Hace más de 100 años se publicó la novela Los de abajo, del escritor Mariano Azuela, y hasta nuestros días las palabras ahí contenidas siguen haciendo eco. Para dar muestra de su importancia, con lo que inició la novela de la Revolución, se inauguró la exposición gráfica Imágenes en la obra Los de abajo de Mariano Azuela, en la Sala de Arte del Teatro Javier Barros Sierra de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán.

Nuestra Facultad y el Salón de la Plástica Mexicana se reunieron para esta muestra colectiva con 30 piezas realizadas en pintura, escultura, dibujo, estampa, fotografía, ensamblaje y libro objeto hechas por artistas como Federico García Cantú, Arturo García Bustos, Adolfo Mexiac, Aurora Reyes y Fanny Rabel, entre otros.

Durante la inauguración, la doctora Lucia Acosta Ugalde, coordinadora de Difusión Cultural de la FES Acatlán, expresó que la mirada que ofrece esta exposición es artística, orientada a entender desde la plástica, la intertextualidad y establecer vasos comunicantes entre la plástica y la novela.

Añadió que la exposición es una invitación para tejer elementos  y exorcizar el olvido, es un desafío para mirar Los de abajo con otros ojos y dar forma a una época que marcó el destino de México. Por último agradeció a todos los que trabajaron para que esta muestra fuera posible.

Óscar González Azuela, escritor y cronista, señaló que la obra de su abuelo es actual debido a que “el dolor del pueblo es vigente” y los acontecimientos y personajes se podrían trasladar a nuestros días. “El que el texto escrito haya pasado al pincel para esta exposición da cuenta de su actualidad”, puntualizó.

Mariano Azuela, escritor y médico jalisciense que se integró a las filas de Pancho Villa, basó Los de abajo en las vivencias en el campo de batalla y escribió la novela después de perder todo su patrimonio; se dio a conocer por entregas en el diario El Paso del Norte en 1915 y un  año después apareció como libro, explicó González Azuela.

La historia gráfica también es particular pues Gabriel García Maroto realizó los grabados y publicó la primera edición europea, en Madrid, en 1927, después, en 1929 se dio a conocer en Estados Unidos, con el trabajo de un artista desconocido en ese momento: José Clemente Orozco, mismo año de una edición mexicana con el trabajo de Diego Rivera, describió González Azuela.

Cecilia Santa Cruz, coordinadora general del Salón de la Plástica Mexicana, habló de otras curiosidades de la novela: fue considerada estridentista por su lenguaje, también que Diego Rivera plasmó imágenes referentes en el Teatro de los Insurgentes como un homenaje y para sortear la censura.

La muestra permanecerá en este recinto universitario del 21 de mayo al 22 de junio.