La Facultad de Estudios Superiores Acatlán, y la Comisión Local de Equidad de Género, en colaboración con el Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de la Universidad Nacional Autónoma de México, convocaron al curso, que consta de cinco sesiones y está dirigido al personal académico.

Al iniciar la segunda y más reciente sesión presentaron un panorama general de la diversidad sexual, donde se diferenciaron conceptos como sexo biológico, orientación sexual o identidad de género. También detallaron la importancia de que las personas puedan elegir libremente cómo se quieren identificar y ser reconocidas.

La maestra Guadalupe Liliana Pérez Tinajero, colaboradora de la Comisión de Género del Sistema de Universidad Abierta y Educación a Distancia (SUAyED) de la FES Iztacala, charló sobre la división sexual del trabajo, que definió como un “mandato social para realizar ciertas labores por pertenecer a un sexo determinado”.

Históricamente, mencionó, se ha respaldado el trabajo productivo (esto es, remunerado) en el ámbito público para los varones; las mujeres han sido relegadas al trabajo reproductivo (como cuidados domésticos) en el ámbito de lo privado. Añadió que una forma de misoginia subvalora las actividades consideradas femeninas en comparación con las masculinas.

Otra de las problemáticas es la doble jornada que enfrentan las mujeres, y pese a que cada día se insertan en mayor número al campo del trabajo productivo deben, además de cumplir la jornada laboral, regresar a sus hogares para realizar labores domésticas, lo que acarrea consecuencias como pobreza de tiempo y mayores obstáculos para avanzar profesionalmente; discriminación salarial o segregación de ocupaciones, describió Pérez Tinajero. Además resaltó la importancia de plantear las relaciones humanas desde la equidad y la libertad y no desde la violencia, el poder o dominio, un reto presente en la sociedad.

El maestro Mario Fausto Gómez Lamont, responsable de la Comisión de Género del SUAyED de la FES Iztacala, habló sobre la división del trabajo en la UNAM detallada en el texto Intrusas en la Universidad, una investigación realizada respecto al tema en el campus central de la Máxima Casa de Estudios.

El ponente exhortó a los asistentes a reflexionar acerca de las estadísticas que se presentan en la publicación y añadió que la UNAM es el reflejo de la situación que priva actualmente. Mencionó situaciones como el “techo de cristal” —la dificultad para que las académicas arriben a mejores puestos—, “suelo pegajoso” —las fuerzas que mantienen a las mujeres en la base de la pirámide económica: por ejemplo, conyugales o domésticas— o el “clima frío” —la actitud hostil de funcionarios cuando una trabajadora presenta algún reclamo o queja sobre el ambiente laboral—.