Con dos funciones, el espectáculo Carmen interpretado por integrantes de la Compañía Nacional de Danza se presentó en el Teatro Javier Barros Sierra de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, a las dos presentaciones acudieron representantes de la comunidad universitaria.

Por primera vez esta manifestación del arte se presenta en la zona Noroeste de la Zona Metropolitana, se trata de una pieza presentada por el cubano Alberto Alonso quien a su vez se basó en la coreografía original de Roland Petit, misma que ha sido interpretada a través del tiempo por destacadas compañías de valle como New York City Ballet, Ballet Nacional de Cuba. En el repertorio de la Compañía Nacional de Danza, Carmen guarda un lugar especialmente significativo.

Es una historia llena de pasión y sensualidad. La protagonista, una mujer que lucha por ser libre sin dobleces, gitana hermosa que defiende su identidad. El público la acepta o condena, y en el ruedo, al igual que el toro y el torero, los personajes antagónicos se entregan en una lucha de vida o muerte.

Carmen, ballet en un acto y tres escenas donde la música es fundamental para la narrativa de la coreografía que enmarca la expresividad de los bailarines; permite al público advertir la sensualidad de la protagonista, mujer apasionada que desafía a la sociedad jugando con los sentimientos de los hombres.

La puesta en escena encierra un mundo de contradicciones, de instintos que llegan incluso al salvajismo donde Carmen lucha por ser libre, ser ella, una gitana hermosa, mujer que defiende su identidad.

Con más de medio siglo de presentaciones, la Compañía Nacional de Danza apuesta siempre por la expresión del ballet clásico y visiones contemporáneas, con lo cual, además de preservar y fomentar obras del repertorio clásico tradicional representan un patrimonio de la humanidad, al tiempo de promover la contemporaneidad artística impulsando la exploración de nuevas expresiones dancísticas nacionales e internacionales y de esa forma mantener contacto directo con el público de todas las edades y nacionalidades.

Obra con gran aceptación, ha cautivado al público por el poder de síntesis del ballet de esta tragedia. Estrenada en México en 1988, entonces para la despedida de Susana Benavides, primera bailarina del país.