización y aplicación del conocimiento científico y tecnológico en beneficio de los diferentes actores internacionales y, desde luego, de las sociedades en su conjunto”.
El también catedrático en Relaciones Internacionales, explicó que esta diplomacia ayuda a avanzar en los procesos de generación de conocimiento al acercar, vincular y proteger a los estudiosos, además, favorece la colaboración para la identificación de necesidades y se comparten experiencias y trabajos e, incluso, se puede conjuntar el financiamiento de los proyectos.
Algunos de los actores más importantes de este tipo de diplomacia son las universidades, empresas, ONGs y gobiernos, además, las vinculaciones entre actores se dan mediante mecanismos como el diseño y elaboración de proyectos, la movilidad o la capacitación y trabajo conjunto, como ejemplo de lo anterior, agregó, tenemos la búsqueda de las vacunas de la Covid-19 o los lanzamientos de barrenderos cósmicos para recolectar basura espacial.
El director explicó que, si bien muchos vínculos entre instituciones se dan de forma más natural, hay acercamientos entre colegas de distintas instancias interesados en el mismo tema, es sumamente necesario generar un área de conocimiento sobre la diplomacia de la ciencia, así como recopilar, sistematizar y analizar información para estructurar estrategias de acción y poder teorizar sobre el tema.
Martínez Justo señaló que se debe de institucionalizar el ejercicio de esta diplomacia e integrarlo en las políticas públicas, pues permitirá nuevas oportunidades, por ejemplo, el crear bancos de datos sobre los proyectos científicos de los diferentes países con el fin de vincularlos para que conjunten esfuerzos y recursos, acotó.
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